El transporte de mercancías: anticipa un desastre económico en 2023

Elías Amor Bravo economista

Uno de los sectores de la economía que guarda estrecha relación con la evolución de esta es el transporte de mercancías. Una economía en crecimiento y prosperidad genera un intenso tráfico tanto para trasladar los productos a los centros de consumo localizados en las zonas urbanas, como para llevar los bienes intermedios y los insumos entre los centros productores.  

El sector transporte, combinado con la gestión de los almacenes, ha dado lugar al nacimiento de uno nuevo, conocido como Logística, que combina las funciones de intermediación con las de transporte. La Logística se encarga de preparar las condiciones en tiempo y forma, para que el sector del comercio minorista pueda ofrecer el mejor servicio a sus clientes. La Logística en los países desarrollados genera abundante empleo estable y de calidad, y se encuentra inmersa en un acelerado proceso de innovación tecnológica.

No esperen ninguna de estas circunstancias en Cuba. Los intermediarios siguen siendo calificados por el régimen comunista como "especuladores y contrarrevolucionarios" y concentran hacia ellos un discurso ideológico que impide obtener las ventajas del sector. Los mismos argumentos que daban tras las masivas confiscaciones de propiedades de los años 60. 

La cuestión que nos interesa es que el transporte de mercancías en Cuba no puede estar peor y anuncia un pésimo ejercicio de 2023. Varias informaciones facilitadas por el ministerio de transportes hacen referencia a estas cuestiones. Las autoridades reconocen que el transporte de mercancías se encuentra inmerso en una grave crisis motivada por factores externos e internos. Realmente, más estos últimos que los primeros. 

Algunos datos son alarmantes. A finales del primer cuatrimestre de este año se transportaron 14,5 millones de toneladas de mercancías, a partir de un plan de 24,7 millones de toneladas, es decir, prácticamente la mitad. A partir de estas cifras, las autoridades estimaron que para el conjunto del año no se alcanzarán 36 millones de toneladas, un resultado igualmente por debajo del plan, lo que lleva a plantear por enésima vez, ¿Qué sentido tiene un plan económico que no se cumple en ningún sector?

En cuanto a las operaciones de transporte de mercancías relacionadas con importación y exportación, la cifra alcanzada fue 4,5 millones de toneladas, con un descenso al cierre de 2022 de un 44% respecto del año anterior. Es decir, el comercio exterior de carga de importación y exportación operadas, principalmente en los puertos, al cierre de 2022 se redujo en un 44 %; o sea, el comercio exterior apenas representó el 9,5% del total de transporte de mercancías. Los ingresos en divisas que tanto necesita el país y que no hay forma de lograr, tienen mucho que ver con este balance.

Las autoridades culpan de estos pésimos resultados al recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos, y las afectaciones provocadas por la pandemia de la COVID-19, pero en realidad si no hay movimiento de mercancías en la economía cubana es porque el consumo es muy débil y la producción de bienes se encuentra estancada. 

Cabría realizar una estimación de las mercancías que entran en el territorio nacional con el formato de las importaciones sin contenido económico o comercial, que se han vuelto a aplazar hasta diciembre, y posiblemente habría una sorpresa. Es casi seguro que este tráfico de mercancías debe llevar una evolución en aumento. 

Las autoridades se felicitaron, igualmente, de los mejores resultados de la paquetería en los últimos años, un sector que para muchos cubanos es el único método para recibir apoyo del exterior a pesar de las críticas dirigidas a los servicios de las transitarias nacionales y demás entidades que participan en la distribución y entrega de la paquetería internacional hasta el destino final.

Hay quejas para todos los gustos, pero la más citada es la demora en la entrega y dificultades con la información oportuna a los clientes, lo que no ha mejorado a pesar de la entrada en funcionamiento de un sistema informático para dar seguimiento a las cargas desde el origen.

Por otro lado, un medio de transporte fundamental y sostenible, como el ferrocarril, tiene dificultades para crecer por la falta de disponibilidades de los productos, principalmente el combustible, con un promedio de 162 tanques ferroviarios semanales, por debajo de los 220 tanques que se transportaban antes de 2022, lo que significa un 26% menos.

Se ofrecieron datos relativos al transporte de la canasta familiar normada, el consumo social y la caña de azúcar, según los actuales niveles de importación y producción, con un promedio mensual de unas 588 mil toneladas, una cifra que ofrece una idea bastante ajustada del escaso porcentaje que tiene este consumo sobre el total, apenas representa el 10% del transporte total de mercancías del primer cuatrimestre.

Con respecto a la Operación Puerto-Transporte-Economía Interna, que debería funcionar como un reloj de precisión, además de los eternos seguimientos que se siguen haciendo a la evolución de las importaciones y exportaciones, al transporte de los productos priorizados de la canasta familiar normada, los combustibles, la harina de trigo, los fertilizantes y la sal, entre otras mercancías, ahora se han adoptado medidas de aseguramiento y eficiencia para no afectar a la población.

En cuanto al cabotaje, las autoridades reconocieron que tiene un uso insuficiente, a partir de datos de la Comisión de Atención a los Servicios del Parlamento. Y, al respecto, se destacó que desde 2021 se ha trabajado en dar un mejor empleo a los medios para el cabotaje, incluyendo buques pequeños de unas 2.800 toneladas de capacidad y las patanas en explotación con que cuenta la Empresa de Navegación Caribe, lo que ha permitido un aumento de las cargas transportadas por esta vía entre 2021 y 2022 en más de 68.900 toneladas, totalmente insuficientes.

El balance que cabe realizar del transporte no es positivo y ello confirma la grave crisis en que se encuentra la economía cubana. El régimen culpa al embargo y al COVID-19 de esta situación, pero en realidad, la responsabilidad, como hemos señalado, es interna, y tiene que ver con la aplicación de la tarea ordenamiento, que incluye al transporte de mercancías,  como otra de sus víctimas. La tarea ordenamiento con su incidencia en los precios y la inflación trastocó los niveles de rentabilidad en todos los sectores, en el transporte también. Y su incidencia en la oferta ha sido demoledora. Son ya dos años, y el régimen se muestra incapaz de adoptar medidas para corregir el daño provocado por el ordenamiento. Alguien lo tendrá que decir.


 

Comentarios

  1. Dicho esta desde mucho, otra cosa es aceptar la responsabilidad y la culpa del desastre causado por el ordenamiento para toda la sociedad. Pero resulta aun más difícil adoptar medidas para arreglar el desorden causado y así va la cosa a nivel de parches tal si fuera una aplicación informatica que no funciona y a cada momento le hace daño a los sistemas operativos.

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