Algunas precisiones sobre la reforma migratoria castrista


Elías Amor Bravo, economista


Cualquier geógrafo de la población convendrá conmigo en que la dinámica de la población cubana no es la más adecuada para adoptar leyes migratorias, salvo que el país quiera ir hacia el suicidio.


En el Gráfico 1 se presenta la evolución de las tasas  de crecimiento registradas por la población en Cuba, según informaciones publicadas por la Oficina Nacional de Estadística.


A partir de 2000, la población reduce su ritmo de crecimiento desde el 3% hasta quedar por debajo del 0% en 2005. Este proceso se acentúa a partir de entonces, registrándose una intensa disminución en los últimos años, que solo tiene un breve repunte en el ejercicio 2009.


Gráfico 1.- Tasas de crecimiento de la población en Cuba.





Los analistas de la economía castrista consideran que la evolución de la población es un indicador sintético de los graves problemas que aquejan el modelo de planificación central y ausencia de derechos de propiedad instaurado por los Castro a comienzos de los años 60, y que ahora se resisten a sustituir apuntando a lo que denominan “actualización del socialismo” con los Lineamientos aprobados por el partido y el parlamento el pasado año.


Cualquier país con un record demográfico como el que se presenta en el Gráfico 1, debería estar preocupándose por las políticas de estímulo de la población para contrarrestar su dinámica demográfica descendente. Y he aquí que el régimen castrista, retratado como una de las sociedades con una evolución poblacional más decadente de América Latina, se embarca en una política migratoria que pretende flexibilizar la salida del país.


Por supuesto que no pienso oponerme a que los cubanos puedan elegir libremente donde vivir su vida, donde alcanzar cotas de bienestar más altas posibles, y donde hagan realidad sus sueños. Oponerme a eso es ir en contra del ideario liberal que sustenta mi pensamiento.


Pero existe otra cosa que se llama responsabilidad política de los gobiernos. Cuando un régimen se embarca en aventuras cuyo resultado va en contra de las tendencias generales de la sociedad, que dirige además de forma despótica, es necesario poner encima de la mesa las graves consecuencias que se derivan de esas acciones.


Lo mismo que robar y confiscar propiedades a sus legítimos dueños a comienzos de los 60, o reprimir cualquier manifestación política alternativa a los enunciados de la llamada “revolución”. La decisión de poner en marcha actualmente una política migratoria va a provocar en la dinámica de población de la Isla un daño irreparable, cuyas consecuencias no pueden ser evaluadas en el momento actual.


A los Castro el futuro no les importa. Hace mucho tiempo que trabajan con un horizonte de corto plazo en el que lo importante es llegar al año siguiente. Pero las políticas demográficas, y en concreto las migratorias, actúan lentamente y sus efectos se manifiestan más en el medio y el largo plazo.


Lo que están haciendo hoy va a generar efectos muy negativos en la población cubana en los próximos diez años, cuando ellos, por naturaleza, ya no existirán. Magnífico legado para las generaciones futuras. Solo un dato, y con ello termino.


Según la ONE, en la Tabla 1 se muestran las proyecciones de población de la Isla en el horizonte de los próximos 10 años.


Tabla 1.- Previsiones de población en Cuba.

Proyecciones   Total      Hombres       Mujeres      Crecimiento

2015             11.220.354      5.617.693     5.602.661      -0,3
2020             11.190.082      5.598.449     5.591.633      -0,5
2025             11.134.685      5.564.030     5.570.655      -1,0

Con las actuales tendencias sin alterar, es decir, sin tener en cuenta los efectos de la nueva política migratoria, la Isla perderá más de 100 mil habitantes de los 11.241.000 de 2010 a los 11.134.685 de 2025. Con la nueva política migratoria, y suponiendo que los cubanos decidan marcharse al exterior, lo que es bastante probable ante la escasez de oportunidades que el régimen les ofrece, esas cifras deben revisarse de manera urgente. No hace falta señalar la influencia que todo ello tiene en ámbitos tan diversos como el empleo, la estructura económica, el sistema de pensiones o los ingresos tributarios. ¿Hay quién da más?

Tomado de Miscelánea de Cuba, 14 de enero 2013

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