Balance de la visita de la Sra. Pritzker a Cuba
Elías Amor Bravo, economista
Realmente me parece admirable el
llamado de la secretaria de Comercio de Estados Unidos, Penny
Pritzker al régimen castrista para “promover el naciente sector
privado de la Isla para incrementar el intercambio y avanzar sobre la
base de las recién restablecidas relaciones diplomáticas”. Esto
es lo que han recogido algunas agencias informativas como resultado
principal de la visita de la político estadounidense. Tan solo ese
enunciado justifica un viaje como éste.
En una reunión con dos ministros
cubanos y un vicepresidente para obtener más información de la
economía cubana y la nueva flexibilización del embargo
estadounidense, anunciada en septiembre por el presidente Barack
Obama, Pritzker dijo a sus interlocutores, por cierto uno de ellos
era el ministro de Comercio Exterior de Cuba, Rodrigo Malmierca, “que
la vida de los cubanos de a pie solo se mejorará si se amplían las
reformas orientadas al mercado”.
La vía hacia el mercado y la propiedad
privada en Cuba es uno de los objetivos inmediatos a los que Estados
Unidos, con la nueva política de Obama, parece querer dirigirse con
absoluta firmeza. Esa insistencia en conseguir que los cubanos puedan viajar con libertad, realizar intercambios comerciales,
disfrutar del fruto de su trabajo, acumular riqueza, acceder a internet y ser
contratados directamente por compañías extranjeras, merece todo
nuestro apoyo. Esta posición contrasta con la expuesta por
dirigentes de países de la Unión Europea que, cuando viajan a Cuba,
se refieren más a la demanda de derechos humanos y respeto al
pluralismo político. De modo que, casi sin pensarlo, Raúl Castro,
de pronto, se encuentra con dos frentes que no sabe muy bien cómo
cerrar. Bueno, si, haciendo lo que hace: lanzando balones fuera y
negándose a escuchar.
De lo que no cabe duda es que las
renovadas presiones de Estados Unidos para que el régimen castrista
proceda a actualizar su sistema regulatorio y reformar la economía
de forma que permita el continuo desarrollo del sector privado, no
van a disminuir, y parecen bien encauzadas.
Es necesario. Las reformas contenidas
en los llamados “Lineamientos” aceptan la existencia de
trabajadores por cuenta propia con bastante resignación, y en
cambio, la empresa estatal socialista sigue siendo el eje de la
economía, así como la propiedad estatal de los medios de
producción. Nada ha cambiado, salvo que medio millón de cubanos se
han lanzado a la maroma de poner en marcha, con grandes obstáculos,
proyectos de vida independiente que presentan unos elevados índices
de mortalidad. Y poco más. Las medidas en la
agricultura y los negocios privados en el sector de los servicios,
se han puesto en marcha bajo un estricto control de la economía por la familia Castro, el Gobierno y los
militares.
Ni siquiera la reciente Ley de Inversión
Extranjera, permite la apertura de un
sector privado empresarial en la Isla, al negar a los cubanos
asociarse de forma directa con los extranjeros, en tanto que el
Estado se reserva una participación mayoritaria en las compañías y
controla la contratación de los trabajadores. El régimen sigue sin
autorizar a las compañías extranjeras de tecnología ainstalar el cable en la
Isla, y el sector de las comunicaciones y de internet se encuentra
bajo control absoluto ddel monopolio estatal ETECSA.
Pritzker dijo además que para levantar
y flexibilizar en alguna medida el embargo, Obama quiere observar
cambios por las dos partes sin concretar qué debe hacer La
Habana para ello. Al finalizar su estancia, en una
rueda de prensa, señaló que su viaje había tenido como objetivo
conocer a sus contrapartes, comprender cómo funciona el sistema
económico de Cuba, al que calificó de "muy singular", por decir algo, y
además, conocer las normas existentes en la economía de Cuba para
luego dar traslado a las empresas de Estados Unidos. Sin duda, la sorpresa ha debido
ser mayúscula. Ya se lo advertimos. Romper la barrera castrista no
es fácil. De momento es bueno que las demandas salgan a la luz
pública. Ya veremos como acaba todo.
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