Contemplando cómo se destruye la economía cubana
Elías Amor Bravo, economista
La
estadística que publica la ONEI, relativa a las entidades que actúan
en la economía castrista, es un indicador relevante de la actividad económica
del país. El último dato, correspondiente al ejercicio de 2016, presenta una imagen actual de
la situación de la economía en línea con la profunda recesión reconocida por las autoridades en la Asamblea nacional de finales del
pasado año.
La
estadística refleja el número de entidades, con sus diversas formas
jurídicas. Como señala ONEI, con estas entidades se elaboran las
estadísticas nacionales. Se trata de empresas estatales, uniones de
empresas, grupos empresariales, organizaciones económicas estatales,
bancos estatales, unidades presupuestadas, cooperativas, y sociedades
mercantiles de capital 100% cubano.
El
principal resultado que se obtiene, según ONEI, es el profundo
ajuste experimentado en la economía castrista en los últimos 7
años. En dicho período, el número de entidades que a finales de
2016 ascendió a un total de 9.878, se redujo en un 23% al que
había en 2009, que era de 12.141.Por el camino, se han quedado 2.263 entidades que ya no existen. Tal vez lo primero que habría que hacer es explicar lo sucedido.
La
fuerte reducción en el número de entidades que operan en la
economía castrista es reflejo de que el ajuste y la recesión actual
viene de atrás y forma parte de una tendencia más prolongada en el
tiempo y que, por motivos de disponibilidad de datos, hemos situado
en los últimos 7 años. Precisamente, el período que coincide con
las reformas raulistas de los llamados “lineamientos” que están
produciendo, como ya hemos señalado en otras ocasiones, efectos muy
negativos sobre la estructura económica cubana. Tal vez la reducción
del número de entidades sea fiel reflejo de esos profundos daños.
En
esta agregación, y cito textualmente a ONEI
"las empresas estatales, uniones de
empresas, grupos empresariales y organizaciones económicas estatales
(OEE), son
las
formas organizativas de la producción creadas
por el Estado y de su titularidad,
para administrar
la mayor parte de los activos de la
economía, englobados bajo lo que se denomina
propiedad estatal socialista", ya que
la privada continúa sin estar reconocida legalmente.
Según
la ONEI a finales de 2016 había un total de 1.904 entidades
pertenecientes a este grupo, lo que supone un 34% menos de las que
había en 2009, cuando se alcanzó un total de 2.886. En este grupo
se observa una reducción incluso mayor que en la media, lo que
indica dónde se está produciendo con más intensidad el ajuste
raulista de la economía.
Las
sociedades mercantiles de capital 100% cubano, como señala ONEI, "son organizaciones de
la producción, estructuradas como sociedades anónimas de capital
totalmente nacional y por tanto, estatal. En este grupo, los bancos
son instituciones financieras de titularidad estatal, con carácter
autónomo, personalidad jurídica y patrimonio propio. Sus funciones
son la captación de depósitos, incluidos depósitos a la vista,
colocar los recursos captados, intermediar en operaciones de cobros y
pagos y prestar servicios afines".
El
número de sociedades a finales de 2016 alcanzó 223, con un descenso
del 21,2% con relación a las que había en 2009.
Por otra parte, en el grupo de
las Cooperativas
se incluyen, las Cooperativas
No Agropecuarias (CNoA), las Unidades Básicas de Producción
Cooperativa (UBPC), Cooperativas de Producción Agropecuaria (CPA) y
las Cooperativas de Créditos y Servicios (CCS).
A
finales de
2016, el número total de estas entidades según ONEI ascendía a
5.406 unidades, registrando un descenso de un 15,5% respecto a las
que había en 2009, o el equivalente a 992 entidades. Con todo, las cooperativas parece que están resistiendo mejor el fuerte proceso de ajuste estructural que reflejan las estadísticas de ONEI.
En particular, las
Cooperativas No Agropecuarias (CnoA) que entraron en funcionamiento
en 2013 tras las reformas emprendidas por el régimen, son el único
grupo de entidades que aumenta sus efectivos, pasando de las 198 de
aquel año a las 397 actuales, si bien su número sigue siendo
reducido, y apenas representa el 7% del grupo cooperativo total. Ahí tiene el régimen una pista de por dónde deben ir las reformas.
Continuando
con esta agregación, las Unidades
Básicas de Producción Cooperativa (UBPC) que según ONEI, "son
cooperativas agropecuarias en las que
la producción se realiza
de forma colectiva, y
la propiedad de los medios de
producción es igualmente colectiva.
Tienen personalidad jurídica y patrimonio propio. Utilizan tierra
estatal en
usufructo".
En
2016 las UBPC alcanzaron un total de 1.623 unidades, una cifra
claramente inferior a las 2.283 de 2009, experimentando un descenso
del 29% superior a la media. Un declarado foco de baja productividad que está desapareciendo sin que se adopten medidas para su salvación.
Las
Cooperativas de Producción
Agropecuaria (CPA) son, como señala ONEI, "organizaciones
avanzadas
y eficientes
de la producción socialista, que
tienen personalidad jurídica y
patrimonio propio. Se constituyen con
la tierra y otros bienes aportados por los agricultores pequeños,
así como otras
personas para lograr una producción agropecuaria sostenible". Parece que ONEI no tiene en cuenta que este tipo de organizaciones existen en los países de economía de mercado y que no suelen ser una excepción "socialista".
Salvando estas cuestiones de concepto, en
2016 la cifra se situó en 891, volviendo a registrar un descenso
significativo del 17% con relación a las 1.078 de 2009.
Las
Cooperativas de Créditos y Servicios (CCS) según ONEI, "son las cooperativas
formadas por la asociación voluntaria de agricultores pequeños que
conservan la propiedad o el usufructo de sus respectivas tierras y
demás medios de producción, así como de la producción que
obtienen".
En este colectivo, el estado "tramita y viabiliza la asistencia técnica,
financiera y material a estas organizaciones, lo que condiciona los resultados para aumentar la
producción de los agricultores pequeños y facilitar su
comercialización" siendo éste el principal problema existente para su crecimiento y desarrollo.
En
este caso, en 2016, según la ONEI había un total de 2.495
entidades, lo que representa con relación a 2009 un descenso del
18%, cuando había 3.037 unidades.
Finalmente,
las Unidades presupuestadas, son entidades estatales, que según ONEI, "sirven para
administrar directamente parte de los bienes que integran la
propiedad estatal socialista y prestar sus servicios sociales, como
educación y salud pública. El estado igualmente organiza su
administración interna. Tienen personalidad jurídica y son sujetos
de derecho económico, laboral y financiero. En ellas, sus gastos se
financian totalmente por el presupuesto del Estado, al cual aportan
sus ingresos, de tenerlos".
En
2016 alcanzaron un total de 2.345 entidades frente a las 2.574 de
2009, lo que supone igualmente un descenso del 8,8% el menor de todas
las categorías incluidas en el estudio. Es evidente que el estado intervencionista y planificador se resiste a asumir que él también deberá ajustar sus estructuras y se mantiene como el tronco principal de la economía, con las consecuencias negativas que se derivan de ello.
ONEI
señala que en la economía actúan otras entidades, además de las
personas naturales, pero su importancia relativa es mucho menor,
entre las cuales se pueden citar las sucursales de empresas
extranjeras, las empresas de capital totalmente extranjero y las
instituciones sin fines de lucro. No es fácil concluir, a partir de
estos datos, que la economía castrista se encuentre en su mejor
momento. Con unas reformas que no permiten dinamizar la estructura
productiva y mejorar las condiciones de vida de los cubanos, el
cambio y la reorientación de la política económica debería ser
urgente. Cada vez queda menos tiempo que perder.
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