Señales de alarma en las divisas en la economía cubana

Elías Amor Bravo, economista

La situación de escasez de divisas en Cuba es alarmante y por ello, las autoridades han tenido que adoptar dos decisiones especialmente complicadas que tendrán consecuencias negativas, tanto para los cubanos como para los extranjeros que visiten el país.

¿Por dónde empezar?

La primera sorpresa desagradable la ha dado la CADECA. La agencia encargada de facilitar el cambio de moneda entre el CUP y las principales divisas ha dejado de atender estas funciones, ahora en los aeropuertos. Lo justifican por la reducción de la entrada de viajeros de turismo internacional desde 2020, pero ¿es esa la razón verdadera?

Cierto es que las divisas procedentes del turismo escasean. Lo mismo ocurre a otros países especializados en este sector, con mayor participación del PIB en el turismo que Cuba. Pero, ¿de verdad ve alguien a España, Italia o Francia suspendiendo las operaciones de cambio de divisas en estos países? Imposible. 

Aunque España ha experimentado una reducción del turismo y de los ingresos similar a la de Cuba (bueno realmente muy superior, porque los ingresos perdidos rondan los 100 mil millones de dólares) a sus autoridades no se le pasa por la cabeza dejar de asumir el pago de los cambios de moneda. No lo tienen que hacer. Sus economías, a diferencia de Cuba, tienen una estructura diversificada, gracias a la existencia de empresas privadas que operan en distintos sectores de la economía (agropecuario, automóviles, informática, calzado, textil, etc.) y que promueven la entrada de divisas, aunque el turismo, ciertamente está detenido.

El problema castrista es que decidieron poner todos los huevos en la misma cesta. Y como segunda derivada de la grave situación en Cuba, autorizaron la venta en tiendas en dólares de productos básicos que no se suministran en la red estatal para recaudar las pocas divisas que entran en la economía. La gente necesita dólares para comprar cosas esenciales como pollo o detergente. El consumo minorista ha sido uno de los principales destinos del ingreso del turismo procedente de los nacionales. Los cubanos aprovechan el "turismo" para comprar aquello que necesitan en sus lugares de residencia habituales.

Y estas prácticas suponen una demanda indirecta de dólares que en ningún otro país del mundo existe, porque en España, Francia o Italia, no hay tiendas que vendan en otra moneda que no sea la que rige en cada país, en este caso, el euro. Este despropósito de vender en dólares, productos de consumo básicos, aperos de labranza o estancias hoteleras, acaba teniendo un coste, ni es comunista, ni revolucionario, ni nada que se le parezca, y ahora llegó en la forma de cierre de actividad de las CADECAS.

Por ello, las autoridades comunistas no deben responsabilizar al turismo internacional del déficit de la moneda libremente convertible (MLC), que compra CADECA mediante los canjes de moneda. Porque el déficit se encuentra en buena medida en la necesidad de dólares que se ha creado en los cubanos para poder comprar necesidades básicas. No es lo mismo que en el periodo especial, pero con medidas inadecuadas e inacción, las autoridades están llevando a la economía cubana a una fase terminal que puede acabar estallando.

Ahora, hasta CADECA suspende el servicio de canje de moneda libremente convertible en las oficinas de los aeropuertos, lo que tiene dos efectos muy negativos. De un lado, para los cubanos que viajan al exterior, no será posible obtener divisas en el aeropuerto, por lo que tendrán que venir con ellas de casa. De otro lado, la inactividad de la CADECA en la terminal afectará al viajero que suele utilizar el “último recurso”, cambiando los pocos billetes de moneda nacional que quedan en el bolsillo antes del embarque.

No quiero significar la imagen negativa y confiscatoria que presenta esta medida tanto para unos como para otros. Los cubanos saben que conseguir dólares ya está al cambio de 1x55 y hay que olvidarse del cambio "oficial".  Para aquellos viajeros que reservaron una cierta cantidad de dinero por precaución, y confiaban el canje a punto de abordar el vuelo de regreso, esta tampoco es una buena noticia. Si no se les informa debidamente, estos turistas se van a sentir estafados cuando no puedan recuperar su dinero. Tal vez con esto se podrá crear un mercado informal de cambios en el último minuto, que proporcionará ganancias a personal aeroportuario. ¿Quién sabe? Al margen de la pésima imagen que tiene para Cuba adoptar esta decisión, absolutamente reprochable. ¿No dicen las autoridades que apenas llegan turistas del extranjero? 

Pues toca ofrecer el máximo nivel de atención a los que vienen y evitar una experiencia traumática de la visita. Quedarse en el bolsillo con 200 o 300 pesos cubanos de recuerdo, es una broma macabra. Las CADECAS han adoptado la decisión de no canjear moneda convertible en aeropuertos a partir del 20 de mayo, y las consecuencias de este tipo de decisiones no suelen ser buenas. Luego, la culpa de que no vengan turistas, será del bloqueo.

Junto a la medida que afecta a la actividad principal de las CADECAS, el Banco Central ha publicado la Resolución 157, de 19 de mayo, Gaceta Oficial Ordinaria No. 56, para fijar el procedimiento de realización de cobros y pagos por las entidades autorizadas a vender directamente en dólares estadounidenses y que son titulares de cuentas bancarias en esta moneda. Otro cerrojazo más al control de las divisas, y el pueblo cubano, aguantando.

La nueva norma interviene, por así explicarlo de forma suave, las fuentes de ingresos de las cuentas bancarias en moneda libremente convertible de las formas de gestión no estatal. El régimen ha puesto la mirilla en el sector privado, prácticamente diezmado por la crisis de la pandemia, y ahora quiere “intervenir” los escasos recursos que posee, sobre todo en divisas.

Uno de los puntos más delicados de la Tarea Ordenamiento ha sido éste. Establecer la unidad del peso cubano en el sistema económico, y aceptar cuentas bancarias en divisas, en este caso, dólares, que tienen como objetivo solamente respaldar tarjetas de débito para la compra de determinados artículos y servicios. Encontrar una fórmula que equilibre los stocks de dinero con las demandas asociadas al mismo, no ha sido fácil. Incluso, crear los artificiales “certificados de depósito” para quienes precisen recuperar los dólares de las cuentas, es una ficción que tiene como objetivo impedir la libre utilización de los recursos financieros por sus propietarios.

La Resolución obliga a las entidades autorizadas a realizar ventas directamente en dólares estadounidenses a registrar sus inventarios en pesos cubanos y pagar en esta última moneda sus gastos de salarios, electricidad, agua, transporte, entre otros. De modo que el dólar se drena directamente a las arcas del estado una vez que la gente compra los productos o servicios que necesitan, y las tiendas elaboran todas sus cuentas en pesos cubanos, a pesar de que los precios de venta estuvieran en dólares. Una vez más embrollo de la contabilidad y falseo de la información económica, que era uno de los problemas que se pretendía atender con la Tarea Ordenamiento. Vuelta a empezar.

La Resolución establece para las entidades que operan en dólares los sistemas de pagos y sus relaciones en pesos cubanos y respaldo de liquidez, así como la procedencia de los ingresos en divisas de las cuentas autorizadas, limitadas a actividades de comercio exterior, los concesionarios y usuarios de la Zona Especial de Desarrollo Mariel y el resto de las cuentas de los actores económicos con lo que mantienen una relación contractual.

El lío está servido. La situación de divisas del país es crítica. En estas condiciones, mantener el cambio del peso cubano con el dólar en 24x1 es un grave error. Otra devaluación empieza a ser urgente.

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