¿Qué representa el G77 más China para el cubano de a pie?

Elías Amor Bravo economista

Los cubanos están sorprendidos de lo que están viendo de la cumbre del G77 y China que se está celebrando en La Habana. Mucha imagen, dirigentes extranjeros, incluso Raúl Castro reaparecido, pero nada concreto. 

Básicamente, porque nadie entiende bien para que se ha organizado esta reunión en Cuba, qué intereses la respaldan, y sobre todo, qué esperan sacar los dirigentes comunistas cubanos del cónclave. Ante una situación especialmente grave para la economía, en la que ya no queda tiempo para reaccionar, los cubanos se sorprenden de ver que sus dirigentes, en vez de remangarse y ponerse a trabajar, se dedican a estos “juegos florales” que, en definitiva, alguien tendrá que pagar y que suponen más gastos para un presupuesto estatal cada vez más reducido y crítico.

Intentar entender por qué los castristas se han desvivido por algo que no sirve para resolver los problemas del día a día de los cubanos, no resulta difícil. De hecho, se puede entender si en vez de tener en cuenta las prioridades colectivas de la nación, se atiende a las preferencias personales de un determinado grupo que ostenta el poder.

La declaración que ha realizado el régimen de los herederos de Fidel Castro para este cónclave, no tiene desperdicio. Empieza declarando "que la humanidad se enfrenta hoy a una crisis multidimensional de grandes proporciones y consecuencias imprevisibles y tras la pandemia ha habido un retroceso de los avances en materia de desarrollo sostenible alcanzados por la comunidad internacional en los últimos años". Habría que rectificar este texto apabullante y destacar, que de la mayor parte de países asistentes, tal vez sea Cuba el único que no ha recuperado los niveles anteriores a la pandemia. Y el retraso se agrava ya que CEPAL, por ejemplo, anticipó que en 2024 la economía cubana crecerá una décima menos que en 2023. Mal asunto.

El texto luego dice que, "somos testigos de una desigualdad económica y social sin precedentes, entre y dentro de las naciones". Viendo la paja en el ojo ajeno sin reconocer la viga en el propio. Las desigualdades más injustas del mundo hieren a los cubanos, incapaces de llegar a mitad de mes con las raciones ofrecidas por el régimen, y sobre todo aquellos que carecen de remesas o no tienen acceso a las divisas. Esa es la desigualdad creada por las tiendas en MLC, por ejemplo. 

Además, el texto añade que "el desarrollo beneficia las arcas de las grandes farmacéuticas y favorece a minorías enriquecidas, en lugar de dirigirse a asegurar la vida y el bienestar de las mayorías desposeídas del planeta". Y entonces llega la misma pregunta ¿Puede alguien explicar qué ocurre cuando se quiere mejorar la vida de esas mayorías, con políticas económicas como las que se adoptan en Cuba? No hay respuesta. 

De hecho, el argumento de los comunistas cubanos para justificar este cónclave es el mismo, y aburrido y repetitivo de siempre, que ya utilizaba Fidel Castro en aquellos discursos  impresentables en Naciones Unidas, y que, en esencia, parte de una idea falsa, de que “los países del Sur sufren con mayor rigor los múltiples desafíos globales que condicionan su desarrollo y sus esfuerzos hacia la plena implementación de la Agenda 2030”. 

Insisto, una idea falsa, porque no todos los países del sur fracasan en sus procesos de crecimiento, y algunos han realizado una transformación exitosa hacia el desarrollo y la prosperidad. Incluso vecinos cercanos de Cuba, sin ir más lejos.

Idea falsa también, porque hay algunos países que saben cumplir con éxito con los mandatos de Naciones Unidas y no se apartan un milímetro de la línea oficial, no como algunos socios del régimen castrista. Pero los herederos de Fidel Castro siempre ven mejor la injusticia en el orden económico internacional y denuncian lo que denominan “la antidemocrática arquitectura financiera mundial vigente”. En cambio rara vez reconocen que Cuba se ha pervertido en un mar de desigualdades e injusticias, y que la deuda a la larga se tiene que pagar y asumir los compromisos.

De modo que, no contentos con hacer el ridículo denunciando “el aumento dramático y simultáneo de la riqueza y pobreza extremas, el creciente peso de la deuda externa; la fragilidad de los sistemas sanitarios y educacionales, la aplicación de medidas coercitivas unilaterales y de carácter proteccionista; las tensiones geopolíticas y los conflictos; la inseguridad alimentaria y energética; la volatilidad de los mercados; la brecha digital, así como los efectos adversos del cambio climático y la degradación ambiental”, desde el régimen comunista cubano se sigue sin aceptar que dichos obstáculos están presentes en Cuba y suponen un freno al progreso.

Entonces ¿Qué hacen los comunistas cubanos? Pues no asumir responsabilidades y echar a otros la culpa, sobre todo a Estados Unidos, objeto de ataques desmedidos pese a que es el principal suministrador financiero de la Isla, por medio de las remesas de las familias.

Pero este cónclave de La Habana del G77 más China introduce un elemento diferencial que se refiere a la ciencia, la tecnología y la innovación, “herramientas imprescindibles para acelerar el ritmo de la diversificación y la transformación económicas, aumentar la productividad y la competitividad, y facilitar la plena inserción de los países en desarrollo en la economía mundial”.

La tesis doctoral de Díaz Canel. Un documento que primero fue exigido a todos los departamentos ministeriales del régimen, pese a no estar preparados para ello, y que ahora se quiere proyectar a nivel internacional con la cumbre de La Habana. La tesis de Díaz Canel sostiene que ese desarrollo científico “está vedado para gran parte de la humanidad, sometida a una perenne lucha por la supervivencia” y para ello, sugiere “cambiar ese escenario para la construcción de un mundo más justo, verdaderamente democrático e inclusivo, que privilegie la solidaridad y la cooperación internacionales, que a su vez permitan la movilización de los recursos necesarios para apoyar los esfuerzos de los países en la consecución de su desarrollo, cercenado por siglos de explotación, colonialismo y saqueo”. Una carga ideológica que está completamente alejada de la realidad, y que los cubanos escuchan sin inmutarse.

Corolario. Díaz Canel dice que el G77 y China tienen que liderar ese cambio que beneficie a la complementariedad entre los países del Sur en los principales temas de interés relacionados con la ciencia, la tecnología y la innovación. Y claro, mientras que dedica su pensamiento ilustrado a estos temas, los cubanos siguen sufriendo apagones, libretas de racionamiento, hambre, deterioro de servicios, inflación y pérdida de poder adquisitivo, en fin, un auténtico desastre con las autoridades divagando sobre cuestiones inmateriales, de otro mundo.

De hecho, las conclusiones de la cumbre, que andan circulando por las redes van en la misma línea.

Primera, dicen que van a propiciar el debate y el análisis sobre los principales desafíos del Sur para avanzar hacia el desarrollo sostenible, en particular el papel de la ciencia, la tecnología y la innovación en apoyo a la seguridad alimentaria, la salud, los nuevos procesos productivos, el bienestar humano y el medioambiente sano, la gestión de los gobiernos y el sector privado, así como la contribución de la educación y la ética en la ciencia y la tecnología, los modelos de ciencia abierta, el papel de las ciencias sociales y humanísticas para el desarrollo de nuestras sociedades, entre otros temas relevantes. Muy interesante para un país, como Cuba, en que comer a diario no está garantizado y que cuando se plantean iniciativas o se propone algún debate sobre lo que se está haciendo, se reprime desde el poder.

Segundo, dar continuidad y desarrollar lo acordado por los jefes de Estado y de Gobierno en la I y la II Cumbre Sur, celebradas en La Habana (2000) y Doha (2005), respectivamente. ¿Es que no habrán tenido tiempo más que suficiente en tantos años desde 2000 para hacerlo? ¿Cuánto más necesitan? ¿Es tan complicado hacerlo?

Tercero, van a sentar las bases de las posiciones e intereses que defenderá el Grupo en el contexto de los múltiples procesos de negociación multilaterales en curso, de gran relevancia para el G77 y China, como el Pacto Global Digital, el proceso de Revisión General de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (WSIS + 20), la Cumbre de los ods, la Cumbre del Futuro; y otros, frente a los que se requerirá de un accionar concertado. Más política que otra cosa, en una especie de carta blanca a China para que haga de las suyas propiciando un enfrentamiento nada fructífero con otros bloques internacionales del países.

Cuarto, quieren dar impulso renovado a cuestiones medulares del desarrollo de las naciones del Sur, desde la contribución de la ciencia, la tecnología y la innovación, así como definir acciones prácticas para atender las disparidades existentes entre países desarrollados y en desarrollo, y abogar por el cumplimiento de los compromisos internacionales en materia de Ayuda Oficial para el Desarrollo, transferencia de tecnologías y financiamiento necesarios para el desarrollo de los países del Sur. Que es lo mismo que no decir nada, porque todo esto que plantean tiene su origen en el "norte" y nadie da algo a cambio de nada.

Aburren con este tipo de discursos. Los cubanos de a pie se quedan esperando que este G77 y China resuelva alguno de los problemas acuciantes del día a día, de la misma forma que el centenar largo de mandatarios que llegaron a La Habana, después se irán de vuelta a sus países, y todo se acabó y nunca más volverán porque a Díaz Canel se le acaba la bicoca de la presidencia pro tempore. Lo único que quedará será el agujero del gasto para pagar los estipendios y alguna foto de recuerdo con Raúl Castro. Por cierto, ¿alguien vio a Dilma por La Habana? Ay que cosas. Un mal recuerdo, sin duda.

 

Comentarios

  1. Excelente el símil de esta Cumbre con "juegos florales". Según el funcionario del Minrex, Cabañas ,este grupo se creó en 1961, es decir 62 años después no han querido integrar sus economías SUR-SUR, sino seguir pidiendo subsidios a Occidente desarrollado, no pagar las deudas contraídas, y no hacer políticas internas para el desarrollo. En efecto, más de 40 países del grupo son dictaduras corruptas que mantienen a sus países en las hambrunas, la pobreza y la violencia, para engrosar sus bolsillos en el poder. Nada tiene que ver Occidente desarrollado con la ausencia de integración económica Sur-Sur ni con las políticas internas de estos gobiernos corruptos. DESRESPONSABILIZAR a las élites políticas nacionales ha sido una aberración de la política exterior del dictador Fidel Castro, y de sus continuadores ,para atacar el "capitalismo mundial" propaganda de barricada, solo para destruir, nada para construir. En tanto no se exija las responsabilidades a las élites políticas nacionales del desastre de sus políticas internas, estas Cumbres serán dilapidar recursos para hacer "juegos florales". Gracias por tu análisis Elías.

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  2. El Señor que atendia el puesto de frita frente al Instituto de La Habana tenia mejor preparacion economica que el que se hace llamar "presidente" de la finca. Abria el puesto a las 7am y cerraba pasadas las 9pm, 6 dias a la semana, Se levantaba a las 4am para hacer las compras en el Mercado Unico de 4 Caminos y preparar los alimentos que servia. Eso duro por años hasta que el tu than kagon decreto la muerte de todo vestigio de emprendimiento privado. Un 14 de Marzo amanecio con un team de 3 robolucionarios que lo intervinieron y convirtieron en empleado del estado.
    Las deudas que los robolucionarios han contraidos caducan cuando ese sistema infernal desaparesca si los prestamista quieren cobrar que se apuren mientras la dictadura agonice (yo no voy asumir ni heredar un centavo de ella......

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