Análisis de la dinámica de los sectores de la economía castrista en 2011
Elías Amor Bravo, economista
Acaba de ser publicado el
Informe macroeconómico de América Latina y el Caribe de CEPAL, con interesantes
informaciones relativas al desempeño de la economía castrista. Durante 2011, la
economía de la Isla, inmersa en los cambios introducidos por Raúl Castro con el
título de “Lineamientos” ha tenido un desempeño inferior al planificado, un
2,7% frente al 3%, respectivamente, y lejos del crecimiento registrado en el
conjunto de países de América Latina, que se acercó al 4,3%.
El análisis por sectores
productivos de este deficiente comportamiento de la economía cubana permite
obtener interesantes conclusiones. El Informe señala que en el sector agrícola,
donde el último dato conocido fue la caída del -6% registrada en 2010, “la
aplicación de los lineamientos de la política económica y social aprobados en
mayo de 2011 para la actualización del modelo económico, se ha reflejado en
importantes medidas de política” que tratan de poner remedio a la grave
situación de crisis que obliga a importar alimentos para atender las
necesidades de la población.
Entre las medidas adoptadas
a cuenta gotas, con más miedo que decisión, “la ampliación del microcrédito
agrícola; la descentralización paulatina de la comercialización; el incremento
de precios para algunos productos que se pagan a los campesinos, así como una
aceleración del proceso de entrega de tierras en usufructo que comenzó en 2008
(Decreto Ley No 259), con la intención de favorecer la sustitución de
importaciones de alimentos”, es evidente que no han conseguido sus objetivos.
También cabe destacar la
“sustitución del sistema tradicional de contratación a productores, que obligaba
a vender al organismo estatal de acopio el 80% de su producción”, por un nuevo
mecanismo más flexible, basado en contratos negociados individualmente en los
que la cifra contratada depende del suministro de insumos, a la vez se permite
vender en el mercado libre la proporción (variable) de la producción no
contratada. Este sistema se aplica a 21 productos agropecuarios. Es evidente
que este tipo de medidas alejan a la economía castrista del funcionamiento
ordenado de la economía de mercado libre.
Por último, a fines de 2011
y por tanto, con escaso tiempo para evaluar sus resultados, se autorizó la
venta directa de productos agropecuarios a hoteles y restaurantes del sector
turismo, lo que ya se venía haciendo de forma irregular en el pasado, y que
tiene unos efectos muy limitados, que sólo afectan a aquellas explotaciones con
vínculos con el sector hotelero.
Este cuadro de medidas
liberalizadoras, que no tiene como objetivo modificar el sistema ineficiente de
derechos de propiedad, que limita e impide a los cubanos la tenencia de la tierra,
su acumulación, venta y comercialización libre, elementos fundamentales para
una auténtica reforma del sector, no ha dado los frutos apetecidos, y según
destaca CEPAL, el crecimiento de la producción agropecuaria apenas ha sido de
un 2%, inferior a la media del conjunto de la economía, e incapaz de atender
las necesidades de consumo interno.
Hasta que no se reforma en
profundidad el sistema de derechos de propiedad en la tierra y se apueste con
firmeza por el mercado libre como instrumento de asignación de recursos, la
agricultura cubana seguirá siendo un lastre de la economía para evolucionar.
Las fórmulas liberalizantes parciales que se han ensayado no sirven para dar
los estímulos necesarios a los productores para invertir de forma sostenible,
asegurar rendimientos en aumento y crecer. Ejes fundamentales sobre los que se
cimenta el desarrollo a medio plazo.
Otros sectores de la
economía tampoco se han visto beneficiados por las reformas. La industria
manufacturera creció un 2,7%, la construcción a pesar de los planes del
gobierno, experimentó una notable contracción de sus cifras de actividad, con
una disminución del 12,1% en las viviendas terminadas lo que agrava más aun, si
cabe, la deficiente situación de este sector en la economía. El único sector que
registro un crecimiento superior a la media fue el comercio, un 5%, lo que
guarda estrecha relación con la dinámica de las remesas, que han contribuido a
estimular la demanda interna, en un contexto de máxima debilidad productiva.
El Informe de CEPAL afirma
que “el crecimiento del empleo y de los salarios en el sector de las
actividades por cuenta propia compensaron, al menos parcialmente, la
disminución de los asalariados en el sector público”. Esa compensación parcial
es uno de los fracasos más destacados de las reformas introducidas por Raúl
Castro que, ante la presión social y del sindicato único, se ha visto obligado
a poner un freno al proceso de “idoneidad” de los candidatos a ser despedidos.
Aunque originalmente se había estimado que, en una primera etapa, el número de
empleados públicos disminuyera en 500.000 personas, este proceso se ha
ralentizado.
De ese modo, el crecimiento
de las actividades por cuenta propia autorizadas por el gobierno, y para el
cierre de diciembre sumaban ya 362.355 cuentapropistas, el doble del año
anterior (157.371). Del total de estos, el 66% no tenía otro vínculo laboral,
16% eran jubilados, mientras que el resto (18%) correspondía a trabajadores
estatales, lo que confirma que la apuesta por convertir a estos en trabajadores
por cuenta propia no está ofreciendo los resultados previstos.
El comportamiento del sector
exterior se ha visto beneficiado por las remesas de los exiliados y el turismo.
El informe constata que las remesas, con un aumento del 19,5%, se dirigen a
financiar pequeñas inversiones en el sector no estatal, pero dada la ausencia
de un sistema de derechos de propiedad el impacto de las mismas es menor que en
otros países de América Latina. Dada la peculiar estimación de los servicios de
salud o educación, el informe reporta un aumento del 20% de los ingresos por
ventas totales al exterior en 2011 corresponden a los servicios de salud, los
relacionados con el turismo, así como los informáticos.
Por su parte, los ingresos
turísticos crecieron un 11,9% en consonancia con un incremento del 7,3% en la
llegada de turistas a la isla caribeña. Así, en 2011 Cuba recibió a 2.716.317
turistas internacionales.
La evolución favorable de
las exportaciones contrasta con la debilidad de las importaciones, que se
vieron afectadas por la caída en las compras de maquinaria y equipo debido a
los bajos niveles de inversión pública. Una vez más, las inversiones necesarias
para modernizar la economía, vuelven a quedar postergadas. Por el contrario, la
ineficiencia productiva de la agricultura, obligó un año más a realizar compras
externas adicionales de alimentos por “48,9 millones de dólares (2,9% del total
importado) ante incumplimientos en la producción de carne vacuna y de cerdo,
leche de vaca, frijoles, maíz, café y cítricos”, en tanto que la dieta
alimentaria de los cubanos sigue siendo deficiente y sometida a rigurosos
controles.
De ese modo, aunque la
presión del déficit exterior fue menor, su composición, con claro predominio de
compras que deben financiarse a corto plazo y no contribuyen a mejorar la
capacidad productiva del país, sigue estrangulando las posibilidades de
crecimiento de la economía.
Tomado de Cubaliberal, 16 de junio de 2012
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