La sustitución de chapas de vehículos y los derechos de propiedad
Elías Amor Bravo,
economista
Leo la noticia en Granma
y no doy crédito. Ahora el castrismo, como si no fuera poco, se ha lanzado a un
proceso de cambio de chapas de identificación y de licencias de circulación de
todos los vehículos de motor, remolques y semirremolques, dentro de la
reorganización en el sector del transporte, de acuerdo con los "Lineamientos". En
esencia, con esta decisión, el régimen inicia un proceso de reinscripción de las
chapas de identificación de los autos.Peligroso.
Hasta no hace mucho
tiempo, los amigos que visitaban la Isla y regresaban al exilio nos contaban
que los autos legendarios de la década de los años 40 y 50 que habían quedado
confiscados por el régimen, circulaban por la Isla. A mí me producía
satisfacción saber que aquel Chevrolet del 52 que era propiedad de mi madre,
todavía circulaba con no pocas dificultades por las calles de Santiago de las
Vegas. Era un símbolo de permanencia y de lucha contra el régimen. Y lo más
sorprendente es que en las fotos que nos llegaban de amigos y familiares, las
chapas eran las mismas que en 1969, cuando abandonamos la Isla rumbo al exilio
como millones de cubanos.
Normal. Aquel auto seguía
teniendo un propietario y los derechos jurídicos, por mucho que el régimen se
empeñase en confundirlos o distorsionarlos con el paso del tiempo, seguían
estando ahí. Es uno de los rasgos de la propiedad. Que nunca se esfuma ni
desaparece. Puede pasar de manos, incluso por la fuerza, pero el objeto, el
derecho real, no se desvanece. Y mucho menos, cuando como en este caso, el auto
sigue funcionando y transportando pasajeros.
Por eso, antes de
continuar, conviene realizar una advertencia. Cuidado con cambiar chapas de
identificación y licencias de circulación de los vehículos. Por mucho que se
cambien las normas jurídicas que rigen los principios de funcionamiento del
proceso, conviene recordar que esos vehículos tienen unos propietarios, y en su
caso, herederos, cuyo título de propiedad es permanente e inviolable. No hay compensación
alguna. Mientras que el régimen mantenga su actuación, los autos circulan
porque sus dueños legítimos no hacen reclamación alguna de derechos de
propiedad. Pero llegará un día en que los títulos se harán efectivos y
entonces, ¿qué?
Quitar las chapas de un
automóvil, cambiarlas o sustituirlas en cualquier país del mundo es un delito.
Los automóviles cuando dejan de existir desaparecen con su titularidad en los
desguaces. Eso refuerza el derecho de propiedad y de uso. La decisión de las
autoridades de régimen, por muy reflexionada que esté, como todo lo que se hace
con los “Lineamientos” tiene una serie de puntos débiles.
La restauración de un
marco de derechos de propiedad, que fue vulnerado por el régimen castrista desde
el inicio de su andadura, y más tarde reforzado a partir de 1967 con las
nacionalizaciones de pequeños negocios, es una tarea fundamental sobre la que
no conviene arrojar más dudas de las estrictamente necesarias. Esa restauración
de la legalidad afecta a todos los activos de la economía, incluidos los
vehículos,
Desconozco si los
titulares de estos activos exigirán algún derecho de reversión sobre los
activos que fueron confiscados. Lo dudo. Dado el estado del parque de
vehículos, su obsolescencia y deterioro, no creo razonable exigir devolución
alguna. Pero no conviene perder de vista que esa decisión es posible en el
marco del derecho internacional privado. Y entonces, no habrá ni ventajas, ni
decisiones alocadas, ni cumplimiento de “lineamientos” que valgan. Habrá que
compensar.
Afortunadamente, como
casi todo lo que ocurre en el régimen castrista, las informaciones apuntan a
que el proceso de reinscripción y cambio de chapas está previsto a realizarse
en tres etapas, que en total abarcan un periodo de tres años. Largo me lo fiáis.
Tal vez el cambio en la Isla llegue antes de que termine ese irregular proceso
de cambio de chapas. Yo recomiendo que no tiren nada a la basura. Los vehículos
tienen un código de bastidor que los hace fácilmente identificables. No se
equivoquen.
Aquellos que compraron
realmente sus vehículos y pueden exhibir un título de propiedad, dentro de la
debilidad del sistema de derechos de propiedad del régimen castrista, que
cambien sus chapas y que cumplan la normativa. Pero aquellos vehículos anteriores
a 1959, cuya circulación por la Isla ha contribuido a paliar el desastre de la
política de transporte del régimen castrista, que se abstengan de jugar con
fuego, para no quemarse.
Tiempo habrá para valorar
otras decisiones del ministerio de transporte sobre la circulación en la Isla
de vehículos estatales (la amplia mayoría de los que existen). Medidas que lo
que hacen es reforzar los sistemas de control, ya de por si elevados, para
mantener los niveles de vigilancia sobre los movimientos de la población, una
de las claves del modelo represivo existente. Limitaciones en el medio de
transporte que debe circular con una determinada persona, mantenimiento de
hojas de ruta en transporte de cargas y pasaje o documentos de control de
consumo de combustible, convierten el desplazamiento de los cubanos por la Isla
en un quebradero de cabeza que recuerda a aquella magnífica película llamada
“Guantanamera”. Me voy a verla y a reírme un rato de los castristas.
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