El gasto de consumo del gobierno y la economía en 2021

Elías Amor Bravo economista

El consumo del gobierno, con un aumento del 15% en 2021 según las cuentas nacionales publicadas por la ONEI en el anuario estadístico, fue la única variable económica que tuvo un efecto positivo sobre la evolución del PIB. Convertida en motor del crecimiento desde la perspectiva del gasto, los restantes componentes de la demanda (consumo de los hogares, inversiones, exportaciones, importaciones) presentaron signos negativos tanto con respecto a 2021 como a 2019 antes del comienzo de la recesión de la economía. En esencia, se puede afirmar que el aumento del PIB del 1,3% registrado por la economía cubana en 2021 se debe, en exclusiva, al "manejo interesado" del gasto de consumo por el régimen.

Por otro lado, según las definiciones estadísticas, el consumo final efectivo del gobierno comprende el valor de los servicios de consumo colectivo prestados por el estado a la comunidad o a grandes secciones de la misma, básicamente, los gastos de administración, seguridad y defensa, educación, asistencia social, salud pública, cultura, deportes, entre otros. En la contabilidad nacional se añade el consumo de las instituciones sin ánimo de lucro para obtener un agregado de nivel superior que incluye además la producción de servicios prestados a la población, sin que medien relaciones mercantiles, por esas instituciones.

En el caso de la economía cubana, el consumo final del gobierno alcanzó, en precios corrientes, en 2021 un importe de 184.428 millones de pesos, equivalentes al 34% del PIB (la media en América Latina no superó el 10% según datos de CEPAL) y si se usa la definición en precios constantes, 14.114 millones de pesos, la participación en el PIB se situó en el 28%

En cualquier caso los datos revelan que más de la tercera parte del PIB de la economía cubana se mueve bajo el absoluto control de la gestión del régimen comunista, obedeciendo decisiones políticas y administrativas dentro del sector presupuestado. Un porcentaje que, si se añade el de las empresas dependientes del estado, lleva a ese casi 80% del PIB dependiente del régimen.

Es por ello fundamental prestar atención al comportamiento del gasto de consumo del gobierno con los datos publicados en las cuentas nacionales de la economía. En el Cuadro se observa que no todo el gasto del gobierno tuvo el mismo comportamiento y que se produjeron diferencias muy significativas entre los distintos componentes. Lo que indica ciertas preferencias "políticas" del régimen a la hora de manejar el gasto.

Cuadro.- Evolución del gasto de consumo del gobierno

 Datos en porcentajes de variación

2021 /20

2021/19

Consumo del gobierno e Instituciones sin fines de lucro

15,0

3,4

Servicios públicos generales, económicos y otros

5,5

5,4

Educación

9,4

-22,1

Sanidad

29,4

22,2

Asistencia social

110,9

117,4

Viviendas y ordenamiento urbano y rural

3,3

6,5

Cultura, Deporte y Recreación

-1,5

-11,8


El cuadro recoge la variación en % del gasto de consumo del gobierno en sus distintos componentes en la primera columna entre 2020 y 2021, y en la segunda columna entre 2019 y 2021 a fin de comprobar si ya se han recuperado los niveles anteriores a la recesión que comenzó en dicho año. Los datos de comparación se corresponden con las magnitudes a precios constantes, para corregir la influencia de la inflación y la tarea ordenamiento.

Como ya se ha señalado, el gasto de consumo final del gobierno creció un 15% entre 2020 y 2021 pero si se compara la cifra con la que había en 2019 el crecimiento fue inferior, solo un 3,4%. Lo que el régimen ha conseguido a nivel macroeconómico manejando el gasto de consumo del gobierno en 2021 lo ha hecho con un modesto crecimiento de la variable desde 2019.

De ahí las diferencias entre los componentes. El más expansivo ha sido la asistencia social, tanto en el primer caso (110,9%) como en el segundo (117,4%). A gran distancia, se sitúa el gasto en Salud, con aumentos igualmente significativos, de 29,4% y 22,2% y en tercer puesto Educación con 9,4% en 2021 respecto a 2020, que sigue sin recuperar el nivel de 2019, un descenso del -22,1% con respecto a ese año, indicando con ello, que aún no se han restablecido los niveles anteriores a la pandemia en este servicio.

Los gastos en servicios públicos generales aumentaron, de forma sostenida, un 5,5% y otro 5,4%. En el caso de vivienda y ordenamiento urbano y rural, los gastos han crecido en menor proporción, 3,3% y 6,5%. Sin embargo, los gastos de Cultura, deporte y recreación registraron descensos estimados de un -1,5% y de otro -11,8% si se compara con 2019.

De los distintos componentes del gasto de consumo final, la dinámica expansiva de los gastos en asistencia social tropezó con el hecho de su escasa participación en el total de los gastos de consumo del gobierno. Estos gastos supusieron en 2021 tan solo el 1,5% del total, a gran distancia de Salud que alcanzó el 41% del total o Educación, con otro 18%.

De modo que las cuentas nacionales revelan que más que una expansión del gasto de consumo final, que se circunscribe a la asistencia social que, por otra parte, tiene un peso relativo apenas insignificante dentro del total, lo que ha logrado el régimen en 2021 ha sido un retorno a los niveles de gasto anteriores a la pandemia en un contexto de menores ingresos tributarios por la caída de la actividad económica. 

Y manejando los gastos de consumo final, con apenas un 3,4% de crecimiento con respecto al nivel de 2019 logró el aumento del 15% del gasto de consumo en 2021 que ha sido clave para alcanzar un crecimiento del PIB del 1,3%. Todo artificial y lo que es peor, insostenible.

Como consecuencia de estos manejos, el déficit estatal sigue elevado, el -11,7% del PIB, casi el doble del que existía en 2019, un -6,5% y el endeudamiento crece de forma incontrolada, presionando la oferta de financiación a favor de los bonos soberanos del estado. Un modelo de gestión de la economía fracasado, que se olvida de prestar atención a los motores productivos (agropecuario, comercio, industria, azúcar, vivienda) que siguen paralizados, y se centra en el manejo oportunista e interesado del gasto en el sector presupuestado. Alguien debería responder por todo esto.

 

 

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