El marco jurídico laboral cubano: una fuente de desigualdades e injusticias

Elías Amor Bravo economista

En una Mesa redonda reciente compareció la ministra de trabajo, la señora Feitó Cabrera para hablar de las políticas de trabajo y seguridad social del régimen comunista cubano, un paréntesis de calma en medio de tanta visita y paseo por las centrales eléctricas. Lo que se dijo en ese programa no tiene desperdicio.

En realidad, no es así. Si hay un ámbito de la realidad económica y social cubana en que el conflicto, las diferencias y desigualdades aparecen con especial incidencia, este no es otro que el laboral. El ordenamiento jurídico que rige al trabajo en una economía comunista como la cubana, en el llamado “paraíso de los trabajadores” presenta contradicciones y diferencias notables entre los distintos colectivos que surgen de la aplicación del propio marco jurídico que fuerzan las autoridades del régimen.

Escuchar a la ministra lo dice todo, y por ello, arrancó su intervención señalando que “el empleo es un aspecto central en ese escenario, y hay una protección para el acceso de los jóvenes al empleo”. Bien, pero ¿y qué tiene que decir de los casi 200.000 cubanos, sobre todo jóvenes, que se han marchado del país a lo largo de los últimos seis meses? Esa “alta responsabilidad con los muchachos” de la que habló la ministra, deja mucho que desear cuando se observa la dura realidad en que viven los cubanos el día a día huyendo por Nicaragua. La ministra no está al cabo de la calle. La burocracia le impide ver el bosque.

Después anunció que los sectores de población prioritarios para al empleo son “las mujeres, los jóvenes que se licencian del servicio militar activo, las personas con discapacidad, aquellas que extinguen sanción en libertad y cumplen requerimientos para acceder a los beneficios de la excarcelación anticipada, así como cualquier otro ciudadano, en dependencia de la situación del país”.

Salvando el caso de la mujer cubana, que no parece que necesite protección en el acceso al empleo, teniendo en cuenta el grado de igualdad alcanzado con respecto a los hombres, ¿sabe la ministra cuál es la dimensión de ese público que califica de prioritario? ¿tiene una adecuada estimación de la relación entre potencial social y presupuestario? O, dicho de otro modo, ¿se calculan los presupuestos de forma correcta o se gasta sin más?

A continuación, enumeró los principios fundamentales de derecho que rigen en el sector estatal y no estatal de la economía, entre los que se encuentran “la protección al salario mínimo, el principio de igualdad y no discriminación, la prohibición del trabajo infantil, la garantía de la seguridad y salud en el trabajo, el derecho a la superación, al descanso semanal, mensual, a las vacaciones pagadas, el derecho a la seguridad social y el derecho a promover acciones cuando el trabajador considere que algunas de sus prerrogativas no han sido cumplidas, entre otras facultades”.

¿Sabe la ministra comunista cubana cuántos países del mundo tienen esos mismos derechos, incluso muchos más, incorporados a su ordenamiento laboral? Pues ni más ni menos que 153, se puede consultar en la base de datos de la Organización Internacional del Trabajo, OIT. El caso cubano, simplemente, es uno más. Nada excepcional.

También se refirió al teletrabajo y del pluriempleo, cuestiones que están de actualidad, sobre todo tras la pandemia, y que, en opinión de la ministra, igualmente, en Cuba “reciben un tratamiento especial”. Tampoco es cierto. Aunque existe un amplio reconocimiento a nivel mundial, la ministra dijo que el teletrabajo y el trabajo a distancia en Cuba “aún son vistos como cuestiones de contingencia y no como una forma de organizar el trabajo” para añadir que esta situación debe modificarse, “pues ambas opciones son favorables para el trabajador y las administraciones”. Bien ministra, ¿pero se ha detenido a pensar si lo son para las empresas y la actividad económica productiva?

Después ofreció información relativa a las nuevas condiciones que rigen la contratación de jubilados, una señal que indica que las pensiones no sirven para llegar a fin de mes y la enorme injusticia que existe con las personas que entregaron su vida a luchar por una revolución que ahora les niega la subsistencia básica. Ahora, cada entidad puede realizar libremente la contratación de eméritos, si bien, la ministra dijo que “no es un derecho del jubilado contratarse, sino una decisión de la administración, en caso de necesitarlo”, lo que tampoco abre opciones en el sector privado para estos trabajadores.

La ministra se refirió a la “eliminación de todos los indicadores directivos y límites que topaban el salario (incluyendo el pago por alto desempeño) ”, en particular, en las entidades presupuestadas con tratamiento especial, que son las que generan ingresos propios, “los trabajadores pueden ser beneficiados con sistemas de pago, diseñados en la entidad con la participación de los trabajadores y parte del Convenio Colectivo de Trabajo”, una vez más, creando diferencias y desigualdades en el ámbito laboral que tropiezan con las esencias del modelo económico y social.

Como alternativa, la señora Feitó mencionó la reciente aprobación del diseño descentralizado del salario de la entidad, e indicó que 450 entidades ya lo aplican, creando una serie de mejoras y condiciones para respaldar el aumento de salario con producción. En esta modalidad ya hay 507.000 trabajadores (poco más del 10% de los ocupados) y, según la ministra “los resultados desde el punto de vista de eficiencia empresarial, incremento de la productividad, crecimiento del aporte al presupuesto de Estado y los ingresos de los trabajadores han mejorado”. Si no se extiende a toda la economía, es porque hay un largo camino por recorrer. Más desigualdades en el ámbito laboral.

A partir de esta presentación, Randy Alonso formuló algunas preguntas a la ministra sobre cuestiones del momento.

Preguntada sobre la creación de empleo, la ministra reconoció que, en Cuba los nuevos empleos “se generan a partir de las nuevas inversiones o de la recuperación de capacidades en la industria, y anualmente, en la elaboración del plan de la economía, cada uno de los organismos inscribe en el plan cuáles van a ser las nuevas inversiones y qué impacto tendrá eso en la generación de nuevos empleos”. De no cumplirse el plan, como ocurre de forma sistemática, las cifras se encajan a golpes y así ocurre lo que ocurre.

Hizo referencia de paso a la generación del autoempleo y señaló que se trabaja en la ampliación y perfeccionamiento del trabajo por cuenta propia a la vez que se potencian nuevos actores económicos, como las mipymes y las cooperativas no agropecuarias.

En este punto, sostuvo que no es suficiente la existencia de esas políticas a nivel nacional. Hay que generar empleo también a nivel local, alineado con la estrategia económica y social de cada territorio. Y aquí señaló que “en esta cuestión el ministerio ha evolucionado muchísimo”, sin precisar mucho más.

Se refirió a las APPS creadas por el ministerio, con las que las entidades pueden promocionar los empleos vacantes e informar sobre el salario y las condiciones laborales, y cubren la demanda del sector estatal, así como la de cualquier actor económico que busque contratar. No ofreció datos del nivel de utilización de estas APPs estatales por parte de los cubanos en su búsqueda de empleo o por las empresas. Se supone que no será elevado.

Alonso preguntó sobre el proceso de reconversión de cuentapropistas que tienen más de tres trabajadores contratados a mipymes o cooperativas no agropecuarias, y la ministra indicó que el próximo 20 de septiembre vence el plazo para esta opción que otorga personalidad jurídica a las entidades que asumen esta transformación.  Señaló al respecto que de entre 11.000 y 12.000 trabajadores que debían realizar la reconversión, quedan pendientes de presentar la solicitud 1.429 al cierre del lunes 29 de agosto. De esos 1.429, son de La Habana 1.025, indicando que se ha apercibido a la mayoría, el 93% y añadió que cuando expire el plazo, esos trabajadores por cuenta propia que tienen más de tres personas contratadas estarán en un limbo de ilegalidad.

Al respecto indició que no se piensa en cerrar estos negocios porque esos cuentapropistas que quedan mantienen trabajadores contratados que tienen familias, pero sí que "debe caer sobre el empleador la responsabilidad de que no va a dejar sin empleo a tantas personas por un capricho o una indisciplina". La ministra considera que la decisión libre de un trabajador por cuenta propia de no convertirse en mipyme, como le obliga el gobierno, es un capricho, pero ella nunca se ha planteado si no será mucho peor el capricho comunista suyo de injerencia y control para que estas pequeñas entidades, que funcionan con eficacia y rentabilidad sin necesidad de personalidad jurídica, se conviertan en mipymes. Debería reflexionar.

Alonso preguntó sobre la situación de los ingresos y los trabajadores interruptos en el país y a ello la ministra reconoció que “decir en estos momentos que los ingresos son suficientes sería totalmente falso. Son insuficientes, no solamente el salario, también las pensiones y las prestaciones de la asistencia social, porque el salario ha perdido capacidad de compra, eso es una realidad”. Fue un instante de coherencia en el que la ministra se acercó a la dura realidad del momento económico.

En su opinión, desmontando el ordenamiento comunista de 63 años, el salario no se puede examinar como una categoría independiente, tiene que haber una correlación con los precios, indicando que están tratando de que las personas ordenen el análisis del salario. La ministra olvida la referencia principal de los salarios que no es otra que la productividad, y así le va. Citó el caso de entidades con salarios bajos, porque están paralizadas total o parcialmente ya que no tienen los insumos suficientes para producir, no tiene electricidad, no tiene el combustible suficiente.

Dijo que en la actualidad hay 40.000 trabajadores interruptos en Cuba y tan solo un 29% ha sido reubicado. Añadió que cuando se trata de una interrupción corta “es muy difícil reubicar a los trabajadores, pero cuando son interrupciones por un periodo mayor, lo que debe hacer la entidad es reubicar”. Citó el ejemplo en La Habana donde hay déficit de fuerza de trabajo para la campaña contra el dengue. Para la ministra, podría ser una ubicación, porque la entidad tiene que hacer la gestión de empleo para sus trabajadores. La entidad no puede desentenderse. Imaginemos un contable interrupto convertido en fumigador contra el dengue. No es extraño que los cubanos quieran huir del país con estas cosas.

En este punto, la ministra examinó lo ocurrido con salarios y precios tras la aplicación de la tarea ordenamiento, en una de las intervenciones oficiales que mejor reflejan el fracaso de las autoridades en este programa. 

La ministra empezó diciendo que el salario estaba teóricamente previsto que se incrementara cinco veces. Esa proporción, "en cierta manera se ha mantenido y han subido un poco más por las medidas salariales adoptadas". Después señaló que "teóricamente los precios iban a subir 1,6 veces. Nada que ver con lo ocurrido en la realidad. Los precios se han disparado, ese déficit de oferta produjo un desabastecimiento, y ha habido un proceso especulativo con los precios. Una situación que hay que enfrentar". Y entonces, ¿a qué esperan?

Y por ello, afirmó que, si se anunciara hoy un incremento del salario, “la felicidad no iba a durar en las condiciones en que estamos, porque los precios se iban a disparar y a consumir ese incremento, que se iba a volver nulo”. A continuación, dijo que “eso no quiere decir que no haya que hacer nada, porque nosotros tenemos que cambiar y seguir con todas las medidas que hemos aprobado. El país tiene que reproducirse económicamente con lo que nosotros seamos capaces de hacer”, nunca sin referirse a la productividad y la competitividad que están borradas del lenguaje comunista. Y claro, como nunca puede faltar, todo este grave escenario salarial y de precios es causa del bloqueo, que “existe y está recrudecido”. Era raro que no hubiera salido el tema del bloqueo en todo el programa.

Alonso preguntó a la ministra sobre cómo seguir sosteniendo el esquema de seguridad social y aquí la señora Feitó dijo que el presupuesto destinado a la seguridad social para este año, aprobado por la Asamblea Nacional, es de 37.000 millones de pesos. Un presupuesto deficitario en que el 69% de los gastos se cubren con las contribuciones que hacen los empleadores y los trabajadores, pero el Estado tiene que transferir el 31% de su presupuesto central para que la diferencia entre ingresos y gastos se pueda solucionar. En esta descompensación inciden aspectos como el hecho de que los jubilados “permanecen disfrutando del sistema 17 años como promedio por la esperanza de vida que tiene el país”. Disfrutando de pensiones de 2.000 pesos mensuales unos 17 dólares al cambio actual.

Por ello, en este punto, la ministra dijo que la sostenibilidad del sistema de pensiones es muy importante y citó un ejemplo, “si uno incrementara solamente un peso la seguridad social de cada pensionado por un año, se necesitarían 19.000 millones de pesos. Por lo tanto, cualquier movimiento que se vaya a hacer en los ingresos son cientos de miles de millones de pesos.

Defendió el perfeccionamiento de la cobertura por cuanto supone de igualdad en las prestaciones de quienes trabajaron en el sector estatal y no estatal, y el perfeccionamiento de los medios de pago, calificando de éxito que el 57% de los pensionados cobre por tarjeta magnética y el resto lo hace por nómina electrónica. Todavía queda un gran espacio por recorrer por la insuficiencia de cajeros o la desconfianza de los cubanos con los bancos, aspectos sobre los que la ministra pasó de largo.

La señora Feitó Cabrera explicó que en 2021 se produjo una mejora de todo el sistema de prevención social con la publicación de tres acuerdos del Comité Ejecutivo del Consejo de ministros.

El primero, dedicado al perfeccionamiento de la labor del trabajador social, el segundo al proceso de perfeccionamiento de los servicios y la atención a las vulnerabilidades y el tercero a la entrega de recursos a las personas en situación de vulnerabilidad.

La ministra dijo que el reto del trabajo de prevención social es comprender que “es una ciencia social, en la que hay que abandonar el empirismo. Que no se trata de intervención, sino de transformar desde la lógica de la pregunta y no la respuesta, porque el trabajo social no tiene las respuestas para todo”.

En este punto estuvo profunda la ministra, para entrar incluso en la capacidad de resiliencia que tienen las personas, entendiendo que “nadie es vulnerable per se, nadie es vulnerable por ser un adulto mayor, nadie es vulnerable porque tiene tres o más hijos, en referencia a las madres en esta situación que solicitan vivienda”. La ministra señaló que esos casos de madres con hijos no son “vulnerables”, y añadió que el estado no es quien debe correr con los gastos, sino los padres que tienen la obligación de atender a sus hijos. Mal, muy mal deben andar de dinero para decir algo así. No es extraño que los cubanos huyan de Cuba al escuchar a sus autoridades decir este tipo de cosas.

Comentarios

  1. “El país tiene que reproducirse económicamente con lo que nosotros seamos capaces de hacer”, nunca sin referirse a la productividad y la competitividad que están borradas del lenguaje comunista. “

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