Reformas en los "lineamientos": primeros cambios, primeros fracasos a la vista
Uno de los puntos fuertes de los denominados “lineamientos” con los que Raúl Castro pretende conseguir la “actualización del socialismo” en la economía castrista, ha sido la autorización para el trabajo por cuenta propia. En efecto, el “lineamiento” número 168 apuesta por una ampliación del trabajo no estatal como una alternativa más de empleo.
Y puestos a cambiar las cosas, apenas han transcurrido unos meses, y el régimen ya ha puesto encima de la mesa una serie de modificaciones de la norma que justifican en “base al análisis de las actuales experiencias”.
Lo que se deduce de este tipo de actuaciones, es la falta de ideas claras, la ausencia de una voluntad real de cambio de la economía, y la tesis de que el raulismo sólo busca ganar tiempo, sin ir directamente a la solución de los problemas reales de una economía ineficiente, poco competitiva y en bancarrota, heredera de un proyecto revolucionario mantenido durante medio siglo en contra de la razón y de la voluntad social.
Un artículo en Granma aborda estas cuestiones y recoge declaraciones de la ministra de Trabajo y seguridad social castrista, Margarita González así como de otros representantes de nivel similar o menor de hacienda, contabilidad, vivienda o transportes, comunicadas a la opinión pública en rueda de prensa a través del diario que monopoliza la información del régimen, y que modifican algunos aspectos de las medidas ya anunciadas meses atrás.
Básicamente, los cambios introducidos son de alcance limitado, y sólo se refieren a “la eliminación de la obligatoriedad de contratar personal en ocho actividades, y la posibilidad de que todas puedan emplear a otros trabajadores, modalidad en la cual están inscritos el 10 % de los 333.206 cuentapropistas ya registrados”.
Las nuevas actividades que autorizan el trabajo por cuenta propia son “granitero”, agentes de seguros y “organizadores de servicios integrales para fiestas de 15, bodas y otros”, una vez más, actividades de servicios fundamentalmente personales, de bajo valor añadido, orientadas al consumo, de aquellos segmentos de la población con acceso a moneda fuerte, bien por su proximidad a los sectores en los que esta fluye, o porque reciben remesas de sus familias en el extranjero.
Sorprende las cuotas impositivas que se establecen para cada una de estas actividades, sin relación alguna con el mercado y/o los niveles de actividad. Así, el granitero, que se aprueba por las direcciones de trabajo y por la Oficina del Historiador de La Habana se integra al régimen general de tributación con una cuota mensual a cuenta del impuesto a los ingresos personales de 150 CUP.
El organizador de servicios integrales para fiestas de 15, bodas y otros, también perteneciente a este régimen general de tributación, pagará una cuantía mínima mensual de 300 pesos, el doble. El agente de seguros se incorpora al régimen simplificado, con 20 pesos de cuota consolidada, siete veces menos que el primero. Es evidente que la fiscalidad se está fijando con unos criterios recaudatorios y limitativos que, en absoluto, van a permitir el despliegue de estas actividades.
Hasta la fecha, el régimen no ha prestado atención a la autorización para el trabajo por cuenta propia en sectores y actividades con capacidad real de producción y generación de riqueza, vinculadas a la industria y las manufacturas, generado instrumentos para detraer el mayor volumen posible de recursos de moneda fuerte.
En materia de seguridad social, la ministra anunció la eliminación de la obligación de afiliación al régimen de seguridad social para las mujeres de 60 años o más y para los hombres de 65 o más, en línea con los cambios ya introducidos anteriormente en las edades de jubilación. Lo cierto es que no se sabe muy bien a qué va esta medida, si no es a reducir los gastos del presupuesto de seguridad social, en unos momentos en los que la falta de recursos está acorralando a la economía castrista.
También se han producido algunos cambios en relación con los asuntos tributarios. La viceministra de Finanzas y Precios, aclaró en la misma rueda de prensa, que los cuentapropistas que desearan desvincularse del régimen especial de contribución a la seguridad social “podrían hacer la petición dentro de los 120 días posteriores a la entrada en vigor del Decreto-Ley 284 (el pasado viernes 9) y tendrán hasta un año para solicitar la devolución del monto de los pagos efectuados por este concepto”.
Sin referir tampoco a cuál sería su situación con respecto a la seguridad social, lo que indica que deberían cotizar por otro régimen que no fuera el especial, posiblemente más oneroso.
Las nuevas disposiciones modifican las condiciones para pertenecer al “régimen simplificado de tributación”, pues con la posibilidad de que todas las actividades puedan contratar trabajadores, este régimen se aplica a cualquiera de las 93 actividades más sencillas, en las que se emplee a un único cuentapropista. La falta de una adecuada regulación fiscal aventura un escenario de actas de infracción masivas, que posiblemente lleven al traste a numerosas actividades.
En materia de contratación de trabajadores, una vez más se intenta estimular el crecimiento del empleo, pero ya adelanto que estas medidas van a tener escaso éxito. De ese modo, a partir de ahora los cinco primeros trabajadores contratados, liberan del pago de los impuestos durante el período de tiempo que va de julio a diciembre de este año.
Al no indicar qué sucederá después, la incertidumbre cae como una pesada losa sobre las decisiones de quienes vayan a contratar trabajadores, lo que puede frenar su aventura. Otras propuestas son simplemente escandalosas, y dan una idea del estado de postración absoluto de la economía castrista: la modalidad simplificada de tributación se aplica también a los transportistas de pasajeros con medios de tracción animal que presten sus servicios para el traslado de alumnos, y esta sea su única fuente de ingresos.
Es increíble que se siga transportando alumnos a las escuelas con animales, más atraso es imposible, y las medidas que se adoptan parecen ir dirigidas a mantener esa actividad y no propiciar su modernización.
Todos estos cambios, incluyen el aplazamiento hasta el año 2012 de la aplicación del Sistema Simplificado de Contabilidad para los trabajadores por cuenta propia, así como la obligación de habilitar cuentas bancarias por parte de los cuentapropistas.
Conviene recordar que estas medidas ya normadas anteriormente, se han ido retrasando ante la falta de una cultura contable y financiera de los que se establecen por cuenta propia, lo que ha generado no pocas protestas. Una decisión que, por otra parte, pone de manifiesto el atraso relativo de la economía castrista y su bajo nivel de adecuación a las condiciones en que se desarrollan las actividades económicas.
También se aportaron algunas propuestas en materia de transporte, de vivienda y de sanidad, en un intento de dar un contenido a la regulación establecida por el estado de la actividad de los trabajadores por cuenta propia.
En suma, por un lado se critica la burocracia y la escasa flexibilidad de los directivos y responsables estatales para afrontar los cambios incorporados en los lineamientos, y una semana después, se descargan con un paquete de medidas de control e intervención que van dirigidas a vigilar de cerca un proceso que sujeto a elevados niveles de incertidumbre, no conseguirá los resultados buscados.
Los “lineamientos” vistos desde esta perspectiva no van a ayudar a superar los graves problemas de la economía castrista, sino a aumentarlos. Su viabilidad puede ser eliminada en cualquier momento.
Tomado de: www.miscelaneasdecuba.net
Y puestos a cambiar las cosas, apenas han transcurrido unos meses, y el régimen ya ha puesto encima de la mesa una serie de modificaciones de la norma que justifican en “base al análisis de las actuales experiencias”.
Lo que se deduce de este tipo de actuaciones, es la falta de ideas claras, la ausencia de una voluntad real de cambio de la economía, y la tesis de que el raulismo sólo busca ganar tiempo, sin ir directamente a la solución de los problemas reales de una economía ineficiente, poco competitiva y en bancarrota, heredera de un proyecto revolucionario mantenido durante medio siglo en contra de la razón y de la voluntad social.
Un artículo en Granma aborda estas cuestiones y recoge declaraciones de la ministra de Trabajo y seguridad social castrista, Margarita González así como de otros representantes de nivel similar o menor de hacienda, contabilidad, vivienda o transportes, comunicadas a la opinión pública en rueda de prensa a través del diario que monopoliza la información del régimen, y que modifican algunos aspectos de las medidas ya anunciadas meses atrás.
Básicamente, los cambios introducidos son de alcance limitado, y sólo se refieren a “la eliminación de la obligatoriedad de contratar personal en ocho actividades, y la posibilidad de que todas puedan emplear a otros trabajadores, modalidad en la cual están inscritos el 10 % de los 333.206 cuentapropistas ya registrados”.
Las nuevas actividades que autorizan el trabajo por cuenta propia son “granitero”, agentes de seguros y “organizadores de servicios integrales para fiestas de 15, bodas y otros”, una vez más, actividades de servicios fundamentalmente personales, de bajo valor añadido, orientadas al consumo, de aquellos segmentos de la población con acceso a moneda fuerte, bien por su proximidad a los sectores en los que esta fluye, o porque reciben remesas de sus familias en el extranjero.
Sorprende las cuotas impositivas que se establecen para cada una de estas actividades, sin relación alguna con el mercado y/o los niveles de actividad. Así, el granitero, que se aprueba por las direcciones de trabajo y por la Oficina del Historiador de La Habana se integra al régimen general de tributación con una cuota mensual a cuenta del impuesto a los ingresos personales de 150 CUP.
El organizador de servicios integrales para fiestas de 15, bodas y otros, también perteneciente a este régimen general de tributación, pagará una cuantía mínima mensual de 300 pesos, el doble. El agente de seguros se incorpora al régimen simplificado, con 20 pesos de cuota consolidada, siete veces menos que el primero. Es evidente que la fiscalidad se está fijando con unos criterios recaudatorios y limitativos que, en absoluto, van a permitir el despliegue de estas actividades.
Hasta la fecha, el régimen no ha prestado atención a la autorización para el trabajo por cuenta propia en sectores y actividades con capacidad real de producción y generación de riqueza, vinculadas a la industria y las manufacturas, generado instrumentos para detraer el mayor volumen posible de recursos de moneda fuerte.
En materia de seguridad social, la ministra anunció la eliminación de la obligación de afiliación al régimen de seguridad social para las mujeres de 60 años o más y para los hombres de 65 o más, en línea con los cambios ya introducidos anteriormente en las edades de jubilación. Lo cierto es que no se sabe muy bien a qué va esta medida, si no es a reducir los gastos del presupuesto de seguridad social, en unos momentos en los que la falta de recursos está acorralando a la economía castrista.
También se han producido algunos cambios en relación con los asuntos tributarios. La viceministra de Finanzas y Precios, aclaró en la misma rueda de prensa, que los cuentapropistas que desearan desvincularse del régimen especial de contribución a la seguridad social “podrían hacer la petición dentro de los 120 días posteriores a la entrada en vigor del Decreto-Ley 284 (el pasado viernes 9) y tendrán hasta un año para solicitar la devolución del monto de los pagos efectuados por este concepto”.
Sin referir tampoco a cuál sería su situación con respecto a la seguridad social, lo que indica que deberían cotizar por otro régimen que no fuera el especial, posiblemente más oneroso.
Las nuevas disposiciones modifican las condiciones para pertenecer al “régimen simplificado de tributación”, pues con la posibilidad de que todas las actividades puedan contratar trabajadores, este régimen se aplica a cualquiera de las 93 actividades más sencillas, en las que se emplee a un único cuentapropista. La falta de una adecuada regulación fiscal aventura un escenario de actas de infracción masivas, que posiblemente lleven al traste a numerosas actividades.
En materia de contratación de trabajadores, una vez más se intenta estimular el crecimiento del empleo, pero ya adelanto que estas medidas van a tener escaso éxito. De ese modo, a partir de ahora los cinco primeros trabajadores contratados, liberan del pago de los impuestos durante el período de tiempo que va de julio a diciembre de este año.
Al no indicar qué sucederá después, la incertidumbre cae como una pesada losa sobre las decisiones de quienes vayan a contratar trabajadores, lo que puede frenar su aventura. Otras propuestas son simplemente escandalosas, y dan una idea del estado de postración absoluto de la economía castrista: la modalidad simplificada de tributación se aplica también a los transportistas de pasajeros con medios de tracción animal que presten sus servicios para el traslado de alumnos, y esta sea su única fuente de ingresos.
Es increíble que se siga transportando alumnos a las escuelas con animales, más atraso es imposible, y las medidas que se adoptan parecen ir dirigidas a mantener esa actividad y no propiciar su modernización.
Todos estos cambios, incluyen el aplazamiento hasta el año 2012 de la aplicación del Sistema Simplificado de Contabilidad para los trabajadores por cuenta propia, así como la obligación de habilitar cuentas bancarias por parte de los cuentapropistas.
Conviene recordar que estas medidas ya normadas anteriormente, se han ido retrasando ante la falta de una cultura contable y financiera de los que se establecen por cuenta propia, lo que ha generado no pocas protestas. Una decisión que, por otra parte, pone de manifiesto el atraso relativo de la economía castrista y su bajo nivel de adecuación a las condiciones en que se desarrollan las actividades económicas.
También se aportaron algunas propuestas en materia de transporte, de vivienda y de sanidad, en un intento de dar un contenido a la regulación establecida por el estado de la actividad de los trabajadores por cuenta propia.
En suma, por un lado se critica la burocracia y la escasa flexibilidad de los directivos y responsables estatales para afrontar los cambios incorporados en los lineamientos, y una semana después, se descargan con un paquete de medidas de control e intervención que van dirigidas a vigilar de cerca un proceso que sujeto a elevados niveles de incertidumbre, no conseguirá los resultados buscados.
Los “lineamientos” vistos desde esta perspectiva no van a ayudar a superar los graves problemas de la economía castrista, sino a aumentarlos. Su viabilidad puede ser eliminada en cualquier momento.
Tomado de: www.miscelaneasdecuba.net
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