Y las remesas ¿qué?

Elías Amor Bravo, economista


Acaba de ser publicado el Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe 2013, que elabora CEPAL.

El diagnóstico de la economía castrista se resuelve en poco más de dos páginas. A modo de resumen, se reporta una previsión de crecimiento del 3% para 2014, similar a la del año en curso, que inicialmente se había planificado en un 3,2%.  El Informe destaca los factores que explican que el PIB en la Isla haya registrado una de las más bajas tasas de crecimiento del conjunto de países de América Latina situándose una vez más, en el puesto 15º de un total de 20.

Por el frente interno, se señalan los bajos niveles de inversión en relación con el PIB lo que frena la modernización tecnológica de la economía, y en el externo, el estancamiento del número de turistas y de la caída del precio del níquel en los mercados mundiales, reducen el crecimiento de los ingresos.

La panoplia de medidas incorporadas en los llamados “lineamientos”, de los que ofrece una relación el Informe, no parece que estén dando los resultados apetecidos ya que el crecimiento económico se estanca. Cabría preguntarse, en ausencia de esas medidas, qué podría estar ocurriendo con la economía. Las entregas de tierras ociosas, el aumento del número de trabajadores por cuenta propia, los indicios de cierta actividad bancaria y crediticia, la autorización de nuevas organizaciones cooperativas, o las reformas en el funcionamiento de los mercados de distribución en determinados puntos del territorio, aparecen como un salvavidas para evitar la ineficiencia y el empobrecimiento que genera la economía de planificación central sin derechos de propiedad sobre la población cubana. Y ya va para 55 años.

Se contrasta esta dinámica de actuaciones, escasamente coordinadas entre sí, con el mantenimiento de la política de reducción del déficit, que sigue anclado en el 3,6% del PIB, una cifra anormalmente elevada para una economía en la que todos los activos siguen estando en manos del Estado. Por el lado positivo, la renuncia al proceso de monetización de ese deficit y el intento de financiarlo con recurso al crédito bancario, para lo que se han vuelto a fijar normas obligatorias para los depósitos de quiénes obtengan ingresos superiores a 50 mil pesos año (2.000 euros al año). La cuestión es que, sin acceso a los mercados internacionales de financiación, al régimen sólo le queda gastar menos, y ajustarse a los ingresos. Y año tras año, ese ejercicio parece imposible, a pesar de las duras medidas de restricción presupuestaria que se han ido adoptando.

En el Informe citado se hace una referencia limitada a las remesas que envían a la Isla las familias de los cubanos residentes en el exterior, como instrumento compensatorio del déficit exterior. Sin embargo, según diversas fuentes es uno de los principales capítulos de financiación existentes en la actualidad. Tal vez, por falta de datos por parte de la estadística oficial castrista. En tal caso, imperdonable. La importancia de las remesas es fundamental para explicar los movimientos en el consumo interno, si los salarios medios reales se han mantenido estables como señala el Informe. Las remesas se han convertido en un importante componente del consumo, que no del ahorro y la construcción de capital privado, lo que sigue siendo una prohibición ideológica de un régimen que culpa su ineficiencia e improductividad al llamado “bloqueo externo”, por cierto, del que también se hace eco este año la CEPAL.

Cabría preguntarse qué podría estar sucediendo en una economía prácticamente paralizada y bloqueada, sin ese aporte de recursos procedentes del exterior que algunos analistas sitúan en unas cifras similares a las que aporta el conjunto de la actividad turística. Las remesas son un valioso mecanismo para el crecimiento económico en la mayor parte de países de América Latina. Su contribución en términos de renta y riqueza es fundamental para explicar el devenir económico de numerosos países. En la economía castrista, están actuando como un colchón compensatorio para salvar situaciones de extrema escasez, sin que se puedan utilizar como instrumento para el desarrollo económico. Alguien debería dar una explicación.


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