El balance del turismo extranjero en 2013: sombras y oscuros

Elías Amor Bravo, economista

Inmersos de lleno en los fastos de la CELAC, los Castro no han advertido que su Oficina Nacional de Estadística, ONE, acaba de publicar los datos relativos al turismo internacional en Cuba durante 2013, que supone un nuevo varapalo a las autoridades responsables de este sector, fundamental para obtener ingresos con los que financiar el abultado déficit del comercio exterior.

En 2013, llegaron a Cuba 2852572 turistas del extranjero, una cifra que tan solo representa un modesto incremento del 0,5% con relación al año anterior. Queda atrás la cifra objetivo de los 3 millones, que nadie sabe muy bien cuál es su origen o racionalidad, pero que la propaganda del régimen alardea continuamente. Antes de proseguir con el análisis es importante poder contrastar este resultado con dos datos que pueden ser útiles a los efectos del análisis.

En 2013, la República Dominicana atrajo a 4,7 millones de turistas, casi el doble. Luego el problema no es la crisis económica o el Caribe, sino que se tienen que identificar otras causas. Y por otra parte, 2013 ha sido un gran año para el turismo mundial, con 52 millones más de viajeros que en 2012, según datos de la Organización Mundial del Turismo, OMT. Los destinos preferidos del turismo han sido Sureste asiático, Europa central y del Este, Europa mediterránea y Norte de África con aumentos superiores al 6% en todas estas zonas.

Mientras el turismo internacional crece un 5% en 2013, en Cuba lo hace tan solo en un 0,5% lo que significa prácticamente quedar estancado con respecto al año anterior. Es evidente que los responsables de la administración turística no han hecho bien su trabajo. Y si bien es cierto que los países del Caribe registraron un 1% de aumento en sus llegadas de viajeros, ese porcentaje supone duplicar al resultado alcanzado en Cuba. Recomendación: que se lo hagan ver.

En diversos trabajos anteriores venía advirtiendo que la temporada de turismo en Cuba no iba a ser buena en 2013. Los resultados han confirmado estas previsiones.

En la perspectiva de cinco años, la entrada de viajeros en Cuba pasó de 2,4 millones en 2009 hasta 2,7 millones en 2011, y desde entonces, las cifras se han estabilizado sin alcanzar ese resultado que la propaganda del régimen ansia, que son los 3 millones de turistas.

¿Qué hay detrás de este fracaso?

Los mercados principales se han estancado o incluso han reducido su aportación. Es el caso de Reino Unido, con un descenso del 3%, Francia, con algo más, un 5%, Italia, con un porcentaje similar, 4,7%, España con un 11%, se sitúa a la cabeza de este ranking. Es indudable que el efecto de la crisis está ejerciendo una sustitución en las preferencias, lo que lleva a ingleses o franceses a elegir las costas españolas, marcando en 2013 un ejercicio de resultados record, con más de 60 millones de turistas.

Tan solo Canadá, que acaba siendo el principal mercado emisor de la Isla, con 1105729 y un aumento del 3,2% y en menor medida Alemania, con 115984 y un aumento del 6%, contribuyen a mejorar el balance del año.

Los países de América Latina también han canalizado turismo hacia Cuba, destacando Venezuela o Chile y en menor medida México, pero estos países aportan cifras absolutas que, en ningún caso, compensan las fuentes caídas registradas en los principales mercados europeos.

Hay que revisar en profundidad el actual diseño de la política turística. No es posible competir a nivel mundial con un producto que es incapaz de conseguir la fidelidad y repetición de los turistas. El gran éxito del modelo español es conseguir que millones de ingleses, alemanes o franceses vuelvan cada año a disfrutar de sus vacaciones. En Cuba, eso no parece que esté dando los resultados apetecidos. La política turística ha tocado techo. Las previsiones de las compañías hoteleras que apostaron por el futuro del sector en Cuba se están viendo frenadas por los obstáculos al pleno desarrollo del mismo. Es incompatible pensar en un turismo viable y sostenible en presencia de un estado que todo lo controla.

En el sector turismo existe un espacio magnífico para el desarrollo de las actividades por cuenta propia, para el crecimiento de la empresa privada y para el establecimiento de un marco jurídico estable de respeto a los derechos de propiedad.  Una libertad absoluta para la empresa cubana, donde los nacionales del país puedan abrir sus negocios en pie de igualdad con los extranjeros, en las distintas ramas de actividad que soportan al sector turismo. Estos aspectos no se observan en Cuba y son necesarios a la vista de los resultados mediocres que se presentan en este análisis. Ojalá las autoridades tomen buena nota. El camino que han seguido, al menos hasta la fecha, no es el adecuado.

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