A vueltas con los salarios cubanos
Elías Amor Bravo, economista
La Oficina Nacional de Estadística de
Cuba, ONE, acaba de publicar un nuevo trabajo titulado “Salario medio en
cifras. Cuba 2014” en el que se da cuenta de la evolución de las
retribuciones nominales que perciben los trabajadores cubanos y las
diferencias que se observan entre las distintas provincias y actividades de la
economía.
Vayamos en primer lugar a la evolución
de los salarios. Tomando el período que transcurre entre los años
2008 y 2014, el salario nominal ha pasado de 415 CUP al mes por
persona, a los 584 CUP. Un crecimiento relativo del 41%. Si se analiza la
evolución anual, se observa un crecimiento continuo de las
retribuciones medias.
Sin embargo, trabajar con datos
nominales, sin tener en cuenta el comportamiento de los precios,
puede esconder aspectos que tienen que ver con el poder real de
compra efectivo de esos salarios. Si se realiza el cálculo utilizando el
deflactor implícito del consumo final, con base 100 en 1997, y
también publicado por la ONE, el salario real de los cubanos
experimenta una evolución mucho menos favorable que la descrita en
valor nominal, pasando de 415 CUP en 2008 a 467 CUP en 2014.
La tensión de los precios en la
economía castrista se ha puesto de manifiesto, de forma muy intensa,
en los últimos años, y los analistas destacan que existen
diferencias muy significativas entre los deflactores oficiales que
publica el gobierno, y las fuertes oscilaciones que se registran en
los mercados de consumo. Aceptando esas diferencias y tomando el dato
oficial, en los 7 años transcurridos desde 2008, los salarios
reales apenas han aumentado un 12%, menos del un 2% anual, lo que
vuelve a confirmar las penurias de los cubanos y sobre todo, la
imposibilidad de generar un mercado de consumo a partir de estos
niveles tan bajos de subsistencia.
Además, si se aplica el tipo de cambio
en vigor, los 24 dólares al mes de 2014 sitúan a los cubanos en una
de las referencias salariales más bajas del mundo, y desde luego,
muy por debajo de los niveles de producto percápita que se generan
en la economía. No es posible construir un mercado de consumo en
estas condiciones. La capacidad de gasto del equivalente a 24 dólares
al mes no deja para grandes estipendios.
Otro aspecto que llama la atención,
sobre todo por tratarse de una economía planificada centralmente, de
base estalinista, es la diferencia sustancial que existe entre los
salarios que se pagan en las provincias. Según la ONE, con datos de
2014, las retribuciones oscilan entre los 654 CUP de Pinar del Río y
los 530 CUP de Isla de la Juventud, una diferencia de un 23% que deja
entrever graves deficiencias en el modelo existente.
Ahonando en estas cuestiones, las
diferencias salariales entre las distintas actividades económicas,
se han disparado. Es interesante destacar que las nóminas más
elevadas en 2014 se registraron en la "industria azucarera", 963 CUP mes,
un 65% más elevado que la media del conjunto de la economía y hasta
un 155% más que en la actividad de “hoteles y restaurantes”
donde se obtienen solo 377 CUP persona y mes, por debajo de la media
de la economía, alrededor de un 35%.
No deja de ser curioso este
fenómeno. El sector que fue sometido a una profunda reestructuración
a comienzos de siglo por obra y gracia de una de las últimas
decisiones personales de Fidel Castro, es ahora casi quince años
después, el que mejor paga a los trabajadores, alrededor de 40
dólares al mes. Por el contrario, la actividad en la que se
concentra el mayor número de cuenta propistas y donde la libertad
económica ha sido “autorizada” por el régimen de Raúl Castro,
es donde los salarios son más bajos, unos 16 dolares al mes.
La teoría económica predice que, en
condiciones normales, de libertad de elección, los trabajadores se
mueven hacia aquellos sectores que pagan salarios más elevados y, en
cambio, se desplazan de aquellas industrias o actividades con menores
retribuciones. Lo sorprendente es que en Cuba, en el mismo período
considerado 2008 a 2014, el sector de la industria manufacturera,
donde se encuentra el "azúcar", ha visto reducir el nivel de empleo en
un 16% pasando de 543 mil a 469 mil trabajadores, según datos de la
ONE. Por el contrario, el la hostelería y restauración, unido al
comercio, el empleo ha registrado en el mismo período un aumento
cercano al 21%, pasando de 610 mil a 741 mil trabajadores.
Aparentemente, allí donde se gana más dinero al mes, se destruye
empleo, y donde se pagan los menores salarios, aumenta la ocupación.
Que alguien me lo explique.
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