Reflexiones sobre el papel de los economistas en el régimen castrista
Elías Amor Bravo, economista
Acaba de concluir el congreso de la Asociación
Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (ANEC) en su séptima edición.
Los economistas del régimen, porque no les puedo
calificar de otro modo, anuncian “su compromiso con perfeccionar el modelo de
gestión cubano para construir una economía próspera y sostenible”. Pero, ¿de
verdad se creen que eso es posible? Después de 55 años persiguiendo la piedra
filosofal, ¿no se cansan?, o ¿es que tal vez no pueden decir otra cosa?
Como economista profesional, siempre he tratado de dar
explicación a los problemas que observo en la realidad utilizando los modelos
que aprendí en la universidad, y su evolución con el paso del tiempo. Los
economistas siempre hemos sido, como decía Keynes, herederos en nuestro trabajo
de “algún economista difunto”, pero nunca nos hemos dado a las consignas, ni a
la obediencia ciega a los principios. En
nuestra ciencia, a diferencia de otras, es posible utilizar marcos de
análisis distintos, por supuesto que casi siempre referidos a la ideología,
porque qué es la economía si no. Pero lo que nunca hemos hecho los economistas
en lanzarnos de cabeza por un precipicio sabiendo las consecuencias. Eso nunca.
Cierto es que podemos errar en las previsiones. Se
dice que el buen economista pasa la mitad de su tiempo anticipando el futuro, y
la otra mitad explicando por qué no sucedió lo que dijo que iba a ocurrir. En
otras ocasiones, nos engarzamos en debates, nunca estériles, sobre la
conveniencia de unos modelos u otros. Al final, los políticos terminan culpando
a los economistas por los fracasos de la política económica. Nunca suele
ocurrir lo contrario.
Por ello, si yo fuera miembro de la ANEC no podría
menos que sentir una cierta preocupación por las palabras dirigidas en la
clausura por la ministra de Finanzas y Precios, Lina Pedraza, en las que “reconoció
las propuestas de solución y recomendaciones de los anecistas para implementar
los Lineamientos aprobados por el Partido, las cuales abarcan todas las formas
previstas en esas directivas y ratifican el papel de la planificación
socialista”.
Es decir, que el poder político, en el régimen
castrista, solo acepta unas propuestas de los economistas si previamente se
insertan en el modelo del sistema. Lo que no quepa dentro, se rechaza. No
sirve. Incluso, al referirse al rol de los profesionales de las ciencias
económicas “en la etapa que comienza, Pedraza señaló que este debe
caracterizarse por un enfrentamiento abierto y sin tregua a las manifestaciones
de indisciplina, y por el apoyo a dos procesos vitales: el fortalecimiento de
la empresa estatal socialista y la creación de nuevos modelos de gestión”. ¿Es
que acaso eso mismo no era lo que decía hace unos pocos días el mismo Raúl
Castro: el debate indisciplina y control?¿En qué cabeza cabe que el papel profesional de un economista debe venir limitado, condicionado y dirigido por el poder político? Esto, por desgracia, es lo que ocurre en el régimen castrista, y la ANEC enmudece.
Yo me pregunto qué sabemos los economistas de todo
eso del orden y la disciplina, cuando nuestra misión es asignar recursos escasos a fines alternativos, y
además hacerlo de manera eficiente. Bien, muy bien le vendría al régimen
castrista defender esa misión, y no andar enredando con interferencias
políticas, como por ejemplo, otorgar al ínclito René González, que actualmente
cursa estudios de Economía, del carné de afiliado a la ANEC, o el apoyo de la
organización a la causa de los Cinco, y la dedicación a este controvertido
asunto, como si los problemas de los economistas no fueran suficientemente
complicados.
Tan solo me resta felicitar a los miembros elegidos
para el Consejo Ejecutivo Nacional que regirá los destinos de la ANEC los próximos
cinco años, su presidente Danilo Guzmán Dovao, y Osvaldo Villarejo Villalobo
como vicepresidente primero. No lo tienen fácil. Desde luego, con estas
recomendaciones que limitan y restringen su campo de actuación. Me refiero al
titular de Granma en el artículo que hace referencia a este acontecimiento
“aplicar la lógica económica, por un socialismo irreversible”. Por favor, que
alguien me diga cómo se hace eso.
Copio: "... compromiso con perfeccionar el modelo de gestión cubano para construir una economía próspera..."
ResponderEliminarEsto quiere decir que lo que hay no es próspero, después de la friolera de mas de 50 años.
La mayoría del pueblo han sufrido miseria y desolación mientras las dirigentes viven como ricos o clase media alta.
No tienen credibilidad después de tantas promesas incumplidas, años tras años.