El impacto de la subida de tipos de interés de EEUU sobre la economía castrista
Elías Amor Bravo, economista
La Reserva Federal ha decidido poner
fin a una era de tipos de interés bajos, y un año después de
cerrar el tercer programa de compra de activos, el banco central
estadounidense ha dado un paso hacia la normalización de la política
monetaria. Janet Yellen, afrontando opiniones contrarias a esta
medida, y observando la evolución de la actividad económica mundial
y de Estados Unidos, ha decidido que los tipos de interés suban en
25 puntos básicos, de acuerdo con lo previsto por el mercado. El
rango de tipos queda situado a partir de ahora del 0% y el 0,25%, al
0,25% y 0,5% actual.
La decisión refleja la confianza que
existe sobre la economía de EE UU y el temor a que los precios
puedan aumentar. Algunos analistas consideran que a medio plazo la
inflación puede alcanzar el 2%, por ello, siendo una modesta tasa de
incremento de precios, el Fed añadió que el proceso de ajuste
monetario será “gradual”, siguiendo muy de cerca la evolución
de los mercados.
En la misma rueda de prensa, el Fed
actualizó sus proyecciones económicas. Se espera que en 2015 la
economía crezca un 2,1% y en 2016 otro 2,4%, una décima más de lo
previsto en la pasada cita. Respecto al desempleo, la institución
estima que este ejercicio la tasa se sitúe en el 5% (sin cambios
respecto a lo previsto) y que en 2016 continúe disminuyendo hasta el
4,7%, dos décimas menos que lo calculado en septiembre.
En cualquier caso, Janet Yellen ha
cerrado siete años de política monetaria laxa en la que los tipos
de interés se habían situado en mínimos históricos y el programa
de compra de activos había permitido a la economía de EEUU superar
con mayor éxito que la Unión Europea, una grave crisis económica.
La medida, por no menos esperada, se
había convertido en una referencia para los inversores desde la
pasada reunión del Fed a mediados de septiembre. Los mercados y los
precios de las materias primas llevan buena parte del año
descontando la medida. Una prueba clara que confirma que los inversores estaban
preparados para la decisión ha sido la reacción del mercado. Tan
pronto como se conoció la noticia, los tres índices de referencia
de Wall Street –que a lo largo de la sesión habían mantenido un
comportamiento plano– registraron subidas cercanas al medio punto
porcentual. Al cierre, animados por las declaraciones de Yellen, el
Dow Jones y el S&P 500 se anotaron un 1,3% y un 1,5%,
respectivamente. Por su parte, el dólar se mantuvo estable en el
entorno de las 1,09 unidades por euro. La presidenta de la Fed no
desveló datos adicionales sobre cómo se llevará a cabo posteriores
alzas.
Con los precios de la energía en
descenso y las demandas salariales mostrando una moderación que
contrasta con las ganancias de productividad, los analistas pensaban
que la subida de los tipos de interés alejaba riesgos de
recalentamiento de la economía y permitía al Fed cumplir unos de
sus objetivos, de atemperar la evolución de la economía de EEUU.
A la vista de estos resultados, podemos
preguntarnos si esta medida, que va acompañada de efectos positivos
sobre los fondos de inversión nominados en dólares, las compañías
que obtienen ingresos en dólares, las empresas exportadoras a EEUU,
los ahorradores; y a la vez, negativos sobre los mercados hipotecarios e
inmobiliarios, o los mercados emergentes de los llamados BRICS, puede tener algún impacto
sobre la economía castrista.
A tan solo un año del deshielo en las
relaciones entre los dos países, la medida puede tener unos efectos
que conviene tener en cuenta.
Por lo pronto, a nivel interno, las
remesas de las familias residentes en EEUU, una de las principales fuentes de financiación de la balanza de pagos de la economía castrista, se pueden ver resentidas
con el aumento de los tipos de interés, básicamente porque el
dinero se encarece, la retribución del ahorro interno será mayor, y
desprenderse de una parte de los ingresos tendrá un mayor coste de
oportunidad.
Por otra parte, con un dólar más fuerte, lo que quiera adquirir el
régimen castrista en el exterior se va a encarecer de precio y
necesitará más recursos para alcanzar el mismo nivel de
importaciones. Problemático, sobre todo a corto plazo. Además, por curioso que parezca, las exportaciones que
pueda realizar Cuba a Estados Unidos, en cambio, se pueden
beneficiar. En concreto, el turismo de Estados Unidos a la Isla o los
viajes se pueden ver estimulados si la relación entre el dólar y el
CUP se adapta al nuevo escenario. Aviso a navegantes, el tipo de cambio del dólar con el CUP cambiará. Conviene tener en cuenta que Cuba
realiza la mayor parte de sus relaciones económicas internacionales
en dólares, por lo tanto deberá prever las consecuencias que un
dólar más fuerte puede acarrear sobre sus maltrechas finanzas.
Todo ello asumiendo ese pretendido
“embargo” o “bloqueo” que ha servido para esconder las
ineficiencias de un modelo económico que, durante medio siglo, ha
utilizado este argumento para generar polémica y controversia. Con
tipos de interés en EEUU en aumento, no lo van a tener fácil, y
sobre todo, de manera indirecta sobre los emergentes, casos de China,
Rusia, Brasil, que con tanta alegría se han aprestado a invertir en
la economía castrista y a condonar deudas, y que se verán perjudicados por este nuevo
escenario. Yo le recomendaría a Raúl Castro que fuera revisando la
Ley de inversión extranjera. A estas alturas, ya puede resultar
inservible.
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