La inversión extranjera y la tarea ordenamiento: ¿vías paralelas o que se cruzan?

Elías Amor Bravo, economista

Malmierca tuvo ayer su espacio en mesa redonda para hablar de tarea ordenamiento e inversión extranjera.

En el programa se ofrecieron cifras desconocidas hasta ahora. Hay más de 40.000 trabajadores empleados en modalidades de inversión extranjera. No es una cifra elevada, apenas representa el 0,8% del total de la ocupación. Por otra parte, este año, y a pesar delas dificultades de la pandemia y el recrudecimiento del eterno bloqueo, Cuba ha cerrado 29 nuevos proyectos de inversión extranjera por un importe de más de dos mil millones de dólares. Además, actualmente hay más de 30 proyectos en fase avanzada de negociación, con un monto de inversión de más de tres mil millones de dólares, que podrían aprobarse en 2021. El interés mostrado por las autoridades está más que justificado.

Hechas estas presentaciones, el ministro cubano del ramo sostuvo que existe una relación positiva entre la inversión extranjera y la tarea ordenamiento, y que el capital que llega a Cuba, y el que ya está operando en la isla, se verá muy beneficiado de la reforma que se acomete a partir del 1 de enero.

Valga, a modo de resumen, una frase de Malmierca al comienzo del programa que quedó hasta el final: “las empresas con capital extranjero verán con el tiempo los beneficios”. Surgen inmediatamente varias cuestiones. ¿Cuánto tiempo tendrán que esperar? Y por si no fuera poco, ¿en cuánto se calculan los beneficios? Y más importante aún, ¿solo las extranjeras?

Se equivoca quien cree que el proceso de unificación monetaria y cambiaria tendrá consecuencias positivas en las empresas con capital extranjero que operan en el país, porque lejos de eliminar distorsiones (realmente las dos monedas en circulación no han frenado la llegada a la isla de empresarios extranjeros en busca de negocios) tampoco va a conseguir ese “entorno macroeconómico más estable y transparente” que en Cuba solo se puede lograr con profundas reformas jurídicas estructurales de las que Malmierca y sus colegas, no quieren ni hablar.

Que el tipo de cambio se establezca al nivel de 1 USD x 24 CUP y que esto sea beneficioso, es solo cuestión de tiempo, porque las expectativas de que ese tipo baje y se sitúe en el entorno de los 40 CUP e incluso los 60 CUP en poco tiempo, puede frenar las exportaciones mucho más de lo que el ministro supone. Cierto es que cualquier cosa es mejor que lo que había antes, pero de ahí a establecer un aumento de las exportaciones, hay un largo trecho.

Por la misma razón, el nuevo tipo de cambio dificultará las importaciones. Eso es cierto, pero ¿es consciente el ministro que la mayoría de proyectos de inversión extranjera requieren precisamente insumos, tecnología, bienes intermedios, etc, del exterior porque Cuba no los produce, por lo que aumentar el coste de las importaciones no parece muy inteligente, salvo que se concedan beneficios fiscales (más gasto público). Ese objetivo de que la inversión extranjera se encadene cada vez más con la economía nacional va a ser muy difícil de lograr.

Y qué decir de los precios relativos en la economía nacional. En este punto, sería interesante advertir sobre las posibles tensiones inflacionistas derivadas de la devaluación del CUP y que las medidas antiinflacionistas que tiene preparadas el régimen (precios topados, regulados, centralizados, etc) suponen un problema para la inversión extranjera destinada al mercado interno por mucha libertad que se les otorgue para fijar precios. Si Malmierca cree que la inversión extranjera va a aplicar medidas para prevenir la inflación, o es confiado en exceso, o no sabe de lo que está hablando.

Por lo pronto, el anuncio realizado por el ministro sobre la inmediata revisión de precios de la inversión extranjera para pasarlos de CUC a CUP, supone un escenario complicado, ya que en sus palabras, a diferencia de lo que se ha hecho con el resto de bienes y servicios, No se trata de multiplicar automáticamente por la nueva tasa de cambio todos los precios.

Eso llevaría a la inflación. Hemos tenido en cuenta las particularidades de cada negocio para tratar de que no se deterioren los indicadores de rentabilidad y de utilidad sin necesidad de aplicar la nueva tasa de cambio de forma automática. Porque los gastos no van a manifestarse de esa misma forma”. La incertidumbre no es buena compañera de las decisiones empresariales y es posible que estas declaraciones paralicen, al menos durante un tiempo, todos estos proyectos en tramitación.

El hecho de que al capital extranjero no se le apliquen los factores de conversión, 4 o 5, del resto de bienes y servicios, supone que el régimen está planificando que se fijen por un indicador particular que debe mantener los niveles de utilidades o el margen de rentabilidad para que no haya una afectación económica. Lograr desde el gobierno fijar precios o criterios, indicadores o medidas de cómo se tienen que establecer los precios de los empresarios extranjeros, tiene poco sentido desde el punto de vista de la realidad económica. Y desde luego crean una sensación de falsa de normalidad en las empresas que están operando y las que puedan estar interesadas en entrar en el mercado cubano, que acabe siendo especialmente negativa

Y entonces viene lo mejor, ¿cómo quedan los salarios de los trabajadores?

La tarea ordenamiento incorpora una reforma de ingresos, salarios y pensiones, que llega en el peor momento posible, ya que la economía cubana trata de salir de la grave recesión creada por la pandemia del COVID-19 implementando aumentos de salarios, que es justo lo contrario que recomiendan los organismos internacionales para recuperar el crecimiento económico.

En el caso de la inversión extranjera, los salarios de las empresas que funcionan fuera de la Zona Especial de Desarrollo Mariel aplican un factor de conversión a los salarios de los trabajadores cubanos: la parte extranjera paga en CUC y eso se multiplica por dos. Ahora, se multiplicará por 24, ilustró.

Este escenario llevó a Malmierca a anunciar que es necesario intervenir en los salarios de los trabajadores, ya que si la parte extranjera paga el equivalente en divisas, se multiplicará por 24 por cuanto el trabajador cubano recibirá pesos cubanos, una vez se suprima el CUC de la circulación a partir del 1 de enero. Habrá que ver qué valoración otorgan los trabajadores cubanos a no recibir dólares sino CUP como pago por sus salarios en la inversión extranjera, que era uno de los principales incentivos para prestar sus servicios en estas empresas. 

No está claro que el cambio proporcione más beneficios a las empresas, al poder pagar más gastando menos divisas. Malmierca debería saber que los salarios no aumentan a resultas de decisiones del gobierno, sino de la productividad del trabajo, y con decisiones como las anunciadas en materia de salarios, están haciendo justo lo contrario.

A partir de ahora, los trabajadores cubanos de la inversión extranjera cobrarán sus salarios al 100% en precios cubanos, y en contra de lo que afirma el ministro, esos salarios no serán mejores por el asunto de que en vez de dos, el convertidor ahora es 24, sin descuentos en la agencia empleadora. Las principales ventajas del salario en las empresas extranjeras, llegan a su fin.

Malmierca dijo que se está pensando en desarrollar políticas y medidas diferentes para los tipos de asociaciones con capital extranjero que existen en el país. Otra medida que no parece acertada y que acabará teniendo consecuencias negativas. 

Es el caso de los contratos de asociación económica, que tienen como objetivo administrar producciones o servicios, donde hay una empresa extranjera prestando determinado servicio y que recibe una remuneración por ese motivo.

El ministro quiere que esos servicios de gestión empresarial que hoy tienen un nivel fijado en dólares, habrá que renegociarlos por las partes cubanas y extranjeras para ajustarse a la nueva tasa de cambio con respecto al dólar. La pregunta es ¿cuántas asociaciones levarán anclas y dejarán atrás en país después de estas injerencias del régimen? La idea del ministro es ir caso a caso, y que cada una de las contrapartes cubanas se siente a renegociar con su socio extranjero los niveles de retribución a partir de la situación existente, buscando que ni se produzca reducción alguna, y entonces, ¿quién dará las consignas a las empresas cubanas?

Otro caso es el de las empresas mixtas cuando se constituye realmente una empresa con participación de los socios que declaran ganancias que se distribuyen como dividendos. Para este tipo de casos, Malmierca quiere determinar como se fijan los precios y las operaciones que garanticen preservar los niveles de utilidad o rentabilidad del negocio.

Todo este desmontaje del castillo de naipes con el capital extranjero se basa en la suposición de que tras la unificación monetaria y cambiaria las empresas exportadores obtendrán mayores beneficios que las que venden en el mercado nacional y por ello, se tiene que adaptar esa nueva realidad a las nuevas circunstancias. En fin, que se controle la ganancia del capital extranjero.

En el caso de la modalidad de negocio en la Zona Especial de Desarrollo Mariel, que obtiene incentivos por establecerse en esa área y que opera en divisas directamente, Malmierca anunció la intención de mantenerlo igual y precisó que el beneficio debe producirse por una reducción de costes, que en el caso del salario pasará del conversor de 10 actual al modelo común para todas las empresas a partir de 1 de enero de 1 por 24. Una vez más, los trabajadores serán la parte más afectada. Además, anuncio que las operaciones económicas y mercantiles de la Zona serán facturadas en CUP, así como los servicios y producciones que compren en el mercado nacional, lo que busca potenciar el encadenamiento con el resto de la economía.

La modalidad de las empresas 100% extranjeras, se ajustará a las medidas tomadas en el Mariel y recibirán un tratamiento acorde a su situación particular, según los restantes tipos de negocios que existen. Esta disgresión llevó a Malmierca a señalar que en su opinión, la inversión extranjera se beneficiará con el ordenamiento.

A modo de conclusiones:

Primera, a partir del 1 de enero, todas las entidades del sector de la inversión extranjera operarán en CUP en el territorio nacional, tanto en sus cobros como en sus pagos. Podrán tener cuentas en MLC y utilizarlas en operaciones vinculadas al comercio exterior, transferencias de determinados pagos, etc.

Segunda, la forma de contratación de los cubanos cambiará. Hasta ahora las entidades operaban en MLC a través de cuatro agencias empleadoras y se pagaba a los trabajadores en moneda nacional, mediante una escala salarial establecida.

A partir de ahora, prosiguió, estas empresas también van a contratar a partir de una tarifa pactada con las cuatro empleadoras. Los trabajadores van a ganar un salario en función de las nuevas escalas establecidas con la reforma salarial y también van a formar su jubilación a través de estos nuevos salarios, que no tendrán un tope. Será a partir de la tarifa que pacte la empleadora con la entidad extranjera.

Se autoriza el mantenimiento por estas entidades de otras formas de pago a los cubanos, como por ejemplo, gratificaciones, sobre las que se pagan impuestos sobre los ingresos personales. Pero las gratificaciones deberán tener una relación más directa con el resultado concreto del trabajo.

Tercera, las entidades que brindan cooperación a Cuba verán sus cuentas multiplicadas por la nueva tasa de cambio sin que tengan ninguna afectación en la ejecución de los proyectos pactados

En el caso de las llamadas cuentas de fines específicos, aquellas abiertas por determinados bancos cubanos a partir de las cuales los proveedores aceptan que parte de la deuda que tienen con ellos las empresas importadoras se les cubra en moneda local para pagar sus gastos locales, operando en CUC, pero no tenían respaldo en MLC, en tanto estaban pactadas por los proveedores para hacer gastos locales, se respetará el saldo de estas cuentas y podrán ser utilizadas como hasta ahora.

Cuarto, en la Zona Especial de Desarrollo del Mariel, ZEDM no habrá cambios con motivo del ordenamiento, dado que todas sus operaciones se mantendrán en MLC.

En cuanto al objetivo de encadenamiento con la economía nacional, este año se han logrado avances importantes. No obstante, todavía se sigue teniendo un componente de importación muy elevado. Pero, definitivamente, hay un grupo de gastos elevados que se producen en la economía nacional y que van a incrementar sus precios en una proporción menor que la tasa de cambio 1x24 y, por tanto, esas entidades que hoy operan en un ambiente de MLC se verán beneficiadas”.

Entre esos elementos, se encuentran todas las materias primas de producción nacional, combustibles, la energía y los gastos por el servicio de fuerza trabajo, que serán menores, porque haciendo un pago menor en MLC, los trabajadores recibirán más en moneda nacional.

Quinto, fuera de la ZEDM, los cambios que vendrán con la tarea ordenamiento serán positivos, sobre todo, las medidas antiinflacionistas que incidirán en estos negocios, como ocurre con los precios establecidos centralmente, que crecerán en menor proporción que la tasa de cambio. Las compras realizadas por las entidades de inversión extranjera en el mercado nacional, en términos relativos, tendrán un efecto positivo porque a la hora de definir los nuevos precios no tendrán que incrementarlos por efecto de la nueva tasa de cambio. 

En suma, el gobierno entiende que no puede existir el objetivo de que los nuevos precios de las modalidades de inversión extranjera se formen multiplicando por la nueva tasa de cambio, porque no todos los costos y gastos que hoy registran se van a multiplicar por esa tasa de cambio.

Entre las medidas antiinflacionarias, están las cuentas que no se han podido pagar por diferentes motivos, por ejemplo, dividendos que no se han pagado por dificultades de liquidez del país o utilidades retenidas. Todas estas cuentas se multiplicarán por la nueva tasa de cambio y cuando las entidades vayan a realizar los pagos al exterior y precisar la compra de MLC, la parte cubana asumirá la diferencia entre el tipo de cambio 1x1, que existía en el momento en que se formaron, y el tipo 1x24 a utilizar en el momento de la compra de divisa. Si este procedimiento es beneficioso para la inversión extranjera es algo cuestionable.

Sexto, las entidades con inversión extranjera, por no ser estatales, determinarán sus nuevos precios por los órganos de dirección de esos negocios, donde intervienen la empresa extranjera y nacional.

Los fondos de estimulación que tienen algunas entidades y que reciben los trabajadores y que se forman a partir de las utilidades del año anterior, mantendrán su vigencia. La diferencia es que en lugar de pagarse en CUC, se convertirán a la nueva tasa de cambio en CUP.

Séptimo, se ha diseñado una estrategia, caso a caso, para que cada empresa pueda resolver con la contraparte cubana todas las cuestiones relativas a este nuevo escenario. 

Malmierca concluyó diciendo que la tarea ordenamiento será de beneficio para nuestra economía y particularmente para las empresas con capital extranjero y añadió que las empresas extranjeras siguen confiando en nuestro mercado, a pesar del bloqueo impuesto por Estados Unidos.


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