La población cubana en el horizonte de 2050: un desastre avisado

Elías Amor Bravo, economista

El Centro de Estudios de Población y Desarrollo (CEPDE), de la Oficina Nacional de Estadística
e Información (ONEI) ha publicado un Informe reciente “Proyecciones de la población cubana”, con pronósticos de la población en Cuba, por sexo y edades para el horizonte temporal de 2050, que producen una especial preocupación y han encendido las alarmas, como consecuencia del grave proceso de envejecimiento que viene afectando al país desde hace algunos años. Merece prestar atención a este interesante trabajo.

Este tipo de estudios prospectivos de las variables demográficas resultan necesarios porque los cambios en la estructura por sexo y edad de la población, así como en su volumen, provocan una influencia muy destacada en la estructura económica, en los servicios que se prestan a la población, el funcionamiento y composición de las familias, y en general en el conjunto de la sociedad.

Los resultados se han estimado según escenarios alternativos de proyección, denominados alta, media y baja, para construir las previsiones del comportamiento de las variables demográficas. Los autores del Informe señalan que de estas alternativas, la recomendada para su utilización, por ser la que se considera con mayor probabilidad de ocurrencia, es la denominada media y como tal se publica hasta el nivel provincial.

Las cifras de la proyección indican que la población de Cuba crecerá, siempre de manera moderada, hasta el año 2025, en que se volverá a la condición de crecimiento negativo.El Informe destaca que la situación de descenso demográfico, que antes del año 2013 ya se venía produciendo, se aplaza hasta el año 2025, momento en el que se alcanzaría el tamaño máximo de la población cubana con poco más de 11,3 millones de habitantes. Sin embargo, a partir de entonces y hasta 2050 la población cubana volverá a cambiar el signo de su crecimiento de positivo a negativo si no hay nada que cambie.

Esta dinámica viene explicada por el envejecimiento de la población, que es el principal reto de Cuba en el ámbito de la población, entendiendo como tal el aumento de la proporción de personas de 60 años y más sobre el total de la población. El fenómeno es bien conocido. Cuando las cohortes de nuevos nacidos no superan a las que les precedieron, se produce un aumento en la proporción de personas de más edad con respecto al total de la población, proceso que lleva al envejecimiento y que en Cuba se había estado produciendo de manera intensa. Los analistas señalan que la causa de este proceso se encuentra fundamentalmente en los reducidos niveles de fecundidad.

Un resultado que llama la atención es que de los casi 2,2 millones de personas de 60 años y más con que contaría el país en el 2015, se arribará a 3,6 millones en 2035. De modo que en el término de 20 años el país verá crecer sus efectivos de este sector de la población en 1,4 millones de personas, el equivalente a un 64%. Sin duda esto significa una notable sobrecarga para los recursos de los sistemas de seguridad social y de salud y sanidad. En términos relativos se pasaría de 19,3% en 2015 a 32,1% en 2035. A partir de ese último año se desacelera el proceso de envejecimiento y hacia el 2038 comienza a decrecer igualmente a un ritmo lento, para luego retomar nuevamente a una tendencia creciente, pero desde ese momento a un ritmo más lento.

Como señalan los autores del Informe, la variable que mejor explica lo ocurrido es la evolución de los nacimientos en los últimos 55 años. En Cuba, los nacimientos crecieron de forma sostenida entre el año 1958 y 1965, momento en que se alcanzó la cifra de 267.211 nacidos (máximo histórico). A partir de entonces comenzó un proceso de descenso del número de nacimientos, así como del nivel de la fecundidad que no se ha detenido hasta la actualidad, salvo discretos repuntes en sentido contrario ocurridos en los años 80 y principios de los 90 del pasado siglo y en la actualidad. Para que se tenga una idea más precisa de esta situación, en el año 2006 (mínimo histórico), la cifra de nacimientos fue de 111.323 y en el 2013 ocurrieron 125.880; ambas cifras están por debajo de la mitad del máximo histórico.

Este descenso espectacular de la natalidad guarda estrecha relación con las distintas fases de la llamada revolución. El auge de los primeros años en el número de nacimientos supuso una continuidad de las tendencias que se venían observando desde comienzos de la década de los 50, cuando la economía cubana alcanzó sus mejores indicadores de éxito y entrada masiva de inmigrantes jóvenes procedentes de los países europeos. 

A partir de 1959, la salida al exterior de los exiliados, tras las primeras nacionalizaciones, y la intensificación del proceso revolucionario, con su secuela de persecución y represión a la población, cambió el curso de los acontecimientos. Como reacción a los acontecimientos, la gente, simplemente, dejó de tener hijos. La confianza en el futuro prometido por el régimen, era inexistente. No es extraño que el período que transcurre entre 1965 y 2006-13 presencie una caída de la natalidad superior al 130%, estrechando las bases de la pirámide demográfica en la Isla.No existe ningún otro país en la tierra que haya sufrido cambios de esta magnitud en sus variables poblacionales. La llamada revolución no sólo ha destruido la economía cubana, sino que también ha asolado a la población de la isla.

Sin aportes del exterior, y mucho me temo que en las actuales condiciones es impensable, la población cubana presenta una dinámica lúgubre que los autores del Informe reflejan en su análisis. Hacia 2050 Cuba tendrá mucha menos población que ahora. ¿Hay alguna solución?



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