Las boberías económicas de Díaz Canel
Elías Amor Bravo, economista
Han caído en mis manos, gracias a la Jiribilla Libre, unas declaraciones del
primer vicepresidente de Cuba,
Miguel Díaz-Canel a Pueblo en línea, sitio web en español del periódico chino
El Diario del Pueblo. Las declaraciones no tienen desperdicio y ponen de manifiesto
dos cosas muy claras: o Díaz Canel no tiene ni idea de cómo funciona la
economía del sector privado, o le han hecho un “cuento chino” los estalinistas
castristas, y él tristemente se lo ha creído.
Vamos por partes. Contestó
algunas preguntas acerca de los cambios en el socialismo de la isla y las
dificultades que encara esa transformación.
Primera bobería: creer como dice Díaz Canel que el sector no estatal puede
ser un complemento de la economía estatal y que eso se puede controlar. Falso.
En todas las economías del mundo, el estado desempeña un papel fundamental suplementario,
apoyando al mercado y la iniciativa privada en aquello en que estos no son
eficientes. El papel del estado se circunscribe a asignar recursos, estabilizar
la economía a medio plazo y distribuir la renta, fijando la regulación de la actividad
económica. Ir más allá está fuera de cualquier planteamiento racional. Ni
siquiera los chinos lo han intentado. El sector privado debe ocupar el papel
principal en la actividad económica, la generación de empleo y riqueza de una
economía. Cuando eso no ocurre, aparecen las libretas de racionamiento, la
escasez y el intervencionismo.
Segunda bobería económica. Pensar como Díaz Canel que se puede planificar el
sector no estatal. Esa idea es absurda y demuestra una falta absoluta de conocimiento de cómo funciona una economía. Una vez que las fuerzas del mercado y
la propiedad privada se abren camino en un sistema económico, es imposible poner freno
a su fuerza creadora. Intentar meter un calzador a un sector que es innovador
por naturaleza, que se mueve por la óptica de la rentabilidad y no de la
obediencia política, y que promueve a los mejores y más eficientes para generar
productividad y riqueza, es una quimera. Además, ese principio de “reconocer” desde
el poder estatal a la actividad privada parece presuntuoso, y dice muy poco de
quién dice representar los intereses sociales.
Tercera bobería. Creer como Díaz Canel que las políticas que se han ido
implementando en Cuba son acertadas. Los análisis son incorrectos, es verdad que se
está yendo muy lento, la velocidad de los cambios es inadecuada. Además, las cosas se hacen mal, y
evidentemente con intereses contrarios a los que serían deseables. Que se
olvide del método científico para abordar los problemas porque la economía
privada, de mercado libre, no necesita ciencia. Ya está inventada desde que
Adam Smith escribiera su Riqueza de las Naciones en el siglo XVIII. El modelo
está claro. No hay nada que inventar.
Sin duda se está perdiendo un tiempo precioso en la realización
de diagnósticos imprecisos y erróneos de los problemas del país, mientras que
los cubanos no aspiran a otra cosa que a marcharse al extranjero, en busca de
una vida mejor. Ni los diagnósticos, ni los calendarios de implementación, ni siquiera las políticas adoptadas están
dando los resultados buscados, porque la visión castrista retorcida de la
realidad económica todo lo emponzoña.
Cuarta bobería, hay que avisar a Díaz Canel que la empresa estatal
socialista nunca será el eje de ningún sistema económico, porque ni lo ha sido
ni lo será en ninguna nación civilizada. Los sectores más atractivos de la economía
castrista, como la biotecnología y la farmacia no podrán resistir la
penetración del capital extranjero, como única vía para mejorar su
competitividad y eficiencia en el mercado global. Y los sectores de menos
interés, pasarán a ocupar la atención de empresarios privados que los volverán
a convertir en actividades rentables y de futuro. Si de verdad quieren atraer a
los inversores extranjeros, hace falta otra política muy diferente, que no
margine los intereses del pueblo cubano.
Quinta bobería. Creer como Díaz Canel que los llamados “logros sociales” de
la revolución se pueden mantener con los cambios que se están produciendo, a
pesar de la alta complejidad de este proceso. Hay que verlo justo al revés, y
Díaz Canel no parece enterarse que la única forma de mantener esos logros, y
mejorarlos de forma muy destacada en términos de calidad y eficiencia, es
consolidando un sector privado fuerte, productivo, rentable, con capacidad financiera
para soportar un aparato de educación y sanidad públicas que, en la fase
actual, se encuentra en una grave crisis.
Sexta bobería. Pensar como Díaz Canel que los cubanos participan de estos
procesos de cambio. Eso es falso. La vida doméstica del cubano medio no tiene
nada que ver con los planteamientos de los llamados Lineamientos, sino que
depende, cada vez más, del envío de remesas de las familias residentes en el
extranjero o de la posibilidad de obtener un empleo en el sector turístico,
donde se mueven las divisas extranjeras. Los crecimientos económicos desde 2008
rara vez han superado el 2% y de ese modo, los desequilibrios internos y
externos de la economía se han disparado, en medio de una gran incertidumbre y
pérdida de credibilidad internacional de los dirigentes de la economía
castrista. Esa es la realidad y no otra.
Séptima bobería. Afirmar como Díaz Canel que el principal obstáculo a los
cambios ha sido el cambio de mentalidad. Falso. La mentalidad del cubano de a
pie ha cambiado desde hace muchos años. La mentalidad que no cambia es la de los dirigentes comunistas vinculados a la cúpula del poder, a los órganos de represión
política del Minint o a un ejército en decadencia, que ya no tiene objetivos de
invasiones o grandes campañas internacionalistas y que se entretiene con la
participación en los buenos negocios vinculados al capital extranjero. El
cubano no necesita cambio de mentalidad, sino reglas claras, un nuevo marco
jurídico que defienda los derechos de propiedad y la eliminación del aparato
estatal intervencionista, legado de los hermanos Castro, y volverá todo a
funcionar. Lo mismo que en Miami, a 90 millas escasas, donde está la
demostración más clara del talento, la energía y la mentalidad del cubano, a la
que ataca Díaz Canel como algo que se tiene que cambiar.
Octava y última bobería. Díaz Canel dice que hay que avanzar más en todo lo
referente a la producción y la comercialización de los alimentos.
También en la relación salario medio-precios. Sin duda. Pero no entregando
tierras en arrendamiento o limitando el número de oficios por cuenta propia a
181. Si de veras quiere que la población cubana recupere unos niveles medios de
bienestar equivalentes a los de otros países del Caribe, el camino es la
libertad económica. Por supuesto que se tienen que mejorar los sueldos. Y eso
se podría hacer a corto plazo si el estado renunciara a su retirada de los
fondos de las empresas de los que se apropia para financiar el sector no
presupuestado. Si esos fondos permanecieran en las empresas se podrían pagar
sueldos conformes con la productividad que estimularían a la gente a trabajar
más y mejor. Los precios iniciarían una
bajada en cuanto se liberalizara la producción y la distribución mayorista. Ha
ocurrido en países como Vietnam, que tenían una economía mucho más intervenida
que la castrista, y ahí está su milagro.
Saludos señor Elias.
ResponderEliminarLas "boberias economicas" que según usted Miguel Diaz Canel ha manifestado en una entrevista a una cadena china no son tal, sino que entran en el capitulo de las quimeras a las que las mentes retorcidas occidentales, opositoras, norteamericanas y todas las que están en contra del proceso de reformas en cuba no desearían que se revirtiera.
Se están haciendo con la seguridad, la celeridad, la firmeza y el estilo que ha llevado esta revolución a sentar a meditar a las fuerzas mas contrarias y oportunistas que están intentando torcer el sentido de la historia de la revolución cubana.
Por supuesto que para Yusnaby.com, el miami herald y todas las ratas de cloaca americana su escrito es casi un canto de "libertad". Pues dejeme decirle que se equivoca usted, no por los terminos, sino por los deseos.
No es extraño que un pais que para defenderse ha tenido que valerse de muchos artificios haya tenido que recurrir a muchas tacticas, olvidando o menospreciando estrategias, sobre todo las del mercado, las de las economias de mercado, pero sepa usted que existen tambien numerosos ejemplos de economias que han desarrollado cambios exitosos en la economia y se han alejado un poco de lo que usted pudiera desear para cuba.
Lo unico que le puedo decir para terminar, que va a ser complicado, muy dificil sostener el embate de tanta gente deseosa por "jodernos" en esta batalla, pero tambien sabremos sacar las mejores se las conclusiones y escogeremos nuestro propio camino de desarrollo.
Ni el que usted quiere, ni el que hoy propaga Murillo, pero oiga si usted tiene tanto conocimiento de capitalismo y economia no socialista mejor nos ayuda hombre.
Menos critica destructiva, unamonos para que las cosas salgan mejor.
Para terminar decirle un proverbio de mi difunto padre: "Cuando critican tanto lo que haces, es señal que no lo estás haciendo mal".
entendió señor Elias??