La economía castrista a los ojos de la CEPAL

Elías Amor Bravo, economista

Los últimos datos relativos a la economía castrista han sido dados a conocer por CEPAL en su reciente Estudio Económico de América Latina y el Caribe, en el que, junto a una visión general de la economía de la región, se ofrece un análisis de cada país.

En tales condiciones, el Informe constata que si bien el PIB de Cuba aumentó un 4,3% en 2015 (en comparación con un 1,3% en 2014), las previsiones recientes apuntan a un nuevo descenso que lo llevaría a quedar alrededor del 1%. El Informe señala que los “motores” que sirvieron de empuje a la economía castrista en 2015, se han ido apagando. En concreto, el adelanto al cuarto trimestre de 2014 de fondos para la financiación de las importaciones y cuyo efecto se materializó en mayor producción a inicios de 2015, ha quedado ya ciertamente muy lejos. De igual modo, un incremento de la inversión del 24,9% en 2015 es insostenible en la situación actual. Además, el mayor volumen de bienes intermedios importados, gracias a la menor factura de importaciones por compra de materias primas, resultado de menores precios internacionales, no parece que esté funcionando actualmente. Y, por último, los efectos positivos de la adopción del sistema de pagos por rendimientos en las empresas (para incrementar la productividad del trabajo en el sistema empresarial), mejorando la relación entre los productores y sus resultados ha quedado en suspenso por decisión de las autoridades.

De ese modo, en 2015, gracias a los motores descritos, una buena parte de los sectores productivos de la economía cubana creció, si bien algunos presentando cifras menores de las metas programadas por el régimen. Entre los sectores de mayor crecimiento están la industria azucarera con un 16,9% (aunque con su participación en el PIB ya alcanza tan solo un 0,5%); la construcción un11,9% (5,9% del PIB); la industria manufacturera, el 9,9% ( alcanzando el 13,2% de PIB), y el sector de comercio y reparación de efectos personales un 8,6% ( totalizando un 20,3% del PIB). En contraste, sectores como la administración pública, defensa y seguridad social; educación; salud pública y asistencia social; y cultura y deporte, los cuales conjuntamente representan en la economía castrista alrededor del 30% del PIB, experimentaron disminuciones significativas del 3,6%, 0,4%, 1,1% y 0,4%, respectivamente. La realidad es que todavía no se puede observar en la dinámica de la actividad económica la participación de los emprendedores.

Agotados los factores expansivos mencionados, el régimen no ha sido capaz de adaptarse al nuevo entorno económico y así, en 2016 se proyecta un crecimiento del PIB del 1,0%, que será previsiblemente menor conforme entren en vigor las medidas anunciadas por los responsables económicos. De acuerdo con CEPAL, la reducción del crecimiento respecto de 2015 se explica fundamentalmente por "tensiones en la disponibilidad de divisas, a lo que contribuyen las previsiones a la baja en los precios de varios de sus productos exportables como el níquel y el azúcar. Otro factor negativo es la reducción en los envíos de combustibles por parte de Venezuela, que ha obligado al régimen a anunciar medidas de racionamiento energético para el segundo semestre del año, por ejemplo el consumo de electricidad a nivel nacional disminuirá en 6%, con apagones a la vista y los temores de un nuevo “período especial”. Por otra parte, si en 2016 el régimen había previsto realizar inversiones por 7.841 millones de pesos (la mayoría con financiamiento externo), los últimos datos indican que habrá ajustes a la baja en ese importe, que podría reducirse a 6.510 millones de pesos (una reducción del 17%) e incluso más".

De ese modo, en 2016, los sectores con mayores crecimientos positivos y dinámicos serán la construcción (13,4%); hoteles y restaurantes (11,2%), y agricultura, ganadería y silvicultura (5,9%). En sentido contrario, disminuirá la producción del sector de explotación de minas y canteras y de la industria manufacturera. En 2016 las inversiones, como se ha señalado, caerán, alcanzando tan solo un importe de 6.510 millones de pesos, un 17% por debajo de la cifra programada a comienzos de año, la mayoría con financiamiento externo. Casi el 60% de estas inversiones estarán asociadas a turismo, petróleo, infraestructura para enfrentar sequías y saneamiento; a la infraestructura de la Zona de Desarrollo Especial Mariel; la producción de azúcar y sus derivados; las telecomunicaciones; incremento de las capacidades constructivas del país; producción de materiales de construcción, fuentes renovables de energía. Además, 600 millones irán al sector agropecuario para apuntalar la producción de alimentos que permita sustituir importaciones (actualmente Cuba importa alrededor de 2.000 millones de dólares en alimentos).

Pero lo realmente grave en la situación económica está en el plano fiscal, la imposibilidad de reducir el déficit. El régimen cerró 2015 con un déficit de 6,1% del PIB, con un incremento del gasto en las actividades no presupuestadas en 21,7%.

De acuerdo con el Informe, en 2015 los gastos totales aumentaron, en términos nominales, un 10,0%, un crecimiento muy superior al de la economía, que fue del 7,1% (4,3% del PIB más 2,8% de la inflación). Como consecuencia de estas tendencias dispares, se observó un "cambio importante en la dinámica del gasto corriente en Cuba, con un crecimiento del 10,3%, y una tendencia hacia un crecimiento menor del desembolso en actividades presupuestadas (7,2%) a la vez que las actividades no presupuestadas (24,7%) aumentaban de forma muy destacada", reflejando el descontrol de la gestión, el aumento de la financiación para la producción para la exportación y sustitución de importaciones (22,2%) y el mayor importe destinado al subsidio de precios minoristas (32,5%).

Por su parte, los ingresos totales netos registraron un crecimiento anual del 4,6%, con una reducción de los ingresos no tributarios (7,0%) debido a la caída en la recaudación de sus rubros principales, en particular la contribución directa de empresas estatales disminuyó en 7,6%. Al mismo tiempo, los ingresos tributarios anotaron una expansión del 11,3%, el principal rubro de ingresos, el impuesto a la circulación y sobre ventas, se incrementó en 8,3%., reflejando la intensa presión fiscal del régimen sobre los trabajadores por cuenta propia. Finalmente, los gastos de capital tuvieron una expansión del 5,6% en 2015.

Además, en 2016 el anteproyecto de presupuesto del Estado estima un déficit fiscal como proporción del PIB de 7,1%, un punto porcentual superior, resultado de la magnitud de los recursos destinados a financiar la exportación y sustitución de importaciones, que significa para Cuba ahorro de divisas pero se genera un déficit en operaciones corrientes, como resultado de la dualidad de la tasa de cambio. Las principales producciones financiadas bajo el concepto de sustitución de importaciones y financiamiento a la exportación son la carne de cerdo en pie, arroz, maíz para alimento animal, frijol, el café y el azúcar. En cuanto a precios minoristas subsidiados, se incrementan en 5,7% los fondos para conservar asequibles a la población los productos básicos de consumo; entre los productos de mayor peso que se incluyen en este financiamiento se encuentran cárnicos, leche, azúcar, pan, arroz y huevos, así como los combustibles domésticos.

Para 2016 el documento del anteproyecto estima que los ingresos netos crecerán en 6,5%, en términos nominales, respecto de las cifras de cierre estimadas para 2015, lo que supone un aumento de la presión fiscal. Por su parte, se prevé que los ingresos tributarios aumenten en 11,1%, en tanto que se estima un incremento del 5% en los ingresos no tributarios. Los tributos de las formas de gestión económica no estatales van ganando peso gradualmente en la estructura de ingresos del gobierno, se estima que para este año representen el 8% de los ingresos tributarios. Los gastos totales, por su parte, aumentarán un 8,6%. Cabe destacar que el gobierno cubano tiene proyectado un incremento importante de los gastos de capital (25,3%) principalmente destinado a infraestructura en la isla cuya viabilidad en las condiciones actuales, parece complicada.

El Informe de CEPAL señala "que como parte del perfeccionamiento de la administración financiera se inició la elaboración en 2016 del estado de ahorro, inversión y financiamiento en el que se pone de manifiesto el requerimiento para 2016 de fondos por un máximo de 8.538 millones de pesos, para cubrir tanto el déficit fiscal como la amortización de deudas comprometidas en el mismo año. No obstante, es previsible que con la menor expectativa de crecimiento económico para 2016 todas estas cifras fiscales sufran ajustes a la baja, pues el anteproyecto de presupuesto del Estado fue presentado a fines de 2015 y el crecimiento económico de Cuba desde entonces se ha ralentizado".

El déficit mayor de 2016 se pretende financiar mediante la emisión de bonos soberanos con una amortización desde uno hasta 20 años y a una tasa de interés promedio del 2,5% anual. Este aumento del déficit con relación al año anterior, no sólo refleja el descontrol de la gestión económica existente en un sistema de planificación central en el que no existen derechos de propiedad, sino la imposibilidad de conseguir mayores niveles de financiación de la actividad empresarial estatal para respaldar la sustitución de importaciones (representa un incremento del 31,4% respecto del año previo), así como el mayor subsidio a la canasta familiar normada (incremento del 5,7%). El régimen continúa empeñado en cumplir un equilibrio en la toma de créditos y su estructura, el pago de las deudas reordenadas, la deuda corriente y el cumplimiento del plan de amortizaciones, por lo que la contratación de créditos externos con sus acreedores se hará según la capacidad de pago, limitando su importe.

En ese sentido, la política de racionalización del gasto y uso eficiente de los recursos públicos adoptada a partir de 2011, así como el compromiso firme del régimen castrista por cumplir con el pago programado de sus obligaciones externas, se encuentra con grandes dificultades para su cumplimiento, lo que actúa como un factor que reduce la credibilidad internacional de la economía, justo en un momento en que se han conseguido notables ventajas para facilitar la renegociación de su deuda externa, con un impacto positivo de la posición del país con sus acreedores más importantes. Destaca principalmente la renegociación en diciembre de 2015 de su deuda con el Club de Paris.

Y si el desequilibrio interno continúa siendo un problema para las autoridades, el saldo de la balanza en cuenta corriente ha pasado a tener signo positivo, con un nivel similar respecto al PIB, al alcanzado en 2015. El Informe de CEPAL insiste en el argumento del régimen que la visita del presidente de los Estados Unidos en marzo de 2016 a Cuba y los anuncios posteriores para levantar algunas restricciones, como el permitir que el país pueda emplear en sus transacciones con el exterior el dólar, no se han materializado todavía, para situar en el bloqueo económico, comercial y financiero el origen de las actuales dificultades para las transacciones comerciales y financieras, de acuerdo a las normas y prácticas internacionales.

El Informe de CEPAL atribuye al cumplimiento del servicio de la deuda externa y a que Cuba no sea miembro de las instituciones financieras internacionales,como factores que han obligado al país a que su balance en cuenta corriente como proporción del PIB se mantenga en los últimos años en superávit (de alrededor del 1,5%). No obstante, Cuba registra un déficit estructural en la balanza comercial de bienes, otro desequilibrio que las políticas económicas del régimen no han sabido corregir, su magnitud se compensa con el superávit en la balanza comercial de servicios (venta de profesionales). De ese modo, mientras que en 2015, las exportaciones de bienes se redujeron un 24,2% (cifras en millones de pesos) y las importaciones aumentaron en 2,9%, las exportaciones de servicios médicos y el turismo continuaron expandiéndose (ambos rubros aportan más de la mitad de los ingresos en divisas del país). En concreto, los ingresos por turismo se incrementaron en 10,7%.

Estas tendencias apuntan a que en 2016 se espera que se mantenga el superávit de la balanza en cuenta corriente, resultado en parte del superávit en la balanza comercial de servicios y por los mayores ingresos esperados por el turismo internacional (aunque con un incremento moderado resultado de la devaluación del euro en relación al dólar, pues una gran parte de los turistas que llegan a Cuba son de origen europeo). Se proyecta que a la isla caribeña arribarán cerca de 3 millones 800 mil turistas en 2016.

El Informe de CEPAL señala que el tipo de cambio nominal continúa fijo, con una tasa del CUP de 24 por CUC para las operaciones de ventas por la población a bancos y CADECA (casas de cambio). Se destaca, igualmente, la ausencia de anuncios oficiales que indiquen que la unificación monetaria y cambiaria se pueda materializar en 2016. El régimen ha anunciado que se avanza en el proceso y que se esta en búsqueda de la opción que genere menores efectos nocivos en el poder adquisitivo de la población. De esta manera, en el informe al VII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) realizado en abril pasado, se ratificó una vez más la decisión de garantizar los depósitos en cuentas bancarias en divisas extranjeras, pesos cubanos convertibles (CUC) y pesos cubanos (CUP), así como el dinero efectivo en poder de la población.

En tales condiciones, la política monetaria en Cuba sigue siendo la misma que desde 2009, orientada al control de los agregados monetarios. CEPAL señala que la demanda de transacciones generada por la actividad de las formas de gestión no estatales, como el trabajo por cuenta propia y las cooperativas no agropecuarias (CNA), ha tenido una clara incidencia en la dinámica de la oferta monetaria, yendo en estrecha relación con la expansión de la actividad económica. De igual modo, con la nueva política crediticia aprobada en 2011, el crédito tanto al sector empresarial como a personas naturales se ha incrementado progresivamente. De esta manera, el dirigido a personas naturales aumentó un 206% en 2015 (partiendo de una base inicial pequeña), respecto del año anterior. El 59% de estos préstamos se destinó a la realización de acciones constructivas en las viviendas; el 34% a agricultores pequeños, y el 6,7% a trabajadores por cuenta propia. Por otra parte, el crédito a personas jurídicas se incrementó en un porcentaje claramente inferior, 6,8% y los principales sectores de destino fueron la agricultura, el comercio y la manufactura.

El régimen reconoce la dificultad de dinamizar de manera sostenible el crecimiento económico sin incrementar los niveles de inversión (la inversión bruta interna como proporción del PIB ronda el 13%). La nueva Ley de inversión extranjera a partir de 2014 pretende lograr la atracción de capitales extranjeros. Derivado de lo anterior, se ha incrementado gradualmente la llegada de inversiones a Cuba. Para el segundo semestre de 2016 se han comprometido e iniciarán 47 proyectos de inversión fuera y dentro de la Zona de Desarrollo Mariel (creada en 2013) con inversiones provenientes de diversos países como China, Canadá, Australia, México, Brasil y Vietnam, así como de varias naciones europeas. Destaca también la inversión de la compañía estadounidense Starwood Hotels en asociación con las compañías cubanas Gaviota y Gran Caribe (la primera de su tipo desde 1959) para la administración y construcción de hoteles en Cuba. El gobierno ha trabajado desde 2010 en un conjunto de acciones enfiladas al saneamiento de las finanzas externas del país, en particular las encaminadas a lograr el reordenamiento de su deuda externa.

CEPAL valora igualmente, dentro de la política de atracción de inversiones extranjeras, el papel que desempeña la cartera de inversiones, integrada por proyectos específicos en distintos sectores de la economía, que se actualiza anualmente y que cuenta con 326 proyectos (de una cifra inicial de 246 proyectos) para que los inversionistas extranjeros puedan elegir en cuales sectores invertir, aunque las inversiones no están restringidas a la cartera. En la nueva cartera de inversiones se encuentran por ejemplo tres proyectos más en el sector salud, turismo, transporte (astilleros), construcción y materiales de construcción; industria ligera y sideromecánica, y alimentaria y audiovisual.

Mención especial recibe el análisis de las consecuencias del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre EE.UU. y Cuba en diciembre de 2014, y la visita del presidente Obama a Cuba en marzo de 2016. Con ello, se ha iniciado el levantamiento gradual de algunas restricciones en viajes, telecomunicaciones, servicios financieros, remesas y aviación, entre otras (o se han flexibilizado los requisitos). No obstante, CEPAL concluye que en la práctica varias de las medidas anunciadas aún no han podido implementarse. Un ejemplo de lo anterior es la autorización a Cuba del uso del dólar en sus transacciones internacionales. De esta manera, si bien el gobierno estadounidense anunció que era posible utilizar dólares en las operaciones con el exterior, a través de bancos de terceros países, la realidad es que la nación caribeña no ha podido realizar ninguna operación bancaria con esta moneda, pues los bancos extranjeros continúan temerosos ante la posibilidad de recibir multas multimillonarias por procesar transacciones de Cuba.

Tampoco se permite a los bancos cubanos establecer relaciones de corresponsalía con instituciones financieras de los EE.UU. Las pocas inversiones estadounidenses que se han anunciado han sido autorizadas por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, luego de una revisión caso por caso. Cabe hacer hincapié en que el turismo de estadounidenses a Cuba continúa prohibido. El gobierno estadounidense ha autorizado a sus ciudadanos viajar a la isla caribeña únicamente en doce categorías y a través de licencias generales (cierto es que los requisitos para obtener estas licencias se han venido suavizando), entre las que están las visitas familiares, los negocios oficiales del gobierno de los Estados Unidos, la investigación profesional y reuniones profesionales, y las competencias atléticas y exhibiciones.

El Informe de CEPAL señala que el incremento de la tasa de inf1ación observada en 2015 fue motivado por los aumentos en los precios de productos agrícolas y, en menor medida, la expansión salarial en los sectores salud y deportes. Para este año 2016, se espera que la inflación se mantenga en niveles similares a los del año anterior, una tasa del 2,8%. CEPAL señala que desde 2015 ha existido una creciente preocupación por el incremento de precios de varios productos agrícolas en los distintos segmentos de mercado, pero sobre todo en los no estatales, y culpa de los mismos, al igual que el régimen, a los intermediarios que comercializan este tipo de productos, aunque también han existido problemas de escasez de oferta de algunos productos agrícolas, en lo que ha influido la sequía que afecta a este país en los dos últimos años. En particular, se han registrado mayores precios de varios productos agrícolas durante 2016. Lo anterior, llevó al régimen a adoptar a principios de mayo un conjunto de acciones para incrementar el acopio de productos agropecuarios de alta demanda y su comercialización a la población a precios máximos establecidos en un intento de mejorar el poder adquisitivo de los salarios.

Finalmente, el Informe pasa revista a los datos del mercado laboral. El número de ocupados totales se ha mantenido en niveles similares en los últimos años, con tendencia a la reducción de empleo en el sector estatal y el consecuente incremento en el sector no estatal de la economía. Al cierre de 2015, la ocupación total fue de 4.860,500 trabajadores, de los cuales el 71% se encuentra en el sector estatal de la economía (en 2010 el empleo en este sector representaba el 81,2%, diez puntos menos). Por otra parte, la tasa de desempleo en 2015 fue de 2,4% (contra el 2,7% en 2014). Es importante destacar que los sectores que generan la mayor cantidad de empleo siguen siendo la agricultura y la construcción (18,0% y 6,0% del total, respectivamente). En 2015 el salario mínimo
quedó establecido en 225 pesos cubanos (el mismo con respecto a 2014) y el salario medio se incrementó en términos nominales en 17,6% respecto del año previo y llegó a 687 pesos.

En cuanto al empleo en las formas de gestión no estatales, como el trabajo por cuenta propia, se observa un crecimiento. Así, al cierre de marzo de 2016 ejercieron esta actividad 507.342 personas (contra 499.452 trabajadores en abril de 2015), de los cuales 155.574 son jóvenes y 158.308 son mujeres (31% del total). Entre las actividades más importantes: la elaboración y venta de alimentos (11%); transporte de carga y pasajeros (10%); arrendamientos de viviendas, habitaciones y espacios (6%); agentes de telecomunicaciones (5%), y la categoría de trabajadores contratados (23%), asociados principalmente a las primeras dos actividades.

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