El fracaso del sector lácteo en Cuba: del vasito de leche al quesero mayor
Elías Amor Bravo, economista
El Grupo Lácteo Nacional es uno de esos
conglomerados ineficientes que existen en la economía estatal cubana
para controlar la producción empresarial, en este caso, en un sector
fundamental como es el de los lácteos. Por citar solo un ejemplo, lo
que en la Oficina Nacional de Estadística ONEI denominan valor de la
circulación mercantil mayorista y minorista en esta actividad de
lácteos y derivados alcanzó 1.311,9 millones de CUP en 2016,
representando el 10% del gasto total en alimentos. Casi nada.
Un artículo en Granma alude al incremento de las
inversiones del Grupo estatal para aumentar de la capacidad
productiva de la industria láctea. Los hermanos Castro nos han
regalado episodios que difícilmente se pueden olvidar. Es el caso
del “vasito de leche de Raúl Castro”. Sin duda. Pero incluso
Fidel Castro, en alguna ocasión, actuó como especialista en quesos
ante los maestros queseros de Cuba. Asombroso.
Uno de los grandes fracasos de la economía cubana
instaurada por la llamada revolución ha sido la ganadería y la
industria láctea. Las confiscaciones de las ganaderías privadas y
de las empresas del sector nada más comenzar el proceso
revolucionario dejaron sin rumbo estratégico a esta industria de
importancia vital para el país.
El régimen lleva 60 años intentando incrementar
la producción de leche y derivados, pero no lo consigue.
Básicamente, porque el sistema institucional y de derechos de
propiedad es incapaz de ofrecer el producto en las condiciones de
“variedad, calidad, inocuidad y prioridad” que requiere, y lo que
es más grave aún, de cantidad. Los cubanos se han visto obligados a
convivir con el racionamiento de productos de gran demanda. Dicho de
otro modo, el ensayo colectivista ha tenido consecuencias nefastas
para un sector como el lácteo. A los datos me remito.
Por citar algunos, los más destacados, y con la
fuente de información oficial, la ONEI, en 2006 la producción de
leche pasteurizada, que es la que alcanza mayor volumen (con relación
a la condensada y la evaporada) registró 127,8 Mil
toneladas. En 2016, último dato publicado, fue de 123,1 Mil
toneladas. Tan solo un año antes había sido de 104,8 Mil. En
los años que transcurren entre 2012 y 2016, la producción media
anual de leche pasteurizada fue de 110,78 Mil. Se trata de un
10% menos de la obtenida en 2006.
Otro producto lácteo, de gran demanda, como el
yogur cayó más aún, de las 183,5 Mil toneladas en 2006 a
los 146,7 Mil de 2016, es decir, un 20%. Más grave es aún
observar que la leche condensada, por ejemplo, se redujo de 0,9
Mil a 0,4 Mil en el mismo período, un 55% pero en este
caso, el agravante es que las importaciones de leche condensada, ante
los límites de la oferta nacional, ha pasado de 2,3 Mil toneladas a 2,6 Mil en el mismo período. El caso de la leche en polvo es significativo. Las
importaciones en 2016 ascendieron a 55 millones de toneladas. Las
estadísticas de ONEI hacen “desaparecer” este producto entre
2012 y 2016, cuando en 2006 alcanzó un total de 21,1 Miles toneladas. En este caso, se pagan 141 millones de pesos en
importaciones, como consecuencia de la ausencia de producto nacional.
Estos datos confirman el atraso de la industria,
la inacción y la incapacidad productiva para atender necesidades
básicas de la producción. Ya se pueden emplear a fondo en “la
modernización de las plantas con la entrada de nuevos equipos y la
reparación de los existentes”, aunque no creo que esta sea la
solución, por mucho que lo intenten justificar los responsables del
Grupo.
Granma alude a las conclusiones de un "encuentro
celebrado entre directivos, tecnólogos, investigadores y maestros
queseros de toda Cuba, organizado recientemente por la Empresa
Provincial de Productos Lácteos de Camagüey". Lo que me parece sorprendente es que en el evento se recordase aún “el extraordinario
conocimiento que tenía Fidel Castro” sobre cómo recuperar la
cultura quesera en Cuba. Cierto. Castro se retiró en 2006 y desde
entonces, los resultados de la producción de queso son los que se
ofrecieron antes. Un desplome absoluto. Es más, ahora, que ya no
están ni él ni su hermano, se encuentran con el aliciente de la
demanda procedente del turismo, estimada en 7 mil Toneladas año de
queso. Si Fidel realmente tuvo alguna responsabilidad en la
reorientación del sector y sus palabras y mensajes significaron en
algún momento “el inicio de una nueva etapa de transformaciones en
el sector”, los resultados no dejan lugar a duda. El vasito de
leche tiene que esperar.
Para recuperar el sector lácteo en Cuba se
necesita avanzar en la transformación institucional de la economía.
Este sector, que necesita estrechos lazos desde los productores de
leche hasta la distribución final, tiene numerosas opciones para la
gestión, y ninguna de ellas son los Grupos estatales o las empresas
pertenecientes al estado. El estado no está para ordeñar vacas,
fabricar leche en polvo o yogur. Esta es una actividad que de la que
se tiene que encargar, y de la que se debe responsabilizar, con
autonomía y un marco jurídico estable, las empresas privadas. La
alternativa es botar el dinero. Con inversiones en equipos
(descremadoras, clarificadoras, prensas, moldes y
pasteurizadoras, unido a una mejoría sustancial de los sistemas de
enfriamiento) o formación de los trabajadores no se resuelve el
problema porque la cadena de valor del sector sigue estando rota.
El ejemplo lo tienen en la producción de leche.
En 2006 antes de que se pusieran en marcha las reformas parciales en
la tierra, los privados obtenían 344,4 mil toneladas. Estos
productores en 2016 obtuvieron 516,1 mil, un crecimiento del
50%; el estado, que todavía retiene una parte muy destacada de la producción final, en ese mismo período aumentó solo un 35% las cifras
de producción. La respuesta es evidente. Los privados gestionan
mucho mejor y producen más que el estado. La solución no admite cuestionamiento: empiecen por disolver los
Grupos estatales, pongan el sector industrial en manos de los
empresarios privados; pero sobre todo la explotación ganadera, como
ocurría antes de 1959, y verán cómo todo mejora muy rápido.
Entonces nadie se acordará de las lecciones de Fidel Castro a los queseros cubanos, ni tampoco del “vasito de leche” de
Raúl. Hagan la prueba.
Fuente: http://www.one.cu/aec2016/09%20Agricultura%20Ganaderia%20Silvicultura%20Pesca.pdf
Fuente: http://www.one.cu/aec2016/09%20Agricultura%20Ganaderia%20Silvicultura%20Pesca.pdf
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