La captación de divisas por el régimen castrista y sus problemas de organización
Elías Amor Bravo, economista
Obligatoriedad de cuentas en determinados bancos, tarjetas magnéticas igualmente obligatorias
para las ventas en determinadas tiendas. Este es el diseño del
procedimiento establecido para drenar divisas del sector privado al
estado. En la economía castrista, la flexibilidad y la libertad de
la economía, la igualdad entre todos los agentes que operan en la
misma, rara vez se convierte en un principio, y mucho menos, un
objetivo a conseguir.
Por
ello, las autoridades castristas ofrecen en Cubadebate y
Granma información de la aplicación de las nuevas medidas para recaudar divisas por medio de la importación de bienes
de equipo. Más fácil sería generalizar los procedimientos a todos
los bancos, a todas las tiendas y para cualquier forma de pago, pero
cuando se fracciona el mercado y se interviene en su libre
funcionamiento, practicando ajustes en demanda y oferta, suelen pasar
estas cosas.
Ayer
lunes 21, los bancos Metropolitano, Popular de Ahorro y de Crédito y
Comercio, todos ellos propiedad del estado, ya empezaron a abrir
cuentas en moneda libremente convertible a sus clientes, personas
naturales, para entregar las tarjetas magnéticas, destinadas al pago
delas importaciones no comerciales, y la compra de las mismas en
tiendas de la red minorista.
Cubadebate
se refirió al interés de la ciudadanía por abrir cuentas en
dólares estadounidenses al constatar las "colas de personas" en las
sucursales bancarias de las Tunas. Tal vez habría que valorar si
dichas colas se producen más como consecuencia de la escasez de
personal de atención al público en las oficinas bancarias, que por una
demanda real en aumento, que también puede ser. Lo que está claro es que el régimen quiere potenciar la apertura de estas
cuentas por la población, y las informaciones publicadas así como
las facilidades aprobadas, trasladan un tono
propagandista y triunfalista con el que se pretende “fomentar la
industria nacional” que al final no es otra cosa que drenar las
divisas de la circulación en el circuito privado de la economía.
Y
para fomentar las cuentas obligatorias, desde
el Banco Metropolitano se
informó
que la entidad desarrolló una
serie de
acciones para
organizar el servicio y preparar a directivos y trabajadores,
para cumplir con eficiencia ese nuevo reto. De igual modo, la
oficina central, junto a los directores territoriales y sucursales,
celebró encuentros para explicar los procedimientos y la
infraestructura informática que se necesitará en esta etapa. Por
último, se informa que el personal bancario fue entrenado para
ofrecer un servicio óptimo y de calidad a la población.
La pregunta inmediata es ¿cómo es que actuaciones de este tipo se tienen que hacer justo
ahora, cuando en cualquier economía del mundo, los profesionales de
la banca deben estar preparados para este tipo de operaciones, sin
necesidad de operaciones específicas o motivadas? Es evidente que la
banca estatal cubana no ha prestado la debida atención a este tipo de servicios, por otra
parte generalizados en cualquier país del mundo, y estas
informaciones lo ponen de manifiesto. Nunca es tarde para empezar, pero nunca de este modo.
De todas formas, el proceso es
burocrático y lento. Además, cualquier profesional de banca privada
sabe que está mal diseñado. Primero, abrir las cuentas, aunque no
lleven fondos. Esto es realmente anómalo, ya que no tiene sentido
disponer de esta operación sin respaldo. Por otra parte, las
nuevas cuentas se habilitarán solamente
a las
personas naturales residentes permanentes, a
las que se exige la
presentación de su carné de identidad. Y
lo más llamativo es el plazo de
entrega, establecido de 3 a
7 días (en La Habana y
capitales provinciales) y hasta 10 días en
el resto del país.
En
cualquier sistema bancario, cuando alguien abre una cuenta se lleva consigo
todos los medios necesarios para operar con la misma, y en muchos
casos, la entrega de la tarjeta es inmediata. Con ello surgen dudas
de qué tipo de análisis tan lento se realiza para entregar
los medios de pago, y sobre todo, quién los realiza y
por qué (de hecho las cuentas se pueden abrir sin fondos, lo que
indica que la elección de perceptores de servicios tal vez se pueda
orientar por “criterios políticos”).
Por último, sería
interesante saber si los
plazos de entrega
se cumplen realmente.
Estas
cuentas estarán preparadas para recibir
fondos a través de transferencias del exterior e
igualmente, se podrá realizar
transferencias
desde otras
cuentas en divisas o entre las del mismo producto.
No cabe duda que este movimiento monetario abre una cierta
expectativa en el mercado bancario cubano, donde todavía existen
prácticas muy rudimentarias y anacrónicas y lo que es peor, la
modernización tecnológica deja mucho que desear. Pero dados los
intensos crecimientos de la cantidad de dinero en circulación en la
economía cubana, pienso que mucha gente seguirá disponiendo de sus
remesas en efectivo, y pocos las destinarán a este tipo de cuentas.
Llama
la atención que solo en estas cuentas permitan las autoridades
formalizar depósitos en efectivo en dólares estadounidenses, euros,
libras esterlinas, dólares canadienses, francos suizos, pesos
mexicanos, coronas danesas, coronas noruegas, coronas suecas y yenes
japoneses. Habría que preguntarse por qué no se pueden realizar
tales depósitos en cualquier otra cuenta que dispongan los titulares
en los bancos, y se tiene que hacer solo en estas.
Por
su parte, Granma ha dedicado un espacio a dar respuesta a las diez
preguntas que se relacionan con las nuevas operaciones de compra de
equipos importados y que se pagan con las tarjetas magnéticas. Como
ya se señaló en otro post, se dispondrán de 77 establecimientos
comerciales minoristas en todo el país una cifra reducida para
atender un mercado como el cubano, de 11 millones de habitantes. La
estimación de esta cifra no se sabe bien de qué procede.
Inicialmente operarán en las dos principales capitales,
extendiéndose más tarde al resto del país, pero si fijar fechas
para este proceso. Nada impide a los que viven en Las Villas o
Camagüey desplazarse a La Habana o Santiago a comprar, pero
¿realmente esto tiene sentido?¿dónde abrirán sus cuentas?
Las
ventas empezarán en los próximos días, sin indicar fecha,
empezando por La Habana y Santiago de Cuba, y las vías de acceso
podrán ser directamente a la red minorista o a través de
importadoras designadas para ello. Además, al comienzo estarán
formadas por un surtido de productos electrodomésticos y de
electrónica definidos, tales como: split, freezer, tv de grandes
formatos, refrigeradores de alta gama y capacidad, lavadoras
automáticas, hornos, sandwicheras y microondas. Dentro de la familia
automotriz se comercializarán: motos eléctricas, baterías,
neumáticos y accesorios, unidades de moto y motores de combustión.
La
elección de estos productos, objeto de la venta, se realizó por los
responsables del Ministerio del Comercio Interior, a partir de un
estudio conjunto con otros organismos y entidades, de las
nomenclaturas de productos más demandados, las tendencias y los
precios minoristas en la comercialización durante varios años. Que
la información del mercado haya sido tenida en cuenta para el diseño
de la oferta forma parte de una canción con buena letra. Habrá que
esperar la música, pero al menos en principio, esta vez se han hecho
bien las cosas. De todos modos, fijar la oferta a partir de las
condiciones de la demanda no se debería hacer solo en estas tiendas
en divisas, sino en todos los establecimientos comerciales del país.
Ello permitiría a los cubanos recuperar la libertad de elección en
el consumo.
Las
autoridades insisten en que la nueva red es una opción adicional
para las ventas, y que las cadenas de tiendas que venden actualmente
en CUC y CUP mantendrán su oferta de equipos y productos de línea
económica, en correspondencia con las posibilidades financieras del
país, para los programas y políticas sociales, tales como: el
llamado programa de ahorro energético, la dinámica demográfica, la
televisión digital y las partes y piezas que aseguren la seguridad
vial.
En
cuanto a los precios establecidos, se informa que se revisaron los
precios de ventas minoristas de la región, con el objetivo de
obtener ofertas competitivas. Un método que tal vez debería haber
tenido en cuenta otros factores, dadas las características de la
economía cubana. En el caso de los productos cuya comercialización
se mantiene en CUC y son similares a los seleccionados para la venta
en moneda libremente convertible, como lavadoras semiautomáticas,
televisores de 32 pulgadas, refrigeradores hasta 11 pies y
calentadores de agua de gama baja, también se lograron rebajas en
los precios finales, pero poco significativas
si se comparan los precios.
Esto
significa que para muchos clientes podrá seguir siendo más
interesante recibir la remesa en efectivo y comprar en CUC el equipo
en estas tiendas de ventas minoristas. En
todas las
operaciones, se pretende mantener la
garantía comercial, considerando los plazos que actualmente están
establecidos a tales efectos, y según los tipos de productos.
Además, se prevé la reposición total por defectos y vicios
ocultos, todo ello para ofrecer alguna ventaja con respecto a la
oferta que se venía realizando por las “mulas” y que ahora pasa
a manos del estado.
Por
último, se insiste que en la red comercial habilitada solo se
realizarán las ventas por medio del uso de tarjetas magnéticas y no
se admitirá el efectivo. Las tarjetas a utilizar serán las
nacionales (las ya citadas) e internacionales aceptadas en Cuba,
incluyendo la tarjeta ais, nuevo producto desarrollado por Fincimex,
la cual podrá ser utilizada en toda la red de comercio y tiene la
particularidad de que sus depósitos se realizarán exclusivamente
desde el exterior, mediante transferencias internacionales.
En
Granma se han anunciado hasta números de teléfono para consultas de
la población.
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