Un Banco central sin autonomía del gobierno, y a su servicio: malo para la economía cubana
Elías Amor Bravo, economista
Sin lugar a dudas, en la nueva mesa redonda de Randy Alonso, para
continuar con las medidas económicas, y que contó con la
participación de los mismos dirigentes comunistas que el día
anterior, entre ellos, el vicepresidente, los ministros de Economía
y Planificación, Finanzas y Precios, Comercio Interior y Comercio
Exterior e Inversión Extranjera, la Ministra-Presidenta del Banco
Central de Cuba y la Vicepresidenta Primera de la Corporación Cimex,
no cabe duda que la intervención de la ministra-presidenta del
Banco Central de Cuba, fue de las que tuvo un mayor interés, por
el contenido de sus afirmaciones y el alcance de las medidas que
están en su ámbito competencial.
Ella comenzó también dando las gracias a las más de 1.400
aportaciones recogidas en el sitio web Cubadebate, a las que hizo
referencia Randy Alonso, y sobre todo a las relativas al sistema
bancario, para señalar a continuación que cada una de ellas, tendrá
respuesta. Todas las normas nuevas han sido publicadas en la Gaceta
Oficial extraordinaria número 21 de 16 de octubre. Allí se pueden
consultar los detalles.
La presidenta del Banco Central de Cuba señaló que una de
las mayores inquietudes de la población está relacionada con el
gravamen sobre el dólar en efectivo, que no se establece en caso de
las transacciones. Conviene recordar que este gravamen fue
impuesto por el régimen castrista en una fecha tan lejana como 2004,
y justificado, como siempre, por el presunto recrudecimiento del
bloqueo norteamericano a la Isla en aquel momento. Al dólar se le
fija injustamente un gravamen del 10% pero hay algunos analistas que
han observado en el desarrollo de las medidas una cierta dolarización
de la economía, provocada sin duda por la pérdida continua de valor
del CUC, consecuencia de la inflación latente que existe en la
economía, sobre todo desde los aumentos de costes unitarios tras las
elevaciones salariales del pasado verano.
Las disposiciones oficiales dicen textualmente “se dispone el uso
de dólares estadounidenses en las operaciones de ventas minoristas
en divisas, así como en las de importación, venta de mercancías en
consignación y en régimen de depósito de aduana entre las
entidades importadoras reconocidas” (artículo 1º de la Resolución
275/2019).
Según la directiva del Banco central la situación de presión de
EEUU no ha cambiado por lo que el gravamen del 10% se continuará
aplicando al billete efectivo de dólar estadounidense, es decir, a
las operaciones con papel moneda. La remesa recibida por un cubano de
su familia en el exterior si la convierte en efectivo, pagará el
gravamen correspondiente y verá reducido su importe nominal en un
10%. Además, el gravamen solo se aplica al dólar, y no a otras
divisas. Es decir, si un cubano recibe euros o yen de su familia en
el exterior, no tendrá que soportar la pérdida del 10% al hacer
efectiva la transferencia. Es evidente que cambiar dólares por
euros, y realizar la transferencia en esa moneda, sale a cuenta.
Hacer la transferencia desde una cuenta en euros, igual. Eso, las
autoridades, no lo han tenido en cuenta.
El objetivo que está detrás de esta medida es que los cubanos
realicen sus operaciones económicas por medio de cuentas bancarias,
y a tal fin, las que se realicen de este modo no tendrán esa
reducción del 10% en el importe de la remesa en dólares. Un
estímulo que puede ser inútil en muchos casos. Cierto es que las
autoridades llevan tiempo intentando que los cubanos pierdan el miedo
a operar con los bancos. No lo tienen fácil. Demasiados años de
desconfianza con las prácticas bancarias no se arreglan en un solo
día. La dependencia de los bancos de la titularidad del estado y su
relación con el ministerio del interior, es otro asunto que
preocupa.
En todo caso, las transferencias del exterior que se realicen por vía
bancaria no estarán sujetas al gravamen y para ello deberán
gestionarse por medio de una cuenta que, de manera inmediata, las
personas pueden utilizar, para lo que se han establecido una serie de
entidades bancarias que podrán operar en este ámbito. El gravamen,
reiteró, solo se aplicará para el dólar en efectivo, y por tanto,
como ya se indicó no incluirá otras monedas libremente
convertibles. Una persona que reciba la transferencia en cuenta, pero
que haga efectivo el dinero a continuación, pagará igualmente el
gravamen. No lo pagará si el importe de la remesa se destina en su
totalidad a la adquisición de un determinado activo, lo que suele
ser poco frecuente. La gente destina el dinero a diferentes bienes y
servicios. No le veo futuro a estas medidas.
Además se autoriza que las cuentas asociadas a las tarjetas puedan
tener dinero en dólares, porque los precios también estarán
fijados en dicha moneda. En este punto es donde algunos observadores
han contemplado una eventual dolarización de la economía. La
pregunta es ¿por qué no se cambian los dólares a CUC o CUP? La
respuesta es inmediata, porque el objetivo de esos depósitos sigue
siendo la compra de bienes procedentes del extranjero, con precios en
dólares. Al tener la cuenta en dólares y comprobar los precios en
esta moneda, se pretende garantizar a las personas la realización de
compras transparentes, en las que pueden ver de inmediato el gasto
real. El sistema bancario cubano promoviendo tres monedas en
circulación en la isla, incluido el dólar. Todo un récord
histórico.
Además las medidas facilitarán a las personas ingresar fondos en
las cuentas asociadas a sus tarjetas electrónicas utilizando las
diferentes monedas que existen en el país. Es decir, que se pueden
ingresar cuantías en CUP y CUC, y en tales casos se aplicará la
tasa de cambio que está expuesta en las tablillas de las sucursales
bancarias para convertir toda la cantidad de la cuenta en dólares y
las tarjetas tendrán ingresado el imprte del dinero en dicha moneda.
Además, estas cuentas se pueden abrir con saldo cero, y no es
obligatorio llevar dinero en la apertura. No cabe duda que estas
medidas van buscando los excedentes obtenidos por los trabajadores
por cuenta propia en sus pequeños negocios, de modo que para la
compra de sus equipos se vean obligados a aflorar las ganancias
obtenidas. La información obtenida por los bancos resultará
esencial para la política fiscal.
Así mismo la autoridad del Banco central dijo que una vez que las
personas hayan formalizado la compra del equipamiento, si desean
extraer su dinero pueden hacerlo sin ningún problema y dejar la
cuenta a cero, ya que no se exige un saldo mínimo. Pero ya han
mostrado sus excedentes y quedan expuestos. Más fácil lo tienen las
personas que ya tienen cuentas en USD, como pueden ser Mastercard o
Visa, ya que pueden hacer uso de ellas igualmente con la operatoria
establecida. En todos los casos, deben ser los titulares quienes
hagan las operaciones.
De igual modo, se mantiene la posibilidad de comprar USD en las casas
de banco o en los bancos que existen para esta operación, siempre
teniendo en cuenta la disponibilidad que exista en dichos lugares.
Otro medio más de aflorar los excedentes del trabajo por cuenta
propia. Es evidente que el sistema bancario se convierte en el
instrumento principal del nuevo modelo de captación de divisas del
régimen, pero también de control, vigilancia y delación de la
actividad económica privada. Flaco favor a las prácticas bancarias
basadas en la autonomía, confianza y la credibilidad. El sistema bancario cubano puede tener problemas con este modelo de actuación.
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