Elías Amor Bravo, economista Un reciente informe de la Oficina Nacional de Estadística de Cuba, ONE, sobre la actividad en el sector de la construcción en los primeros seis meses del año 1 , confirma que las reformas raulistas aplicadas a este sector, tampoco están dando los resultados previstos. Conviene señalar que la construcción en Cuba, a diferencia de lo que sucede en otras economías, es un sector que presenta un muy bajo porcentaje sobre el conjunto de las actividades económicas. Según datos de ONE referidos a 2011, en términos de producción, los 3.265,2 millones de CUP representan tan solo el 4,7% del PIB total de la economía. En el conjunto de América Latina, este sector representa alrededor del 6% del PIB. Y la valoración del sector en términos de empleo es, si cabe, más deficiente aún, ya que los 219.200 ocupados en esta actividad, solamente alcanzan el 4,3% del total, y lo que es peor, en términos de perspectiva histórica, y tomando 2006 como punto de partida
Elías Amor Bravo economista Lógico que la bancarización despertase todo tipo de temores entre los actores económicos y la sociedad cubana en general. Y al régimen, que están atentos desde el 11 J a este tipo de indicadores de malestar social, no se le ha ocurrido otra cosa que dedicar un monográfico del programa Mesa redonda a enterrar el experimento antes de que sea tarde. Allí, con Randy Alonso de testigo amable, se dijo en varias ocasiones, que “la bancarización será un proceso gradual y donde las condiciones lo permitan”, lo que en buena lid viene a contrarrestar la dureza expropiatoria y el potencial corralito que se incluyo en la resolución 111. La bancarización ha quedado aparcada. Otro experimento a la basura. Pero entonces, ¿Qué fue lo que se dijo en Mesa redonda? El programa se planteó en formato de arenga del régimen, sin duda para contrarrestar un estado de opinión muy crítico de la sociedad, y por eso se insistió en "que no hay posible vuelta atrás en el proceso grad
Elías Amor Bravo economista Cerrar la temporada de turismo de 2023 con la mitad de los viajeros que llegaron a la Isla a pasar sus vacaciones en 2019 es un mal dato. Esto lo acaba de dar a conocer la ONEI con la publicación de que el turismo internacional en Cuba cerró 2023 con tan solo 2,4 millones de turistas. Una cifra que, en absoluto, se sitúa en línea con los objetivos de las autoridades. La política turística, a pesar de la concentración de inversiones, es otro de los fracasos de la revolución comunista. Cierto que la prensa estatal ha puesto en valor enseguida que el dato de 2023 supone un aumento del 50% con respecto a la cifra del año anterior. Mal consuelo porque en realidad se trata de unos resultados muy bajos que apenas recuerdan los ya lejanos años del período especial cuando el turismo se lanzó por Fidel Castro como un sector de la economía. Los datos evidencian, una vez más, que Cuba a diferencia de otros países del Caribe, como República Dominicana, o Costa Rica y
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