Depósitos a plazo, tarjetas electrónicas y prestamos para equipos de frío: la banca comunista cubana en su laberinto


Elías Amor Bravo, economista

Granma publica como una noticia destacable que los clientes de un banco propiedad del estado comunista, el Banco Popular de Ahorro, podrán cobrar cada 30 días los intereses generados por sus ahorros en las cuentas a plazo fijo, y no tener que espera a un año, como venía ocurriendo hasta ahora.

Y al parecer sitúan esta decisión dentro de lo que denominan como las “estrategias del país en materia de comercio electrónico”. Lo primero que se debe decir al respecto, es que, si antes no se practicaba este abono mensual de intereses, y ahora sí es porque hay algún motivo que lo justifique. 

Y el motivo parece estar en la firme decisión de las autoridades de impulsar el pago de bienes de cierto valor con tarjetas, una fórmula que da pie a un control exhaustivo de las transacciones económicas, alejándolas del ámbito de la economía informal.

Conviene tener en cuenta que la débil y atrasada banca personal cubana, lo que hace que los cubanos realicen una parte importante de sus transacciones en dinero líquido, tiene en el Banco Popular de Ahorro probablemente una de las entidades más destacadas del panorama financiero y de las que realizan más innovaciones para intentar acercarse a la población.

En este caso, llama la atención que, para poder cobrar los intereses mensuales, los clientes deberán contar con una tarjeta magnética expedida por el banco. Es decir, se condiciona la utilización de un título de pago, que es para lo que sirve una tarjeta, al pago mensual de intereses, que podría ser un incentivo, si el importe fuera elevado.

Por desgracia no se dispone información estadística de los depósitos de la banca en Cuba por lo que resulta difícil realizar cualquier estimación objetiva. Pero, siguiendo las tendencias de la cantidad de dinero en circulación de la economía, en sus distintas dimensiones, no parece que el sistema bancario ostente depósitos de cierta envergadura de los cubanos.

Y mucho menos, estos depósitos ser definidos en plazos largos, que van asociados a un alto nivel de incertidumbre y desconfianza que tiene el cubano hacia los bancos, que por su dependencia del estado han actuado como órganos informantes a la seguridad del estado sobre la obtención de ingresos.

Además, esta operación de pago mensual de intereses a cambio de tarjeta electrónica establece que, si el cliente procede a cancelar la cuenta antes del tiempo acordado, la sucursal bancaria descuenta del dinero principal los intereses pagados hasta el momento de la cancelación del depósito a plazo fijo.

Adicionalmente, y para los titulares de tarjeta, el banco está dispuesto a conceder créditos para la compra de equipos de refrigeración por reposición, siempre que el beneficiario presente la certificación de baja técnica del aparato emitida por los talleres de la Empresa de Servicios Técnicos, que también pertenece al estado.

La voluntad del régimen es que estas operaciones no se vean limitadas, sino que lleguen al mayor número posible de personas. En principio, cualquier ciudadano cubano, mayor de 18 años, con buen historial de pagos al banco por deudas pasadas o presentes, y “con ingresos lícitos demostrables y capacidad de pago suficiente, podrá pedir a la sucursal bancaria un préstamo de hasta un 100% del efectivo para comprar un equipo de frío, el cual será reservado durante cinco días, a partir de la fecha de certificación”. No deja de ser contraproducente el estímulo de estas ventas de equipos, justo cuando se conoce que algunas de estas tiendas que venden electrodomésticos en divisas no aciertan a reponer equipos.

¿Qué busca esta medida? ¿Estimular la solicitud de tarjeta electrónica para clientes con depósitos tal vez? ¿Qué se pretende, reducir las operaciones monetarias y en efectivo? ¡por qué motivo? O tal vez, ¿lo que se pretende con esta medida sea incentivar la compra de equipos de frío por los clientes? ¿Hay algún interés concreto en estimular alguna industria nacional de fabricación de refrigeradores?

Las autoridades andan buscando algo en concreto, pero este tipo de medidas, pueden ser de escaso impacto e interés. La lógica económica nos indica que un cliente abre un depósito a largo plazo con un determinado objetivo, que puede ser dar una retribución a un capital o estimular el ahorro para el gasto en el futuro. Los intereses de un depósito cuando se cobran anualmente producen una corriente de ingresos relativamente elevada, que depende del tamaño del depósito y del tipo de interés. En todo caso, si la corriente de ingresos se divide en pagos mensuales, el cliente puede percibir una cifra claramente menor. Las posibilidades de destinar ese dinero a gasto corriente serán limitadas. ¿Está pensando el Bpa en conceder créditos ajustados en sus intereses a los que obtienen los depositantes del banco?

Entonces, habrá una segunda derivada. Es evidente que el régimen no quiere acumulación de capital y ha visto en los intereses de los depósitos una amenaza potencial, que trata de eliminar con estas operaciones de compra de equipamientos. Una lástima, porque los bancos comunistas deberían utilizar ese dinero a plazo fijo para promover un uso eficiente de la base monetaria, conceder préstamos libremente para cualquier fin, o incluso, en el estado actual de la economía cubana, estimular el ahorro a largo plazo, que lo necesita el país. El hecho que entre los servicios ofertados por bpa se permita que cada persona con una tarjeta magnética en moneda nacional ya sea de salario, jubilado, personal o de colaboradores, pueda crear varias cuentas virtuales de depósitos a plazo fijo a partir de un año. Cuentas que lógicamente van destinadas a la compra en las tiendas de estado,

Con este tipo de prácticas, el régimen comunista cubano sigue dando pasos para separar a la economía cubana de las prácticas existentes en otros países, en concreto de los bancos. ¿Qué va a cobrar el banco al titular por la tarjeta? ¿Se la va a dar gratis? ¿Se puede pagar con estas tarjetas en cualquier negocio, por ejemplo, en un paladar privado o a un botero, o solo en las tiendas estatales? Surgen dudas que no se aclaran en la nota de Granma. Pero la puesta en funcionamiento de la banca electrónica en Cuba no deja de ser una majadería comunista, cuando lo que hace falta al país es que circulen mercancías, bienes y servicios en amplia distribución para todos.

Da igual, es que a veces nos creemos una cosa, y otras vemos más de lo que realmente hay. Vayamos a un caso sencillo en el que un cubano abre una cuenta a plazo fijo con 10.000 pesos y de intereses recibe, digamos, 42 pesos al mes. ¿Qué puede comprar con esos 42 pesos? Supongamos que pide un préstamo para comprar el equipo de refrigeración que le puede costar 4.800 pesos. Si decide aceptar la oferta del Bpa y lo va a pagar con un préstamo, debería desembolsar en intereses 120 pesos al mes, casi tres veces más que los intereses, en una operación habitual a seis años. Es lo mismo de siempre. En el castrismo se pasan la vida con el cuento de la lechera.


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