Lo que dice el informe de CEPAL sobre la economía cubana

Elías Amor Bravo, economista
A finales del pasado año, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) estimó el crecimiento de la economía cubana para 2019 en un 0,5%. Las autoridades del régimen reaccionaron en un primer momento como hacen casi siempre, quitando importancia a la noticia. No obstante, al cabo de unos días, al ministro de economía no le quedó otro remedio que aceptar el dato. De ese modo, las previsiones que desde comienzos de año se venían formulando por analistas y observadores, se acabaron cumpliendo
La economía cubana sufría una importante desaceleración en comparación con el crecimiento del 2,2% de 2018, que fue revisado a alza por el ministro, tras incorporar en el cálculo a mitad de año unas cifras que no se habían integrado en la primera estimación anunciada.
Como suele ocurrir en estos casos, la causa principal de la desaceleración de la economía, casi al borde de la recesión, estuvo en el endurecimiento del bloqueo económico y comercial de Estados Unidos, que provocó descensos en los flujos de turistas y remesas que han acabado por ser los motores de la economía, y en segundo lugar, en los suministros de combustible, sobre todo en la contratación de los transportes.
El informe de CEPAL incide igualmente en ello, y señala que todo empezó con la activación del título III de la Ley Helms-Burton en abril, y la suspensión de los viajes de ciudadanos de ese país a la isla en la modalidad de viajes educativos para promover el contacto “persona a persona”, lo que significó el fin de la llegada de cruceros. Más tarde, en octubre entraron en vigor las restricciones de envío de remesas y las limitaciones al arrendamiento de aeronaves, así como la suspensión de los vuelos desde los Estados Unidos a destinos distintos de La Habana. A esto se suma el efecto de las sanciones impuestas al transporte de petróleo y derivados desde Venezuela en el abastecimiento de combustible.
Sin embargo, el fracaso de la economía cubana en 2019 hay que buscarlo, igualmente, por otros sitios. Y a ello CEPAL presta especial atención en su informe.
Un primer obstáculo al crecimiento se encuentra en el descontrol de las finanzas públicas en la economía cubana, con un nuevo ejercicio en el que el déficit fiscal del Estado acabará, según CEPAL en un 6% del PIB.
En el informe se ofrece una información más detallada de la falta de disciplina presupuestaria relacionada con la política fiscal. Se destaca que en la liquidación del presupuesto del estado, el déficit fiscal de 2018 alcanzó un 8,1% del PIB, con un descenso de solo medio punto del PIB con relación al año anterior. Una reducción provocada por una desaceleración del crecimiento del gasto en términos reales mayor que la observada en los ingresos.
De igual modo, el desfavorable clima económico provocó una disminución de los ingresos totales, un 2,2% frente al 4,3% en 2017, que tuvo su origen en el descenso del 2,9% en términos reales de la recaudación del impuesto sobre las ventas, derivado del impacto de la reducción del número de visitantes de turismo. La menor recaudación indirecta fue compensada por la estabilidad en la recaudación de impuestos sobre la fuerza de trabajo (del -0,2% frente al -2% en 2017) que tampoco ofreció motivos para festejar. En la economía cubana, la recaudación tributaria se incrementa hasta un 42,5% del PIB, uno de los más elevados de América Latina y del mundo.
Por otra parte, los gastos totales aumentaron un 1,5% real en 2018, por debajo del crecimiento de la economía que fue un 2,2%. Ese menor crecimiento con respecto a 2017, cuando se alcanzó un 6,2%, se debió sobre todo al ajuste a del gasto en educación (2,8%) y de salud pública y asistencia social (2,6%), las gratuidades de la “revolución” que, en contra de lo que afirman las autoridades, han experimentado un ajuste que posiblemente haya sido mayor en 2019, dados los márgenes que existen para el gasto. También se ha frenado el gasto en actividades no presupuestadas, en este caso un ajuste incluso mayor (del 3%, frente al 23,9% de 2017).
A partir de la liquidación de 2018, en el presupuesto para 2019 se ha estimado un déficit de 6.187 millones de pesos, que supone una reducción equivalente a cerca de 2 puntos porcentuales del PIB con respecto a 2018. Sin embargo, como destaca CEPAL en su informe “la proyección para 2019 no es comparable con años anteriores, pues refleja un ajuste en la contabilización de las transferencias destinadas a actividades no presupuestadas, para las cuales se proyecta una contracción del 8,8% en términos nominales”. El déficit sigue sin control.
Otro problema se encuentra en los márgenes de la política monetaria. El informe CEPAL destaca igualmente que en 2018 el agregado monetario M2 aumentó un 13,1% (en comparación con un 8,1% en 2017), como consecuencia del incremento del efectivo en circulación. Para 2019, el Banco Central de Cuba realizó una previsión de disminución de la demanda de efectivo, debido al retroceso de las actividades vinculadas al turismo.
Sin embargo, a lo largo del ejercicio se han adoptado medidas orientadas a incentivar la bancarización y el uso de pagos electrónicos que pueden haber tenido una influencia sobre la expansión monetaria. Entre ellas se destaca el requisito de contar con una cuenta bancaria para el manejo de las finanzas de las actividades por cuenta propia, así como para la compra de electrodomésticos con moneda convertible. La expansión monetaria provocada por la peculiar forma de financiación del déficit público está igualmente creando problemas de control, sobre todo de los precios.
Un tercer problema se encuentra en el frente externo de la economía, pese a la recuperación de las exportaciones de algunos bienes primarios, principalmente azúcar y níquel, y el esfuerzo para contener las importaciones de mercancías, el agujero de las cuentas con el exterior se agranda y esta vez con mayor incidencia ya que el deterioro de las exportaciones de servicios combinado con el menor flujo de remesas van a significar un deterioro del saldo de la cuenta corriente, que es otro de los desequilibrios que la economía cubana no consigue cerrar.
El informe de CEPAL señala al respecto que al cierre de 2018, el superávit externo de bienes y servicios se redujo 1 punto del PIB hasta alcanzar un 1,9% del PIB. El deterioro de la posición exterior reflejó el aumento del 16,9% en el valor de las importaciones de bienes intermedios, como resultado del menor abastecimiento de petróleo en términos favorables desde Venezuela, lo que obligó a buscarlos en otros países en un contexto de escasez de divisas. Igualmente, se redujeron las exportaciones de servicios un 0,4% en términos reales, debido a la desaceleración del número de turistas a la isla (la tasa de crecimiento del número de visitantes fue del 1,3%, frente al 16,1% en 2017).
Y si bien durante el primer semestre de 2019 se observó una recuperación del flujo de visitantes, la situación se deterioró significativamente en el tercer trimestre ante la suspensión de la llegada de cruceros. En consecuencia, hasta septiembre de 2019 se registró una contracción del 6% en el número de visitantes con respecto al año anterior que se intensificó a finales de año en coincidencia con la temporada alta. El escenario, según CEPAL, puede agravarse como consecuencia de la restricción de las remesas familiares desde los Estados Unidos, que establece un límite de 1.000 dólares por trimestre en los envíos.
CEPAL presta atención a la inflación. Al respecto señala que, con los problemas de abastecimiento de bienes de consumo, que han sido persistentes a lo largo del año, la inflación podrá aumentar por encima del 2,4% registrado en 2018, en un contexto desaceleración de la actividad económica, que recuerda a los escenarios de estanflación, que son ciertamente complejos para afrontar y que provocan notables daños en la estructura social. Además, el informe señala que el aumento de la inflación en 2018 (el 2,4%, frente al 0,6% en 2017) fue debido al impacto de los problemas de abastecimiento de bienes de consumo desde finales de 2018 y a mejoras en la captura de la evolución de precios en el sector no estatal. No obstante, en octubre de 2019 la inflación era del 0,8%, lo que significa una reducción de 1,2 puntos porcentuales respecto a la tasa observada en el mismo mes de 2018, lo que no sirve para asumir moderación en la evolución de los precios.
Otro aspecto que lastra la dinámica económica está en la dualidad monetaria. Con relación a este problema, que sigue sin ser resuelto, la CEPAL señala que a partir de 2019, las pérdidas asociadas a los diferenciales de tipo de cambio vigentes para la compra de insumos y para la venta de productos han tenido que ser financiadas por medio del sistema bancario. La convivencia de dos monedas de curso legal, que caracteriza al régimen monetario y cambiario que existe en la Isla, plantea numerosos problemas, como la existencia de múltiples tipos de cambio entre las monedas. De igual modo, la dualidad afecta a las principales herramientas del Banco Central para gestionar la liquidez del sistema bancario, que son las bandas de referencia establecidas para los tipos activos nominales en ambas monedas y las tasas de encaje legal requerido. Y así, CEPAL señala que en 2019 se eliminaron los límites inferiores para el financiamiento a sectores priorizados como el turístico, el médico-farmacéutico, el alimentario y el agroindustrial.
En cuando a los componentes de la demanda interna, la aceleración registrada en 2018 con respecto a 2017 se explica por una ligera recuperación de la misma, que tiene su origen en el consumo privado (el 2,2%, frente al 1,7% en 2017), apoyado por un débil crecimiento del número de ocupados en la economía. Este aumento compensó el descenso del consumo de gobierno (el 1,3%, frente al 2,2% en 2017) que se encuentra sometido a ajustes. Como resultado, el consumo total de la economía creció un 2% (el 1,7% en 2017). El informe de CEPAL observa una aceleración de la inversión, que alcanzó un 4,8% (con respecto a un 0,2% en 2017) con origen en el dinamismo de la construcción (9%) y en la menor contracción en la formación bruta de capital fijo en maquinaria y equipo (el -2%, frente al -11% en 2017), si bien partiendo de niveles muy bajos. Las estimaciones para 2019 indican que, a pesar del estímulo provisto por el aumento salarial en el sector presupuestado, el consumo privado perderá dinamismo debido al impacto negativo de las actividades vinculadas al turismo.
Por último, el desempleo se mantuvo en un 1,7% en 2018, se registró un incremento de casi medio punto porcentual en la tasa de actividad, que alcanzó un 63,8%, y se invirtió la tendencia negativa observada desde 2015. Esto ha sido consecuencia del crecimiento del 2% en el número de ocupados en el sector no estatal, que compensó la reducción marginal del número de empleados en el sector estatal. La iniciativa privada está siendo el sector más dinámico de la economía.
CEPAL presta atención a los efectos de las políticas salariales en el marco de la actualización del modelo económico. En julio de 2019 se incrementó el salario de 1,5 millones de trabajadores del sector presupuestado de la economía, con lo que el salario medio de este sector alcanzó los 1.065 pesos, un 68% por encima del promedio de 634 pesos, vigente hasta junio. El salario mínimo del sector presupuestado también tuvo un incremento significativo del 77%, hasta alcanzar 400 pesos mensuales. La tasa de actividad podría aumentar en 2019, debido a los incentivos planteados por el incremento salarial de actividades presupuestadas.
Finalmente, y teniendo en cuenta un entorno de desaceleración económica a nivel mundial, y los efectos del bloqueo económico, comercial y financiero por parte del Gobierno de los Estados Unidos, CEPAL proyecta que el crecimiento de la economía se mantendrá en torno a un 0,5% en 2020 lo que no ofrece unas perspectivas favorables. Además, este resultado vendrá acompañado por el deterioro del sector externo y la persistencia de presiones inflacionarias internas en la economía, además de los efectos derivados de la crisis de Venezuela, principal socio comercial de Cuba, y que tiene un impacto directo sobre la economía de la isla, desde que a partir de 2016 se empezaron a reducir los envíos de petróleo subsidiado. 
 

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