Malos resultados del turismo en Cuba en 2019: se esperaban
Elías Amor Bravo, economista
Por fin. Ya tenemos los datos del turismo en Cuba del año 2019
publicados en una nota informativa de ONEI. Se han hecho esperar,
pero ya están aquí. Y no son buenos. Son claramente peores que los
esperados, sin paliativos. Vayamos por partes.
En
primer lugar, el objetivo de las autoridades 4,5 millones de llegadas
se ha vuelto a incumplir un año más. Esta vez la distancia con
respecto a lo planificado se sitúa en 224.442 turistas, nada menos
que un 5%menos, lo que arroja por tierra las previsiones de los
“planificadores”del régimen y lo que puede acabar siendo mucho peor, las expectativas de mayores ingresos de los
empresarios hoteleros. Un año más tendrán que esperar.
Segundo,
los 4.275.558 turistas que han llegado al país suponen un descenso
cercano al 10%, un 9,3% en concreto, con respecto a la cifra
registrada en el año 2018. Un descenso sin paliativos, que contrasta con la dinámica del turismo a nivel mundial, y que no admite
justificación alguna. La disminución es incluso mayor con datos
anuales, y por el camino han venido a Cuba 436.352 turistas menos que
en 2018. Un desplome absoluto de los niveles de actividad que tiene su correlación en menores
ingresos de turismo (aunque la nota de ONEI aún no informa sobre
magnitudes monetarias) y en el crecimiento económico global.
Tercero,
de los 11 mercados de procedencia del turismo a la isla, solo tres
registran estancamiento o aumentos. El resto experimentan descensos significativos, lo que indica que la demanda cae a nivel mundial con un patrón de reducción similar.
En concreto, el turismo de Canadá se mantiene
estancado con un 0,9% de variación respecto a 2018. Este resultado
es especialmente grave por cuanto el turismo de este país representa
el 26,2% del total y su influencia en el resultado final es muy
elevada. Por el contrario, Rusia ha experimentado un aumento
significativo de un 29,5%, si bien en este caso, la participación en
el total de turistas de los rusos, un 4,1% es muy baja. Y otra área
de procedencia en crecimiento ha sido la comunidad cubana en el
exterior (principalmente de EEUU donde se concentra la mayor parte)
con un crecimiento del 3,9% y con sus 623.972 viajeros ya alcanza el
14,6% del total. Una vez más la diáspora, al igual que en el caso de las remesas, apuntillando el desastre de la economía comunista.
El
resto de mercados internacionales experimentan desplomes de cierta envergadura. Es el
caso, por ejemplo, de Inglaterra, con una disminución en el año
del 34,9% o Italia, con un descenso significativo del 25%. España
12,9% menos o Francia, 14,3% de descenso tampoco han tenido un
resultado positivo. El problema asociado a estos descensos tan importantes, como señalan los expertos en turismo, es cómo recuperar las cifras a corto y medio plazo, lo que va a resultar cuanto menos problemático.
Y en América Latina, los datos de México con
una caída del 15,4% tampoco han sido halagüeños. El conjunto de países integrado por “Otros”, que representa en porcentaje un 22%
del total, también ha experimentado un descenso del 15,4%. En tales condiciones, y visto desde esta perspectiva de descensos generalizados en los mercados de procedencia, la disminución experimentada por el turismo
procedente de EEUU un 21,9% no parece excesiva teniendo en cuenta lo ocurrido en el resto de países. Además, a los datos de EEUU si se
añaden los de la comunidad cubana en el exterior casi todos procedentes de
este país, el descenso es claramente menor, un 9,3% en 2019.
A
lo largo del año, el desplome del turismo se ha hecho evidente, y ni
siquiera la llegada de la “temporada alta” ha conseguido mejorar
la dinámica de las cifras, lo que se venia observando desde
comienzos de año. Diciembre, que tradicionalmente es un mes de alto
potencial en el Caribe por su clima excepcional que atrae a los
viajeros de las zonas frías del planeta, ha registrado nada más y
nada menos que un descenso del 16,8% con respecto a 2018, 76.200
turistas menos. Alguien tendrá que ofrecer explicaciones sobre este
resultado en plena temporada alta, que en absoluto se puede atribuir
a las consecuencias del embargo o bloqueo, salvo que se acepte que todos los países se
apuntan a esta política.
En
términos de comparación de los últimos cuatro años, se puede
observar que este año 2019 ha sido el peor, con diferencia,
claramente por debajo de 2018 que igualmente quedó por debajo de
2016 y 2017. Esto significa que en el último cuatrienio, el turismo
en Cuba se encuentra en descenso, unos resultados que, como se pudo
constatar en la Feria FITUR de Madrid, no se corresponden con las
tendencias a nivel mundial, que han experimentado un aumento del 4%
en 2019 moviendo a más de 1.500 millones de personas.
Los aspectos
que explican estos pésimos resultados del turismo en Cuba son
profundos, obedecen a razones que están ahí y que tienen que ser
consideradas por las autoridades y los empresarios extranjeros en la
Isla, para evitar que continúen. Sobre todo, es necesario dejar de lado la eterna demagogia de culpar a otros de los errores propios. La solución parece evidente: cambiar
el modelo y propiciar una mayor participación y dirección del
sector privado en el modelo de turismo de estado comunista, que toca a
su fin. 2019 ha sido un buen ejemplo.
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