Bienvenido "míster culero"

Elías Amor Bravo economista

¿Qué por qué no hay pañales desechables, culeros, en Cuba? Pues por la misma razón que el índice de producción industrial se encuentra a la mitad del valor alcanzado en 1989, según la estadística oficial de la ONEI. En los últimos 33 años se ha producido una intensa destrucción industrial en Cuba y su más reciente evidencia, son las cerca de 500 empresas en situación de insolvencia provocada por la entrada en vigor de la llamada Tarea Ordenamiento el pasado año.

No hay pañales. Ni siquiera estadísticas de producción de pañales en la ONEI, es como si en Cuba no se fabricase este producto. Se trata de manufacturas sencillas que se encuentran fácilmente en los supermercados y tiendas de cualquier país del mundo, incluso de menor desarrollo que Cuba. En la isla, es impensable no pensar en colas, desabastecimiento, escasez de todo, en definitiva, los parámetros que definen el modelo comunista de intervención del estado en la economía.

Quizás por ello, es interesante, una vez más, prestar atención a cómo la propaganda oficial “justifica” la ausencia de pañales en las tiendas. Esto ha sido objeto de un artículo reciente en Cubadebate, con el mismo título “¿Por qué no hay pañales desechables e Cuba?”.

El artículo se plantea cómo es posible esta situación si apenas algún tiempo antes había pañales desechables en casi todas las tiendas en CUP. Los tiempos han cambiado, y se hace referencia a que, en el momento presente, “se ha vuelto una odisea encontrarlos y cuando aparecen se acaban a la media hora o lo compran los revendedores”.  La contraparte vuelve a ser la misma que con otros productos de consumo. No hay pañales si solo se tiene la moneda nacional para comprarlos, pero en MLC no hay problema para encontrarlos. 

Esto genera una clara desigualdad entre quienes tienen acceso a MLC y pueden abrir una cuenta en los bancos y usar la tarjeta electrónica al uso para comprar en esas tiendas en las que hay de todo, y el cubano medio que solo recibe pesos por su salario o su pensión. ¿A ver a dónde va a llegar esta situación?

La historia que cuenta Cubadebate no tiene desperdicio. Al parecer, a finales de 2019, la empresa vietnamita Thai Binh Global Investment Corporation, con fábrica en el Mariel, produjo los primeros pañales desechables para bebés con destino a las redes de tiendas de la Corporación Cimex y Tiendas Caribe. La planta podía producir anualmente 120 millones de pañales. La compañía ratificó en febrero pasado su compromiso en la producción y distribución de pañales desechables, toallitas húmedas y protectores, insistiendo que su prioridad eran los productos en CUP. De hecho, en la misma página web de la empresa, se anuncia semanalmente el listado de tiendas en que se venden los pañales con sus tallas.

Y aquí empiezan los líos, porque al parecer en cada publicación los avisos son similares, y en unos casos señalan que se comercializan en los mismos lugares en tanto que hay provincias donde casi nunca llegan; en otros casos, algunos compradores cuestionan la veracidad de la información porque cuando van a las tiendas no hay, mientras que hay quienes insisten sobre la ausencia de determinadas etapas. Como señala Cubadebate, el problema es que no hay oferta, no se produce bastante, el típico mal endémico de la economía cubana.

Los dirigentes de CIMEX tienen muy claro el argumentario cuando se les pregunta por esa situación, y así la causa principal se encuentra en que “hoy tenemos una sobredemanda”. ¿Es que acaso ha habido un boom de natalidad en Cuba y no nos hemos enterado? Se dice, por ejemplo, que, en el primer trimestre de 2022, la disposición del producto puesto en tienda está en un 94,3% más que en igual etapa del año anterior. Se destaca incluso la reducción de importaciones y la aceleración de las entregas a los compradores, lo que no se entiende bien. Entonces, ¿a quien creer?

En cualquier caso, es notable el desabastecimiento de pañales y la razón se encuentra, al parecer según estos directivos, en que se tiene que trabajar para dos líneas de negocios, de un lado, la que vende en CUP y de otro, la que vende MLC. Se afirma que “con la misma carga de CL (Carta de capacidad de liquidez) se potencian los pañales en CUP”, pero algo no debe ir bien cuando la gente denuncia la escasez perenne en las tiendas que venden en CUP y que en las tiendas en MLC se encuentra de todo y por supuesto, a precios altos.

La segunda razón, igualmente sobrevenida, se encuentra según los dirigentes en “las dificultades con las materias primas debido a la crisis provocada por la pandemia”. Al parecer el acuerdo entre la empresa vietnamita y Cimex, está basado en ausencia de stocks, es decir, que la empresa vietnamita se encarga de distribuir los pañales sin intervención de Cimex a través de una entrega directa a tienda. Los pañales no se almacenan. Se destinan de forma directa a las familias. 

En ese intento por reducir costes de inventario, que exigiría una organización matemática de producción y comercialización, resulta que aparecen los problemas, como, por ejemplo, ¿Cuánto tiempo demora para que la tienda comience la venta?, "pues depende de la agilidad que le imprime quien recibe el producto y también de los sistemas nuestros".

La tercera razón son los baches que tienen lugar por problemas logísticos internos de la empresa vietnamita, de los que no se han ofrecido explicaciones, vaya usted que puede haber detrás, justifican esas deficientes entregas que estresan la distribución en los puntos de venta.

En la economía de mercado libre, se sustituye el proveedor de pañales y se acabó el problema. Pero en Cuba, esta opción no es viable, y hay que seguir con la matraca del “sobre aumento de la demanda, de los precios de las materias primas y los problemas logísticos de la empresa”, y todos a callar. Se otorga prioridad a lo que es rentable para el régimen, la venta en tiendas en MLC, y los que compran en CUP a las colas de la desesperación. Ya se sabía que esto iba a ocurrir en cuanto se aprobaron las tiendas en MLC, por lo que nada nuevo sorprende.

Y ello sin citar aquellos puntos a los que no llegan nunca los pañales. Es el caso de la tienda de TRD de Línea y L. donde se dijo que “los padres siempre vienen cuando nuestra tienda aparece en la publicación (de la empresa vietnamita), pero aquí nunca llegan los pañales” en un ejemplo de fraude que debería ser objeto de sanción, ¿a quién? Vaya usted a saber. Cualquiera levanta la voz a los vietnamitas en este momento, y a Cimex, ya se sabe, sus apoyos vienen de muy arriba en la organización económico militar y de la seguridad del estado. Así que, a callar y esperar que lleguen los pañales.

Al parecer, Cubadebate contactó con alguien de la empresa vietnamita para que ofrecieran su versión de los hechos, pero el silencio cayó como una pesada losa. Ojalá alguien diga algo. El caso es que estamos ante un ejemplo más del pésimo funcionamiento de la economía cubana cuando se trata de satisfacer las necesidades más sencillas de la población, como es el caso de los culeros o pañales. 

En un sistema de libre empresa, habría competencia entre productores para llevar al mercado el producto más económico y de mejor calidad, y una distribución orientada por el móvil del beneficio y la rentabilidad, cuyo mayor interés es que no falten los productos en los estantes de los comercios, porque si eso ocurre, dejan de ganar dinero. En Cuba, los dirigentes comunistas creen que la economía puede funcionar de otro modo, y llega el caos. En este caso, con los culeros, pero pasa igualmente con todo tipo de productos. Ahí están las colas para mostrarlo.


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