La evolución de la economía cubana hasta el mes de abril

Elías Amor Bravo, economista

Antes de viajar a Venezuela, a rendir tributo a Maduro, Díaz-Canel volvió a reunir este martes pasado al consejo de ministros heredado de su antecesor, que se prestó atención a la evolución de la economía hasta el mes de abril y a otras cuestiones relativas a las directrices para la elaboración del plan de la economía y el presupuesto del estado para el año próximo, la corrupción administrativa y lo que llaman "potencialidades de la Unión de Industria Militar en función de la economía  nacional".

Me ha llamado la atención el conocimiento informado que tienen las autoridades de la coyuntura de la economía. A falta de la publicación de estadísticas oficiales en la web de ONEI sobre esta materia, es evidente que los dirigentes comunistas poseen una información que atesoran y manejan para, en su caso, tomar las decisiones que estiman convenientes sobre el desempeño de la economía cubana. Esto es importante porque si dichas informaciones fueran difundidas para lograr su conocimiento por los agentes económicos que operan en Cuba, estos podrían igualmente tomar decisiones reduciendo sus niveles de incertidumbre. De eso se trata.

A falta de la información coyuntural, que en absoluto se dio a conocer, nos tenemos que conformar en esta nota con lo que se publica en el diario oficial Granma.

En primer lugar, se precisó en el consejo de ministros que hasta la fecha se viene registrando “un buen comportamiento en renglones exportables como el ron, tabaco, langosta, camarones, níquel y acero”. Otra vez lo mismo. Sin datos, ¿cómo podemos saber realmente si el comportamiento es bueno, regular o malo? La economía no se fundamenta en juicios de valor, ni en propaganda, sino en hechos contables objetivos y ciertos. Una práctica que, por desgracia en Cuba, se olvidó poco después del comienzo de la llamada revolución.

Cabe suponer que estos “renglones exportables” se están beneficiando del crecimiento del comercio de la economía mundial destacado por la OCDE o el FMI en sus últimos informes, y por tanto, de embargo o bloqueo, nada. Cuba exporta a otros países cuando tiene algo que es interesante ofertar y que encuentra demanda. Si esas ventas en el exterior registran un “buen comportamiento” eso será muy bueno para la economía, proporcionando ingresos con los que financiar las importaciones, de las que, sin embargo, no se dijo nada. Tan solo que se tienen que sustituir por producción nacional.

En segundo lugar, el consejo de ministros chequeó “varias inversiones priorizadas, entre ellas las del programa de la industria del mueble; la modernización y ampliación de la textilera de Holguín; la recuperación de las capacidades de combustible; y el nuevo Hotel Internacional de Varadero”. Se valoró, otra vez sin ofrecer datos, que “estas inversiones marchan bien, aunque no sin contratiempos que evidencian en algunos casos la aún poca preparación de los actores que participan en los procesos inversionistas”. El régimen viene a justificar la dinámica inversora, realmente poco favorable, con el argumento de la “escasa preparación por parte de quiénes deben invertir”. Pienso que esa deficiente evolución de las inversiones no depende tanto de la falta de preparación, como del marco en que se deben realizar estas actividades, sin duda excesivamente rígido y poco adaptado a lo que son las decisiones empresariales.

En tercer lugar, se destacó, sin ofrecer datos, que “la industria manufacturera ha padecido déficit de materias primas”, y añade Granma “se garantizaron producciones principales como el jabón, crema dental, perfumería, envases de hojalata, sistemas de riego y cilindros para el gas licuado, entre otras”. Sinceramente, una economía que tiene problemas para producir y llevar a los clientes este tipo de productos, no está para alardes y sus deficiencias son mucho más graves de lo que se puede pensar.

En cuarto lugar, y sobre el turismo, otra vez sin datos numéricos, “el consejo de ministros precisó que a pesar de que los daños ocasionados a las instalaciones turísticas por el huracán Irma fueron restablecidos antes del inicio de la temporada alta, se produjeron afectaciones en la comercialización en los principales mercados emisores, a lo que se suma el recrudecimiento de las medidas del gobierno estadounidense, cuestiones que no impidieron que se sobrepasara en el mes de mayo la cifra de dos millones de visitantes”.

No va a ser un buen año para el turismo en Cuba. Que se preparen porque no queremos ser aguafiestas, pero el sector este año no va a tener los mismos resultados que el anterior y su capacidad de generación de renta tocará techo. Los militares, que poseen el control de esta actividad económica en la isla, lo van a notar. Para mal. Se avecinan malos tiempos y con ello insatisfacciones. No hace falta ser un gran especialista para saber por qué.

Por último, el consejo de ministros concluyó señalando lo mismo de siempre, la necesidad de ahorrar y no despilfarrar recursos. Un argumento heredado de Raúl Castro, que tiene su origen en las consignas cuarteleras de “orden y disciplina”. El consejo de ministros dice que “para el segundo semestre del año hay que situar los recursos donde resulten imprescindibles y buscar soluciones con los inventarios disponibles y las producciones locales”. Otra vez los inventarios, después de la denuncia de La Conchita y los miles de toneladas de pulpa de mango y guayaba desperdiciados en un país en el que no sobran las cosas. Al menos, este dato si que lo ofrecieron.

Y a modo de sentencia, Granma recoge la afirmación de inspiración autárquica que se mantiene desde mediados del siglo pasado, “no se puede pensar que ante incumplimientos de la producción nacional, la alternativa sea la importación”. Ah no?, claro, es preferible ante incumplimientos que la población padezca escasez y se tenga que apretar el cinturón. Gracia me hacen esas campañas en Granma en defensa de los derechos de los consumidores, cuando pienso en las largas colas para acceder a la cuota normada de desodorante o jabón de un mes.

El consejo de ministros abordó otros asuntos, como el plan de la economía, la industria militar y la corrupción administrativa que serán tratados en otros posts. De momento, nos quedamos como al principio, reclamando datos para el análisis de la coyuntura. A diferencia de otros países de la zona, como República Dominicana, por ejemplo, que ofrece datos puntuales para el seguimiento de la evolución a corto plazo de la economía, en Cuba esta información se queda para abasto de los dirigentes políticos. Un poco de glasnost podría venir muy bien, sobre todo para dar credibilidad a la economía.

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