La banca estatal cubana, de mal en peor

Elías Amor Bravo, economista

Esta mañana (de martes) tuve la ocasión de tomar un café con un colega que ejerce sus funciones como director de una oficina bancaria en Valencia capital. Durante la conversación, que giró sobre asuntos importantes relacionados con el devenir de la economía española, se me ocurrió mostrarle el reportaje de Cubadebate titulado “Detras de las colas y rumores ¿qué está pasando en los bancos cubanos?

Mi amigo se sorprendió de todo. Del contenido del artículo, de las fotografías mostrando gente haciendo colas en las oficinas bancarias y en general, de todo.

Acabó diciendo que esto ocurría aquí en España hace 40 años. Hoy en día es impensable. A los directores de las oficinas les cuesta hacer que la gente venga a realizar gestiones. Todo lo hacen por internet, hasta los mayores. El mundo ha cambiado mucho y más todavía. Mi amigo, sin querer, hacía referencia a la última fusión bancaria anunciada en España que va a supone el despido de miles de empleados y el cierre de numerosas oficinas bancarias, pero no habrá colas. “Eso puedes darlo por seguro”, afirmó con contundencia.

Lo cierto es que las colas en bancos y cadecas cubanas, que se presentan en el artículo de Cubadebate, son un fenómeno específico de Cuba, básicamente de las raíces torcidas del sistema económico social comunista, y por mucho que se empeñen tienen poco que ver con los anuncios de una eventual unificación monetaria. Las colas tienen motivos mucho más sorprendentes. De hecho, la cola se ha convertido en algo consustancial al modo de vida de los cubanos.

Y lo afirmo basándome en que no hay que temer una unificación a corto plazo, ya que el Banco Central de Cuba lo confirmó en un reciente comunicado, al tiempo que sostenía que en el momento en que se adopte la decisión, la opinión pública sería informada debidamente por los cauces oficiales. Ya veremos si es verdad. En cualquier caso, la unificación de las monedas ha pasado al cajón de los asuntos pendientes, y en un momento complicado como el actual no parece ser una prioridad para el gobierno comunista. Los dueños de los depósitos en CUC y CUP pueden dormir tranquilos, acabarán perdiendo parte del poder adquisitivo de los mismos frente al dólar, salvo que los liquiden cuanto antes. En todo caso, la pérdida no será elevada.

Además, la referencia en Cubadebate al flamante gobernador de La Habana, García Zapata, tiene mala pinta. Al parecer las medidas para hacer frente a la situación epidemiólogica de la capital no están dando los resultados deseados y los rebrotes se han disparado, poniendo en peligro a la población y obligando a nuevos confinamientos. Al parecer se está pensando en medidas y acciones para minimizar la concentración de clientes en las oficinas bancarias y de cadecas. No se si lo conseguirán.

Descontado este efecto “temor” de las personas que acceden a las entidades bancarias y cadecas para realizar los cambios monetarios, el artículo de Cubadebate es interesante porque realiza un análisis de los motivos de esas concentraciones de gente en los bancos cubanos. Todas ellas inexplicables y absurdas. El listado es bastante amplio.

En primer lugar, están las personas que desean solicitar, recoger y abrir una cuenta en Moneda Libremente Convertible, requisito exigido por las nuevas cuentas para la venta de productos alimenticios y de aseo, de gama “media y alta” en MLC, y asegurar así la compra de los mismos. Es evidente que la decisión se planificó por el gobierno comunista sin tener en cuenta el efecto “champagne” que una medida de este tipo tendría sobre la población y el impacto sobre la capacidad de gestión de los bancos. Una vez más, el gobierno cubano se equivoca en sus planes. Como siempre.

En segundo lugar, las colas estaban provocadas, en varias sucursales bancarias, por la gente que esperaba para hacer operaciones en el cajero automático. Cubadebate observó que esta situación se presentaba en varias oficinas, además relativamente próximas. Otro problema cotidiano para los cubanos que han apostado por bancarizar sus operaciones y dejar de usar el efectivo en el cajón del cuarto. Desde hace tiempo se sabe que el número de cajeros que existe en la gran capital de las Antillas es insuficiente para atender una demanda creciente y lógico, aparecen las colas. Más aun, cuando en Cuba hay que acudir con cierta frecuencia al cajero para extraer dinero, lo que indica cierta tensión inflacionista en los precios.

En realidad, Cubadebate comprobó en su recorrido por varias sucursales, que los cajeros automáticos “no dan abasto para todas las personas que desean acceder a sus servicios” y citan el ejemplo, del “Banco de Manglar e Infanta en el que más de 50 personas esperaban para realizar las extracciones de dinero en el cajero”. Esto es impensable en cualquier país. La gente, en sus trabajos y cometidos, no puede andar perdiendo tiempo en colas para sacar dinero. Cajeros que funcionan lentamente o mal, que no permiten sacar el dinero, que se quedan sin dinero. Supuestos habituales que, incluso los turistas extranjeros, denuncian cuando hacen uso de estos servicios.

En tercer lugar, en la mayor parte de oficinas, había también gente haciendo cola en las cajas para realizar operaciones en la Banca Personal, incluyendo la solicitud y recogida de tarjetas magnéticas, pero a diferencia de los cajeros, al parecer, “casi todas las cajas estaban brindando servicios, o sea, operaciones en CUC y CUP, exceptuando la sucursal de J y 23 donde solo funcionaban dos”. No deja de ser significativo que el componente humano de la oficina bancaria sea el que funcione mejor, mientras que los “avances tecnológicos” lo hacen de forma deficiente.

Cubadebate confirmó que la mayoría de los clientes en estas colas deseaban abrir cuentas en MLC, pero también comprobaron que algunas personas llevaban una semana intentando realizar el sencillo trámite sin éxito, unas veces por las colas, otras veces por los requisitos, las más por el temor a los contagios del COVID19.

El caso de las cadecas era similar. Aquí la concentración de gente venía motivada por el deseo de hacer los canjes de moneda. Cubadebate señala que al realizarse el reportaje con posterioridad al anuncio del Banco Central del retraso en la unificación monetaria, las tensiones de los primeros días habían descendido notablemente y la presión de las colas era mucho menor.

Esta situación, descrita de forma sencilla en este artículo, viene a confirmar que la bancarización de la economía cubana, tan defendida en numerosas ocasiones por Díaz-Canel, tropieza con numerosos obstáculos. El primero y sin duda más importante, es la desconfianza que existe en amplios sectores de la sociedad cubana hacia los bancos, de propiedad del estado y que actúan como correas de trasmisión de información del poder político.

En segundo lugar, la informatización de la sociedad anunciada por Díaz Canel en tantas ocasiones, tiene problemas en el sector bancario porque la gente prefiere usar el dinero efectivo para transacciones y de ahí casi un 30% del PIB de la economía esté formado por dinero en efectivo, posiblemente el porcentaje más elevado del mundo. Las innovaciones electrónicas van muy retrasadas y la población desconfía de ellas. Gestiones consolidadas en prácticamente todos los países, como la solicitud de cuentas bancarias en MLC en línea, a través de la aplicación TRANSFERMÓVIL, en Cuba no acaban de cuajar porque no reciben el apoyo de amplios sectores de la población, que carecen de los medios informáticos para este tipo de operaciones y por ello, prefiere acudir a las oficinas bancarias para realizar sus gestiones. Mi amigo me dijo que si al menos toda esta gente que acude a las sucursales pudiera formalizar alguna operación cruzada con el banco, se habría conseguido algo importante. Se asombró al comprobar los escasos servicios financieros que se ofrecen en Cuba por las entidades financieras.


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