Malmierca sienta las bases del comercio exterior privado en Cuba

 Elías Amor Bravo, economista

De la mesa redonda del otro día, todos recordamos la escena en la que el responsable del Minal habló de temas tan absurdos como el potencial alimenticio de las gallinas viejas y los miles de kilómetros de tripa de animales que tienen para fabricar derivados.

Sin embargo, lo más importante del programa fue la intervención de Malmierca que habló de las medidas de su departamento dirigidas a facilitar los servicios de exportación e importación a las formas de gestión no estatal, en definitiva, los agentes económicos privados. Un nuevo negocio que se ha inventado el régimen comunista para extraer productividad y rentabilidad del sector privado de la economía, pero al mismo tiempo, el origen del comercio exterior privado de Cuba en el castrismo.

Malmierca, que ese mismo día había publicado en el diario oficial la regulación de la ventanilla única, estaba contento y su intervención fue mucho mejor que la de su colega del Minal, el ínclito Sobrino Martínez, quien si no es cesado fulminantemente por Diaz-Canel, nos dará más horas de espectáculo en el futuro. 

Malmierca es un tipo práctico. Una de las cabezas mejor ordenadas de ese gobierno con lógicos apoyos en el mismo sector que aupó a Marrero a la presidencia del consejo de ministros. Sus políticas, hasta la fecha, van dirigidas a satisfacer los deseos del conglomerado de empresas del ejercito y seguridad del estado, a generar actividad económica, eso si controlada, pero nadie puede negar su voluntad de alejar a la economía cubana del colapso.

Por eso, Malmierca es de los pocos ministros que no han tenido que hacer malabares para improvisar a toda prisa y proponer medidas contra la crisis mundial provocada por la COVID19, porque ya las tenía preparadas de mucho antes. En concreto esta idea de potenciar la exportación de bienes y servicios de las formas de gestión no estatal, en suma, el sector privado, utilizando a 37 empresas estatales especializadas en servicios de exportación e importación es una de ellas. Realmente, tiene poco que ver con la lucha contra la COVID19, pero la situación actual de crisis, la urgente y presurosa necesidad de divisas del régimen comunista, le ha dado vía libre.

Importante es destacar que la medida no ha caído del cielo y que en su diseño y ejecución se perciben los restos de las cuchilladas del proceso de negociación interna para llegar a su aprobación. No es fácil para el bloque comunista ortodoxo que sostiene el gobierno de Díaz Canel aprobar un negocio de estas características al sector privado de la Isla, por mucho que les falte el dinero. Fruto de esa negociación que debió ser encarnizada, algunos de los principios expuestos por Malmierca para que los negocios privados puedan contratar los servicios de exportación e importación, son de risa.

Por ejemplo, si no hay calidad, obviamente no puede haber exportación, y eso no hace falta establecerlo como principio. Después, que las operaciones realizadas se dirijan a reaprovisionar, asegurar y sostener la cadena de producción de bienes y servicios es un principio tan genérico que cabe prácticamente todo. Que se tengan que firmar contratos para las relaciones, es necesario pero no suficiente, pero es una buena idea. Y por supuesto, las formas de gestión no estatal deberán disponer de cuentas corrientes en USD y CUC, que podrán abrirse en el Banco Popular de Ahorro, el Banco Metropolitano y el Banco de Crédito y Comercio. Esta es la vuelta de hoja que convierte este “negocio” en una actividad recaudadora de divisas como las tiendas en MLC o la más reciente venta de paquetes turísticos en MLC.

El negocio continua y es, si cabe, más sofisticado ya que al ingreso recibido por la exportación se le descontará un margen comercial y el resto de los gastos asociados a la operación por parte de la empresa exportadora. Una vez deducidos los referidos gastos y a partir de lo que acuerden las partes, el 80% de los ingresos serán depositados en las cuentas en USD de las formas no estatales y el 20% restante en las cuentas en moneda nacional previamente definidas por estas.

Otra majadería comunista que se han incorporado a la regulación es, por ejemplo, que los precios de las exportaciones e importaciones se acuerden entre las partes utilizando como referente los existentes en el mercado del área para similares prestaciones y calidades. Esto es absurdo hasta cierto punto, porque en este tipo de relaciones comerciales, ajenas al sistema económico cubano, los precios los fija el mercado, y poco más hay que añadir.

Cuando se trate de importaciones, el precio incluirá el de la adquisición de las mercancías y los gastos logísticos, aduanales, de transportación, entre otros, y en esos casos de importación las formas de gestión no estatal pagarán mediante las tarjetas magnéticas de sus cuentas corrientes en USD.

Finalmente, la regulación establece que las cuentas corrientes de las formas de gestión no estatal podrán recibir transferencias bancarias del exterior en moneda libremente convertible y transferencias bancarias de cuentas en MLC de entidades que operen en bancos cubanos con respaldo de liquidez en divisas, y en los casos de cuentas en USD de personas naturales pertenecientes a formas de gestión no estatal, estas podrán nutrirse también de transferencias de Fincimex por concepto de remesas y depósitos en efectivo en MLC.

Una operatoria sencilla y a la vez coordinada, que va a permitir a Malmierca controlar el negocio del comercio exterior de los emprendedores cubanos, por medio de las empresas especializadas en comercio exterior destinadas a actuar como intermediarios de las operaciones. A partir de estas empresas, Malmierca tendrá a su disposición toda la información de lo que se compra y vende con el exterior en Cuba por todos los agentes económicos, estatales (que dependen directamente de él y los no estatales) y además lucrará el régimen por dicha actividad.   

Para la regulación de esas operaciones, se emitió la resolución 315/20 para implementar estas medidas, la que se publicó en la Gaceta Oficial No. 59 Ordinaria del 17 de agosto pasado, junto a las resoluciones 112/20 del BCC, 210/20 del MFP y 114/20 del MEP. Y según dijo Malmierca en la Mesa redonda, hasta ayer se han recibido en las empresas designadas más de 700 intereses para realizar algún tipo de operación. Casi 500 trabajadores por cuenta propia y unas 80 cooperativas ya están en negociaciones. Además, otras 143 personas, que no son cuentapropistas ni cooperativas, han planteado interés en exportar o importar y se trabaja para buscarles una solución que les permita desarrollar su proyecto.

Tuvo tiempo, incluso, para explicar los resultados del primer contrato de exportación por la cooperativa no agropecuaria “La Concordia”, de Matanzas a través de la empresa DINVAI con la entidad extranjera “Cincuenta América Fachadas Panamá. Se trata de un contrato de exportación de servicios de ingeniería, en este caso, medición de carpintería de aluminio y añadió al respecto que están en avanzada negociación otros 35 contratos de exportación, que incluyen productos como carbón vegetal, frutas y vegetales frescos y en conserva, madera ecológica, aves ornamentales, químicos naturales, jabón de miel, así como servicios informáticos y software.

De igual modo, informó que se negocian también más de 60 contratos de importación, y el primero se firmó hoy mismo vía correo electrónico entre una trabajadora por cuenta propia de Villa Clara con la empresa de servicios QUIMIMPORT. El producto a adquirir es el gas R-134, un gas refrigerante que se utiliza en reparaciones de equipos de clima. Otros productos en los que existe interés por importar son materias primas, fertilizantes, plaguicidas, pinturas, productos químicos, piezas de repuesto de autos, neumáticos, medios de cómputo, insumos gráficos, entre otros.

Malmierca reiteró que desde el Mincex “vamos a continuar apoyando los esfuerzos de las formas de gestión no estatal por exportar y ratificamos la disponibilidad de nuestro Centro de Superación para capacitar online a los interesados y de PROCUBA en lo referente a estudios de mercado”, en referencia a las dificultades observadas en las primeras operaciones, como por ejemplo, demora en la apertura de cuentas en MLC en alguna sucursal bancaria.

Finalizó señalando que el Mincex mantendrá estrecho contacto con los interesados para apoyarlos en el desarrollo de esta importante actividad. Por ello, el jueves 17 de septiembre se organizará un nuevo foro online para responder a inquietudes y aclarar dudas en el horario de 9 de la mañana hasta la 1 de la tarde.

Hay argumentos de sobra para estar a favor y en contra de estas medidas para el fomento del comercio exterior de los agentes privados en Cuba. En contra porque se debería avanzar mucho más en la liberalización de esta actividad por cuanto este diseño supone un instrumento de control y de obtención de rentas por medio de la intermediación del estado, unas operaciones que en muchos casos, van a generar distorsiones entre comprador y vendedor. 

Sin embargo, también se puede decir a favor que este es un primer paso para apoyar, desde el estado, la salida al exterior de muchos pequeños emprendedores privados que, hasta ahora no lo podían hacer, y que por esta vía van a obtener ingresos que si bien, se verán gravados en exceso por deducciones y comisiones, van a experimentar un incremento de su escala de operaciones y la rentabilidad de su trabajo y esfuerzo. 

Estoy seguro que en poco tiempo esta medida va a generar un aumento muy importante de las relaciones comerciales de Cuba con el exterior. El bloqueo interno de las empresas estatales será ampliamente superado por el dinamismo de los agentes privados. El siguiente paso está claro, pedir que los intermediarios desaparezcan porque ya no serán necesarios. No se si Malmierca se ha dado cuenta que ha sentado las bases del comercio exterior privado de Cuba.

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