¿Habrá apagones este verano en Cuba? Si, seguro que sí.

Elías Amor Bravo economista

Y después de ver el último espacio Mesa redonda, no cabe la menor duda. Hay pocos países del mundo en que el suministro de electricidad sea tan problemático como Cuba. En ese trabajo se analiza una Mesa redonda en que se abordó la “compleja situación actual del sistema eléctrico en el país y las medidas que se adoptan para enfrentarla”, con la presencia del ministro de energía y minas, Liván Arronte, el director de la Unión Eléctrica Nacional, Jorge Armando Cepero y varios directivos del Minem y la UNE.

La situación es de tal gravedad que Díaz Canel tuvo que abordarla en la última reunión del consejo de ministros para afirmar que “estamos atravesando una compleja situación que incide fundamentalmente en la población, que provoca malestar y paraliza una parte importante de la actividad económica”. El programa comenzó con un video del dirigente castrista.

Y eso que todavía no ha llegado lo peor. Para el dirigente comunista cubano, “hay dos causas fundamentales: una está relacionada con roturas y necesarios mantenimientos que se han dado a las termoeléctricas, y otra, al déficit de combustible”. Y claro, como no podía ser de otro modo, la culpa es del “recrudecimiento del bloqueo y las medidas de la Administración Trump”. No es verdad. Y el problema con el combustible acaba de empezar. Basta ver esta Mesa redonda para observar por qué hay apagones en Cuba.

En cuanto a las roturas, Díaz Canel reconoció que “no se ha contado con el financiamiento oportuno y necesario para dar mantenimientos requeridos, que ya estaban pendientes, a un grupo de plantas termoeléctricas y, por ello, han venido colapsando varios sistemas”. ¿Por qué no reconoce que la prioridad de su régimen a la construcción de habitaciones hoteleras deja el resto de la economía sin las necesarias inversiones? ¿Por qué no dice que Cuba es el país del mundo con menor porcentaje de inversiones en el PIB? ¿Por qué no se explica que Suministro de electricidad, gas y agua solo recibió el 10% de las inversiones en 2021?

Nadie duda que las roturas van a seguir, porque el capital productivo está obsoleto, y muchas centrales exigen cambios de 180º por cuanto utilizan tecnologías antiguas e ineficientes. Nadie puede culpar a los trabajadores de las plantas por los problemas que están fuera de su ámbito. Lo que tiene que hacer el propietario de las plantas, el estado comunista, es invertir, y cuanto antes, para recuperar el tiempo perdido.

Luego están las desgracias, como el rayo que paralizó la termoeléctrica Guiteras. Pero ¿es que no hay planes de contingencia o de prevención para estos casos? ¿Para qué sirve tanta economía de planificación central por el estado, si luego pasa una de estas cosas y todo se viene abajo? Son las preguntas que en Mesa redonda ni se plantearon.

Es más fácil justificar la caída de los suministros, anunciando mantenimientos programados en las plantas para recuperar potencia. Pero, en realidad, son tantas afectaciones y roturas acumuladas y las necesidades de mantenimiento, que la gente ya se está preparando para un largo y tórrido verano. Las plantas fuera de servicio, las obsoletas e ineficientes y las que presentan roturas, causan déficits de generación, sobre todo en los horarios pico, y esto, asociado al déficit de disponibilidad de combustible, genera los diarios apagones. A la industria, ya no se le puede frenar más su actividad.

Lo más grave es que ni siquiera se puede aumentar la generación a corto plazo con las plantas contaminantes que usan derivados del petróleo, como el diésel, porque no hay suficiente combustible para ello, de modo que mucha gente se pregunta qué pasa con Venezuela que incumple desde 2019 de forma sistemática los suministros.

Cuba no puede acceder a los mercados mundiales de petróleo por su data deudora, así que nadie presta dinero. Por otro lado, los precios del petróleo empiezan a subir más de lo deseable. La situación en relación con los combustibles va a ir cada vez a peor, creando un grave problema de estabilidad nacional. Los dirigentes no saben cómo va a acabar este juego.

Y, entonces, llegó el mantra del ahorro en el uso de la energía en todo lo que sea posible tanto en el sector estatal, el sector productivo y de la economía, como en el residencial. Como si se pudiera ahorrar más en una economía que tiene una dependencia elevada del consumo eléctrico, porque sus tecnologías son anticuadas e ineficientes y no se han adaptado al nuevo entorno industrial. ¿Quién va a ahorrar? ¿El pueblo no encendiendo la luz?

Tras este discurso de Díaz Canel, la Mesa redonda continuó con Liván Arronte que confirmó “que la situación está provocando afectaciones a toda la economía del país y malestar a la población” y situó las causas fundamentales en “la inestabilidad de la generación térmica y la generación distribuida, por averías debido a la falta de financiamiento para ejecutar los mantenimientos, lo que está provocando salidas imprevistas de servicio de algunas unidades” repitiendo el guion de Diaz Canel.

Volvió a plantear el problema de “las limitaciones y el déficit de combustible en la generación, especialmente diésel, el utilizado en los grupos electrógenos de la generación distribuida” y sin más, echó toda la responsabilidad “sobre el bloqueo de Estados Unidos contra Cuba y todas las medidas de la Administración estadounidense que tienen un fuerte efecto en el sector energético”. Nada nuevo que no hubiera dicho antes Díaz Canel.

Se quejó de los altos precios del petróleo sin reconocer que han alcanzado ese nivel por culpa de la guerra de Ucrania del socio cubano Putin. Se quejó del “costoso en operación y mantenimiento” sistema eléctrico, que en un año requiere 250 millones de dólares. ¿Es que no se recauda bastante con las tarifas que cobran a los usuarios? ¿Por qué es tan elevado el coste de producción de la electricidad que se tiene que subsidiar? Nadie dijo nada de estas cosas.

Arronte reconoció que “los bloques térmicos instalados en el sistema tienen entre 35 y 40 años de explotación. Tienen obsolescencia tecnológica y esto, unido a las insuficientes labores de mantenimiento y la diversidad de los combustibles que tenemos que emplear en la generación, así como las carencias de los insumos, ha provocado averías y limitaciones de potencia en las unidades generadoras”. ¿Es que acaso no es suya la responsabilidad de actualizar el capital productivo por medio de inversiones?

También habló de los problemas con los barcos para que lleguen las piezas al país y centró su intervención en que “para operar de manera estable y segura el sistema requiere de 500 MW de reserva para suplir cualquier interrupción, incluso la salida imprevista de una máquina grande como la de Guiteras”. Las afectaciones que se han producido desde junio del pasado año, impiden contar con la potencia necesaria y por eso hay apagones. El ministro no reconoció que guerra avisada no mata soldados.

A continuación, Edier Guzmán director de Generación de la Unión Nacional Eléctrica, se enredó con los datos, y explicó que el núcleo fundamental de la generación eléctrica a nivel nacional son las centrales termoeléctricas (CTE). De los 6.499 MW de generación instalados en el país, 2.608 MW están en 20 bloques de las CTE. Hay unos 2.473 MW de potencia instalada en Energás, hidroeléctricas, en motores de generación fuel, la generación móvil, eólica, fotovoltaica y bioeléctricas, y 1.418 MW instalados en motores diésel. Datos que están disponibles en la ONEI.

Ofreció detalles de las distintas CTE como la del Mariel, de tecnología soviética o la Diez de Octubre de tecnología checoslovaca de la guerra fría. Todas estas CTE están generando 12 bloques, de un total de 20, operando a un 39% de la potencia instalada, es decir, solo 1.023 MW, una muy deficiente disponibilidad.

Explicó que la edad promedio de las unidades de las CTE es de 37 años, y el más viejo tiene 50 años, mientras que el más nuevo es el bloque 6 de Mariel, sincronizado en 2021. Además, hay 13 unidades con más de 200.000 horas de explotación, y se considera que una unidad que llegue a ese número es vieja, se deprime su capacidad de generación. Y concluyó diciendo que “más del 50% de nuestros bloques están envejecidos”.

Reconoció que en los últimos años no se han podido realizar los mantenimientos capitales, porque llevan procesos de preparación complejos. Los mantenimientos capitales son los establecidos por el fabricante, pero, teniendo en cuenta que son bloques viejos, “a veces hay que hacer modificaciones” con un coste aproximado de 90 millones de euros y se estima la preparación en casi dos años, para construir y ordenamiento de piezas, y para ejecución, más de 200 días.

También se refirió a la importación de las piezas de repuesto, y señaló que “el bloqueo repercute en la adquisición de materiales y piezas, pues muchas de las empresas están controladas por compañías de Estados Unidos. También limita las transacciones y las operaciones con los bancos y hay empresas que fabrican equipo o piezas específicos y se niegan a suministrarlos a Cuba. Cuando hay un intermediario, ayuda, pero ello implica una remuneración, un costo extra”.

El resultado de lo expuesto es que “la falta de mantenimiento lleva en los últimos tiempos a la salida de servicio de las plantas por emergencias y a las averías reiteradas” y señaló que “cada dos días tenemos casi tres bloques fuera de servicio”.

El directivo resumió diciendo que en 2021 se realizaron 60 mantenimientos ligeros en los bloques térmicos, que, con el incendio en Mariel, en marzo, se perdieron 170 MW en dos unidades (bloques 6 y 7) de modo que la planta se quedó prácticamente en cero. Señaló además que “tenemos limitaciones de potencia de 600 MW. Los bloques no alcanzan su potencia máxima. El combustible crudo lo tenemos, pero es más agresivo para la tecnología, acelera los procesos de ensuciamiento”.

En cuanto a los mantenimientos en curso, explicó la prioridad del No. 2 de Felton, de 250 MW, uno de los más importantes del país para el que se estableció un plazo aprobado es de 84 días. Y confirmó los mantenimientos a Tallapiedra, de 60 MW, al bloque No. 8 de Mariel, con trabajos de 24 horas para acabar en el menor tiempo posible. En suma, más de 4.000 trabajadores de la EMCE y talleres de fabricación y reparación de piezas en todo el país.

A continuación, el director de la Unión Nacional Eléctrica, Jorge Armando Cepero reiteró la necesidad de operar con reserva de potencia, 500 MW de la unidad más grande que esté en servicio en el momento, de manera que, si esa unidad sale, con la potencia de reserva se logra suplir el déficit de energía momentáneamente.

Pero indicó que “en los últimos meses se ha operado sin reserva y en estos momentos hay tres bloques en mantenimiento y un total de cinco bloques fuera de servicio por averías, razones por las cuales el nivel de falta de potencia es muy grande”.

Señaló que “en los últimos tiempos salen de servicio aproximadamente dos bloques diarios. Con los bloques en mantenimiento y las averías que se han sumado, el sistema de rotación de los bloques de apagón no puede cumplirse como está previsto, y por ello surgen los apagones en cualquier momento”. Además, que es difícil prever donde se van a producir, sobre todo cuando sale un bloque generador que no estaba previsto, “y un apagón que estaba previsto para la tarde tuvo que realizarse también por la mañana.

Cepero se refirió a las quejas de la población sobre la duración de los apagones e indicó que, “cuando se quita el servicio por cinco horas, y a veces por más, al reponer el servicio la coincidencia en todas las cargas es mayor, porque arrancan todos los equipos electrodomésticos de los hogares”. Las sobrecargas que se producen a veces no son soportadas por los transformadores y vienen las averías, porque falla el transformador de la comunidad. Entonces “ya no es por la generación, sino porque luego de cuatro horas de apagón en el momento de conectarse falló el transformador que alimenta la vivienda”.

En ocasiones no se tienen los transformadores y se han dado casos en que ocurre una avería y el transformador de repuesto está en una capital provincial, por lo que hay que trasladarse a buscarlo y eso suma tiempo de afectación del servicio. Reconoció que estas cosas pasan “e irritan a la población”, y dijo que las instituciones y organismos trabajan para solucionar estas dificultades.

En este punto, la viceministra de Energía y Minas, Tatiana Amarán reconoció “que resulta muy difícil hablar de ahorro cuando estamos en una situación de este tipo”.  En su opinión, “el sector estatal ha hecho ajustes severos en el uso de los portadores energéticos, tanto de combustible como de energías. Muchas de las afectaciones en las producciones se deben a estas limitaciones e influyen después en su encargo social”. 

Según Amarán, “desde el punto de vista organizativo hay que reforzar las medidas y los sistemas de trabajo para etapas de contingencia, y así garantizar que se optimice cada kW/hora para mitigar después las afectaciones en el sector residencial”. Insistió en la importancia del ahorro en el sector residencial, sin minimizar el confort que se ha adquirido, pero sí desconectando o apagando aquellos equipos que no estén en uso. El sector residencial ahorró en 2021 según datos ONEI, 912,3 Gwh una cantidad muy superior a la ahorrada por el estado, que fue de 322,4 GWh. Amarán debería revisar sus datos.

Al finalizar la Mesa redonda, el ministro de Energía y Minas reconoció el compromiso de los trabajadores del sector eléctrico y los de Cupet, que también trabajan día y noche en el suministro de combustible hacia las instalaciones de generación, para resolver las afectaciones en el SEN y con la búsqueda de soluciones e innovaciones para mitigar las limitaciones de recursos.

Y acabó diciendo que “estamos trabajando estratégicamente en un cambio de la matriz energética total que contribuya a que las fuentes renovables de energía predominen dentro del SEN. Eso lleva tiempo y recursos, por lo que está montado en un plan a mediano y largo plazo”. Que se están buscando vías para estabilizar la situación en la disponibilidad de combustibles tanto en el sector estatal como en el residencial, para minimizar las afectaciones. Este verano habrá apagones muy frecuentes. Lo peor no ha llegado aún.

  

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