Historias de éxito, historias de fracaso: aprendiendo de la experiencia de otros
Elías Amor Bravo, economista
Pues si. Resulta que hay
un antiguo país comunista, al que el programa de desarrollo de la
OCDE no escatima halagos. A ver si lo adivinan.
En
un reciente informe de la colección OCDE, Development Pathways, se destaca cómo este país, desde
las
valientes reformas que lanzó en 1986 ha
sido un éxito económico, y ha registrado un gran progreso social.
Actualmente su
economía es reconocida como
una de las más abiertas del mundo (con respecto a la ratio comercio
sobre PIB) y posee una de las posiciones más sólidas entre los
países la
región en que se encuentra.
Además,
este país ha
funcionado bien en lo relativo al desarrollo humano y la inclusión
social, experimentando una notable reducción de la pobreza, un nivel
de vida equitativo y en aumento, así como un buen sistema educativo.
Desde
esta perspectiva, su reto
actual es
nivelar los éxitos pasados para dar un salto al desarrollo. La
apertura al comercio y la inversión, y su reciente resultado en la
mejora de la situación fiscal, lo ha colocado en muy buena posición
para beneficiarse de los cambios en el comercio mundial y las
inversiones a nivel global.
Sin
embargo, las presiones para la acción crecen. El progreso
económico obligará a evolucionar a una gran velocidad, para atender al cambio demográfico, a unas clases medias y una urbanización crecientes, creando nuevas oportunidades y demandas. El atractivo del bajo coste
para los inversores extranjeros no se detendrá, pese a que el país
se hace más rico y sus precios y salarios aumentan. Al mismo tiempo,
el impresionante capital natural que tiene va a exigir un mayor
cuidado ambiental para asegurar su preservación. Las instituciones
deberán evolucionar para acompañar la evolución del país desde
una sociedad aún atrasada a una economía moderna y creativa.
El
informe de la OCDE cree conveniente lograr para este país una
economía de mercado más integrada, con igualdad de oportunidades
para todas las empresas y trabajadores y un equilibrio entre la
orientación a la exportación y un mercado doméstico más
competitivo. De
ese modo puede evitar
el riesgo de convertirse en una economía dual atrapada en una
estructura de país atrasado. Con una clase media en
continuo crecimiento
en 2030, surge un potencial para estimular la demanda doméstica, y
de ese modo, contrarrestar la incertidumbre global.
Sin
embargo, en la actualidad, los inversores extranjeros que
acuden a este país todavía
reciben incentivos que no están disponibles para las empresas
locales,
mientras que muchas empresas estatales continúan disfrutando de un
acceso especial a la financiación, factores de producción y una
legislación proteccionista. Las empresas locales (a diferencia de
las nacionales) hacen frente a un trato desigual y a numerosos
obstáculos. Pese a las leyes y regulaciones que existen en esta
materia, la implementación de las mismas suele ser deficiente.
En
este país, la agricultura representa un potencial significativo para
la transformación de la vida de la población. La remoción de las
restricciones jurídicas sobre el uso de la tierra y sus
transacciones permitieron resolver el problema de la fragmentada
dimensión de las parcelas, generar eficiencia y economías de
escala, así como un uso más sostenible de los suelos. Una mejor
integración de los pequeños propietarios en las cadenas globales de
suministro ha ayudado a los productores agrarios de este país, todos
ellos empresarios privados, a competir en los mercados globales y
mejorar los ingresos de sus áreas rurales.
Las
perspectivas de
la
inversión extranjera directa parecen excelentes a corto plazo. El
país puede centrarse en atraer inversiones que ofrezcan
oportunidades para integrarse mejor en las cadenas de valor y crear
nuevas capacidades a costes ambientales muy bajos. Un
modelo
estratégico
de promoción de inversiones útil para establecer objetivos comunes
para la inversión extranjera, incentivos y esfuerzos nacionales y
subnacionales para atraer a los inversores.
La
reforma del gobierno de las empresas estatales podría contribuir de
forma significativa a mejorar la productividad y garantizar la
igualdad de oportunidades. Una estimación conservadora sugiere que
la reforma de las empresas que pide la OCDE aportaría casi un 2,5%
del PIB anualmente en ganancias de eficiencia solamente, sin
considerar los beneficios de largo plazo derivados de crear
oportunidades para los nuevos entrantes. Un paso crucial a dar será
la definición de una política de propiedad estatal y la fijación
de objetivos financieros y no financieros a las empresas estatales,
que deberán ser transparentes e informados anualmente en una
plataforma online.
El
informe de la OCDE insiste que el país debería continuar
promoviendo su sector educativo terciario para proporcionar a las
empresas recursos humanos cualificados para la nueva economía. A tal
fin, se deben establecer relaciones adecuadas entre universidades,
colegios técnicos y empresas para animar esa formación en
cualificaciones y recualificación. Los profesores necesitan apoyo
para desarrollar el conocimiento y las cualificaciones que los
alumnos requieren para tener éxito en el mercado laboral. También
hay que apostar por un sistema de información y orientación más
fuerte que ayude a los estudiantes a elegir adecuadamente sus
estudios.
La
sostenibilidad ambiental debe ser una prioridad para la estrategia
futura de
este país,
en relación con el uso de los recursos naturales disponibles. Debe
asegurar un uso eficiente y asegurar un alto nivel de calidad para
los ciudadanos. La concentración de partículas en el aire, en
promedio anual, continua aumentando, la calidad del agua se deteriora
y las consecuencias de los fenómenos meterológicos acaban siendo
devastadoras. Mejores datos, mejor coordinación entre agencias y
ministerios, así como una observación más efectiva son
determinantes para mejorar la calidad del medio ambiente. La
sostenibilidad también requiere una visión más estratégica y la
capacidad para desarrollar planes, eficiencia energética y de
mercados de capitales para financiar la diversificación de la
energía.
Los
sistemas de sanidad y seguridad social necesitan mejorar para
asegurar la continuidad de la inclusión social y hacer frente a los
cambios de la sociedad. Los servicios de seguros deben expandirse
para dar cobertura a un mayor volumen de población. Un sencillo
modelo de política debería ayudar a corregir el actual sistema
fragmentado.
La
financiación del desarrollo futuro de este país requiere una mejor
movilización de los recursos domésticos por medio de impuestos y
mercados de capitales mejor estructurados y más eficientes. Una
revisión detallada de la actual estructura impositiva del país es
altamente recomendable. Para un sistema financiero más
diversificado, inversores de largo plazo como las compañías de
seguros, son muy importantes.
Sin
implementación, cualquier política, ley o estrategia será una
enumeración de buenas intenciones. La falta de coordinación entre
los actores públicos, las deficientes líneas de información entre
los distintos niveles de gobierno, y un proceso legislativo al que
falta transparencia y coherencia para desarrollar sus capacidades
conforman un escenario inadecuado para la gestión. La pobre
implementación crea espacios para la gestión de favores entre
funcionarios públicos y sector privado, lo que apunta a corrupción.
Las complejas, superpuestas y poco claras leyes y regulaciones minan
la implementación de reformas en la mayor parte de áreas de
gobierno.
La OCDE señala que se
debe ir más lejos, propiciando una reorganización de las unidades
administrativas territoriales, que debería mejorar la coordinación
y la responsabilidad. La elaboración de las normas debería ser
transparente y el sistema judicial gozar de plena independencia para
ayudar a la economía de mercado a alcanzar su potencial. Una
racionalización de la administración pública debería crear
espacio para mejorar los salarios, recompensar el mérito y evitar
la búsqueda de rentas. Finalmente, este país debe reforzar su
compromiso para luchar contra la corrupción por medio de un
organismo autónomo.
Este
país existe. Es Viet Nam1.
Cuba debería tomar buena nota. Mientras Viet Nam se prepara para dar
el salto al desarrollo, Cuba se hunde en la miseria comunista desde
hace 61 años. Dos modelos, dos historias. Una de éxito, que ha
merecido la atención del programa de desarrollo de la OCDE, la otra
una historia comunista de absoluto fracaso.
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