Mandao: el camino de la empresa privada en Cuba

Elías Amor Bravo economista

Pocas veces nos llegan noticias procedentes de ese páramo de miseria e ineficacia que es la economía cubana como la que se refiere en el artículo de Cubadebate, dedicado a “Mandao: La mensajería a domicilio en mochilas amarillas”, que tiene su origen en una magnifica entrevista en Cuba Joven.

Y  para que luego nadie diga que en este blog siempre estamos de crítica, esta vez vamos a resaltar lo que representa una iniciativa empresarial como Mandao en Cuba y vaya desde aquí, y desde el primer momento, una felicitación a su creadora, Marta Deus.

Mandao no es nuevo. Surgió en 2016 para prestar servicios a trabajadores por cuenta propia, de transporte de facturas de restaurantes y otros documento. Después empezaron algunas colaboraciones en el área de la comida y fue cuando se dieron cuenta de que había una oportunidad. Entonces salió el segundo Mandao, que es el actual, con seis socios, en septiembre de 2019.

Esta es la clave del éxito de los negocios, que debería servir Mandao en Cuba como caso práctico de escuelas de negocios. El mensaje es claro: nada se consigue de pronto y hay que tener visión estratégica, e ir definiendo los servicios de forma adecuada a las necesidades a atender y el potencial de la empresa. Marta Deus dice en la entrevista que “a nosotros nos fue relativamente fácil con los emprendimientos, aunque nunca nada es fácil. Ya yo estaba presente en el ecosistema de los emprendedores en La Habana y conocía a mucha gente en restaurantes, quienes fueron nuestros primeros colaboradores”. Un sentido de la realidad que es fundamental para cualquier emprendedor. Los privados lo tienen.

El negocio de Mandao no es exclusivo de Cuba. En todas las capitales europeas se encuentran repartidores de comida que atienden unos servicios muy demandados por clientes fieles que utilizan las redes sociales para comunicarse. A la hora de las comidas o cenas, es fácil encontrar ese ejército de jóvenes y no tan jóvenes que en sus bicicletas o motos se desplazan con agilidad para trasladar los pedidos.

Aquí en España los llaman “riders” y no deja de ser curioso que el partido de ideología comunista que forma parte actualmente del gobierno de Sánchez, quisiera aplicar una nueva regulación contractual, que casi acaba por eliminar a estos porteadores de las calles equivalentes a los de Mandao. Si, los comunistas españoles, con poder político en el gobierno, no quieren que exista este servicio y le han puesto todo tipo de dificultades administrativas y laborales. Aviso a Mandao, porque los socios ideológicos comunistas de Cuba pueden llegar más lejos, y mandar a parar para que se acabe la diversión. En Cuba lo han hecho muchas veces. No sería nada extraño.

Por ello, vamos a disfrutar de la experiencia de Mandao hasta entonces, esperando que los comunistas cubanos sean menos ortodoxos que sus homólogos españoles, empeñados en poner fin a cualquier iniciativa que genere empleo y riqueza. Qué le vamos a hacer. Son así, lo llevan en el ADN, sea cual sea el país en que se encuentren.

Mandao y sus riders prestan un servicio que responde a unas necesidades, por las que la gente está dispuesta a pagar. Llámele comodidad, falta de tiempo, oportunidad, distancia, o falta de ganas de desplazarse a un restaurante, lo que sea, ha llevado a que este tipo de servicios experimente un crecimiento continuo en facturación, negocio y en lo que es más importante, en las preferencias de la gente.

Las redes sociales se encargaron de hacer el resto, y los desarrolladores no han tenido dificultades para crear aplicaciones que tienen nombres increíbles, como Mandao, que es una palabra cubana, que muchos tenemos grabada en la memoria, y que nos transporta a otros tiempos cuando era posible en esos mandaos encontrar lo que nos hacían ir a buscar. Con el tiempo, el mandao se acabó convirtiendo en una experiencia incierta, dominada por las colas y la desidia del régimen.

Y luego, los riders, personas que solo quieren trabajar unas horas muy concretas del día, las de la comida y la cena, obtener unos ingresos por esa dedicación y después, volver a ocuparse en sus actividades principales, estudio, preparación para empleos o cualquier otra. Se observa que el rider suele ser alguien que busca complementar ingresos, y en Cuba, no es extraño que aparezcan candidatos para esta actividad, con los bajos salarios que se pagan en todas las ocupaciones.

Y el mercado. Es decir, si no existieran deseos, no habrían necesidades, y sin poder económico, no puede haber demanda. Y aquí reside otro éxito de Mandao, ha sabido definir su proceso del marketing, lo que no siempre resulta fácil, y ha desplegado su red de prestación de servicios por toda la Isla, La Habana, Matanzas, Cárdenas, Varadero, Santa Marta, Cienfuegos, Santa Clara, Trinidad y Holguín, en total, nueve ciudades que muestran uno de los principales objetivos que debe tener cualquier proyecto empresarial, que es escalar, aumentar de tamaño rápido y de forma eficiente, para producir el servicio que se presta a los más bajos costes unitarios.

El equipo de Mandao ha sabido acertar, y ha desoído las patrañas comunistas de los “desarrollos locales” y la “autosuficiencia” que condenan a muchos proyectos emprendedores a una existencia miserable en la que les impiden crecer, manteniéndolos bajo control. Mandao se ha quitado los grilletes castristas y ha demostrado que puede prestar servicios de restaurantes, fincas y agromercados a sus clientes, y en un amplio mercado de la Isla. 

Que se anden con cuidado. A los comunistas locales que espían estas actividades porque no tienen otra cosa más productiva que hacer, no les gusta que alguien prospere. De hecho, la constitución comunista de 2019 proscribe la acumulación de riqueza. Se puede aceptar que se ha avanzado mucho en el marco para el ejercicio de la empresa privada en Cuba, pero el camino no está exento de trampas, trabas burocráticas e incertidumbre que es lo peor que puede ocurrir a un negocio privado, El régimen no renuncia a su poder omnímodo sobre la actividad económica y eso hay que tenerlo en cuenta.

Me gusta el espíritu de Marta Deus, la CEO de Mandao en la entrevista y en esa visión de servir comida hasta en el cielo, Enhorabuena. Le deseo los mayores éxitos. Pocas veces leo noticias que me hacen tener una gran esperanza en Cuba, como un país en que quepan todos y con prosperidad. Y si alguien tiene alguna duda, que se lea los comentarios de lectores que ha tenido esta noticia y verán que no me equivoco. El camino de la libertad empieza por algún sitio y parece que Mandao lo tiene bastante claro.

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