La mesa redonda a todos los cubanos: pocas certezas, muchas dudas
Elías Amor Bravo, economista
La mesa redonda que había creado tanta expectación,
acabó en más de lo mismo. En Cuba, el viejo formato de “Aló presidente” cuando toda la familia se disponía alrededor del televisor para escuchar con miedo los discursos del tirano, quedó para aquellos tiempos ya lejanos de Fidel Castro. Quién sabe lo que ese hombre habría ideado en estos
tiempos de internet y redes sociales para estar presente todos los días en la
vida de los cubanos.
Diaz Canel es otra cosa, y su participación en la
mesa redonda se dedicó en primer lugar a explicar, con sus datos, la situación
epidemiológica de Cuba. Datos que le permitieron afirmar que "la situación ha
mejorado desde los 2000 o 3000 PCR diarios de la primera fase, con la actual en
la que se producen rebrotes por toda la Isla, siempre con cifras inferiores".
Después hizo referencia a la mejora de los protocolos
de control de la pandemia, que según sus palabras, “ha llevado a un
aplanamiento, pese a que se hacen tres a cuatro veces más PCR que en la etapa
anterior”. Incluso, menos letalidad.
Y todo este proceso se ha conseguido, según Díaz
Canel, gracias a la fortaleza del sistema de salud, de modo que no se ha producido
“colapso en el mismo, mostrando un comportamiento robusto de los protocolos
médicos desarrollados y con el desarrollo de más de 700 investigaciones para 16
ensayos clínicos”.
A partir de ahí, comenzó a detallar la estrategia “que
más allá de las cuarentenas y que implica un sistema de evaluación para
aprender a vivir con la enfermedad, durante un tiempo prolongado, con el menor
riesgo”. Este nuevo sistema llevó a Díaz Canel a preparar a los cubanos para una
larga convivencia con la pandemia en la que todo pasa por la vigilancia, la
atención y el respeto y obediencia a las normas. Nada nuevo. Muchos cubanos piensan que la extensión de esas medidas a la vida cotidiana no es otra cosa que reforzar los sistemas de vigilancia y control de la seguridad del estado.
Controles, PCRs, distanciamiento, mascarillas,
espacios abiertos, lavado frecuente de manos, son medidas que llegaron para
quedarse y no se debe esperar a que alguien diga que hay que usarlas
permanentemente. Esta parte de la intervención ha debido causar alarma, porque nadie
en Cuba pensaba que la situación fuera tan grave y todo esto está muy bien,
pero en las largas colas en las bodegas o las gasolineras, no hay nadie que
pueda cumplir con estas exigencias.
La segunda parte de la intervención se dedicó a los ataques a EEUU por el embargo, bloqueo, que ahora se extiende a lindezas como “la agresividad del imperio y su brutalidad como mayor amenaza global” tratando de involucrar a otros en una situación que solo afecta al contencioso de Cuba con su vecino del norte.
No cabe duda que los ataques de
Díaz Canel a EEUU se han sofisticado y apuestan por aprovechar nuevos espacios,
como hacerles responsables de crear divisiones en Cuba en temas como la
racialidad o la comunidad LGBTI, e incluso “a líderes de opinión que defienden
a la Revolución”, citando el caso de Frei Betto. Es decir, los comunistas, con esa superioridad moral que siempre alegan pero de la que carecen, pueden atacar a quienes quieran y destruir sus trayectorias personales, pero no
aceptan el debate y el cuestionamiento de sus posiciones.
Por lo que a mí respecta, la incapacidad
gubernamental en Cuba, un asunto que me interesa y que seguiré estudiando en mis trabajos, no necesito que Díaz Canel diga nada al respecto, porque
pienso que está más que justificada. Los datos ahí están.
A continuación, tocó hablar, menos mal, de lo que
piensan hacer en materia de economía en la situación POSCOVID-19 que según Díaz
Canel viene caracterizada por “contracciones económicas, inflación reprimida,
insuficiencias productivas, problemas de abastecimiento, delitos y las
ilegalidades así como la parcial dolarización de la economía”. Ese es su diagnóstico, sin duda dantesco, una economía cercana al colapso, ya no lo digo yo, lo dice Díaz Canel. Y lo mejor o tal vez, peor, de todo es que a todo ello, se
añade la unificación monetaria y cambiaria.
Cualquiera pensaría en el famoso refrán castellano, “quién
mucho abarca poco aprieta”. Miedo da cuando todo lo que quieren hacer en materia monetaria lo refieren
a una “tarea de ordenamiento”. De hecho insistió en pedir al pueblo “no seguir
noticias falsas ni «bolas» que transmiten información incompleta o errónea
sobre la unificación monetaria y cambiaria”. Como si la gente no pudiera hacer otra cosa que seguir a pie juntillas lo que dice el gobierno comunista. Pues
no. Que sepa que existen otras vías para conseguir ese objetivo, fundamental
para la economía nacional, y las vamos a informar siempre que tengamos la
ocasión.
Díaz Canel mostró tal preocupación por la unificación
monetaria que dijo que en la tarea de ordenamiento, se está llevando a cabo la necesaria capacitación de los que tienen que ejecutar los procesos (¿es que acaso ya no están cualificados? tiempo han tenido de sobra porque los primeros anuncios de unificación se produjeron en 2011 ¿qué han estado haciendo desde entonces?), y
en ese sentido, sorprendió que llegase a criticar “la información de una persona que estaba participando
en una actividad de capacitación para la implementación, pero lo que se divulgó
fue lo usada como ejemplo para ilustrar el proceso”. Que el presidente tenga
que descalificar fake news da una idea la grave situación que afronta.
Y entonces llegó lo sustancial, cuando afirmó que la “tarea
de ordenamiento” lleva aparejada una reforma de salarios, pensiones y precios
sin precisar más. Tan solo habló de la decisión de garantizar los depósitos en
cuentas bancarias en divisas extranjeras, pesos convertibles (CUC) y pesos
cubanos (CUP), así como el dinero en efectivo en poder de la población. Ya
veremos.
Ese aviso de que “nadie tiene que tener preocupación
con sus cuentas, sean en MN, CUC, MLC, incluidos nuestros colaboradores” indica
que existe temor en amplios sectores de la población por la pérdida de los
activos. No conviene olvidar que en Cuba, bajo el mismo régimen político actual, se desarrolló el primer "corralito" financiero de América Latina, ejecutado por el Che Guevara y nada indica que no se vuelva a producir otra confiscación de depósitos bancarios en Cuba. Hacen bien los
cubanos en desconfiar de su gobierno y los bancos.
Y terminó Diaz Canel esta parte diciendo que “en próximos días,
se dará la información completa de este complejo proceso de alcance estratégico”. Los espectadores se quedaron igual que al
principio, o incluso, peor con estas explicaciones.
El siguiente bloque, en cierto modo repetitivo del primero, fue dedicado a explicar de qué modo
va a emprender Cuba el camino hacia la nueva normalidad, insistiendo en lo
mismo que al principio, sobre la aplicación de “un nuevo código y estilo de
vida, bajo un estricto seguimiento epidemiológico”. Habló de la aplicación de
medidas transversales, en número de 220, de las que se mantienen 128, fueron
modificadas 57, se agregaron 63 y se eliminan 53. La propuesta del Plan
actualizado suma 190 medidas.
Entre ellas, la prohibición de la entrada de las
personas con síntomas respiratorios a los centros de trabajo y escuelas, la
obligatoriedad de desinfección de las manos. Explicó que el Grupo temporal de
trabajo del gobierno para dar seguimiento a la COVID-19 ya no sesionará
diariamente, sino martes y viernes, quedando la conferencia del Minsap para
este último día.
Anunció que se desactivan los consejos de defensa
provinciales y municipales y se ingresará en domicilios y centros de
aislamiento los casos sospechosos. Los controles se mantendrán en todos los
puntos de acceso al país, y los viajeros del exterior tendrán que hacer una
declaración jurada de su estado de salud, y se les hará una PCR al 100% de los
que lleguen y se aplicará el protocolo de aislamiento según el lugar al que vayan
a ir.
Por recomendación de los especialistas, no se autorizan visitas a los pacientes en los hospitales y solo se permitirá el acompañamiento de una persona a los pacientes que realmente lo necesiten. En cuanto a las medidas laborales, se potencia el trabajo a distancia de aquellas actividades y cargos que así lo ameriten. También, hasta el 31 de diciembre se mantendrá el pago por resultados en el sector empresarial según lo establecido debido al comportamiento de las utilidades.
Cuando un trabajador se encuentre
en el exterior, si lo solicita, la administración puede extenderle la licencia
sin sueldo y protegerle la plaza laboral. Y de igual forma, si el titular de un
negocio por cuenta propia se encuentre fuera del país, se mantiene la condición
de que lo puede sustituir uno de sus trabajadores. Estas medidas ya se
aplicaron desde el comienzo de la pandemia.
En cuanto a transportes, no se permitirá el acceso a
las estaciones a personas que no sean pasajeros confirmados con sus boletos. El
transporte público se restablece y se refuerza su control para evitar excesos
de personas de pie.
En materia de educación, en la nueva normalidad se
mantiene el reinicio del curso escolar el próximo mes de noviembre. Los centros
recreativos se abren, en la nueva normalidad, pero manteniendo estrictas
medidas sanitarias.
La vía para decidir cuándo se pasa de una fase a otra
se basará en indicadores:
- Se evaluará la tasa de incidencia cada 100 mil
habitantes.
- Generalización de PCR en todas las provincias,
aunque no haya ningún caso.
- Se establecieron criterios acerca de cómo avanzar
de una fase a otra.
- En La Habana la medición de los factores es
diferente, debido a su alta complejidad.
Tras ofrecer datos sobre la situación en diversas
provincias, Díaz Canel volvió a insistir que la nueva normalidad implica la
aplicación de nuevos estilos de vida que favorezcan la salud personal y
colectiva. Acabó señalando que las medidas serán aplicadas a partir del 12 de
octubre.
Comentarios
Publicar un comentario