¿Qué vamos a hacer con las tiendas en MLC?

Elías Amor Bravo, economista

El tercero en participar en la Mesa redonda ha sido el ministro de economía, Gil para dejar claro que, en modo alguno, se producirá la dolarización de la economía. Cuando el rio suena, agua lleva. Además añadió que en el futuro no se incrementarán las tiendas en Moneda Libremente Convertible (MLC). Estos mensajes iban dirigidos a contrarrestar un amplio sentimiento de contradicción en la sociedad, ya que no se entiende qué relación existe entre la unificación monetaria y cambiaria y la permanencia de las tiendas en MLC que funcionan en dólares, una moneda que no está al alcance de toda la población. El ministro explicó, delante de Murillo que volvió a la mesa redonda, que se trata de cosas distintas, y que responden a decisiones del gobierno que no van a dar marcha atrás, en ningún caso.

Tenemos tiendas en MLC para rato, y los que pensaban que estos establecimientos bien surtidos iban a aceptar el pago en CUP cuando esta moneda quedase como única referencia del sistema económico cubano, están equivocados. Las tiendas en MLC han venido para quedarse, y o se tienen dólares para abrir las cuentas en los bancos estatales y se consigue la tarjeta de débito, o nada, lo mismo que ahora. El ministro Gil justificó el proceso de unificación básicamente para hacer frente al “complejo contexto financiero y de abastecimientos que vive Cuba, especialmente, desde 2019”.

Cambio de tercio. La falta de mercancía en las tiendas estatales, el gran problema que todos los días afrontan los cubanos para “resolver” y que ha creado figuras desconocidas en otros países, como “coleros o acaparadores” de las que hemos hablado en este blog, se encuentra en el origen de la unificación monetaria, junto a los mismos factores de siempre, que si el bloqueo, que si la falta de combustibles, o las afectaciones a los ingresos del turismo sin vuelos y sin cruceros. Parece mentira. 

Qué corta es la memoria de los dirigentes comunistas cubanos. Le voy a recordar al ministro que hay que remontarse a un ya lejano, 2011 para escuchar a Raúl Castro diciendo lo mismo con respecto a la unificación monetaria. No es algo nuevo. Más de una década dando vueltas a un asunto, da para mucho. En Cuba la gente lo sabe. Un régimen que se mantiene en el poder durante 61 años haciendo más o menos lo mismo, se toma su tiempo para procesar. Y  ahora, resulta que la unificación monetaria es necesaria y, por supuesto, con ella, la dolarización parcial también, lo que pasa es que a este último proceso, el ministro de ideología comunista le asigna otro calificativo, “no deseable”.

Los argumentos del ministro para justificar la continuidad de las tiendas en MLC dan vergüenza, ya que no son ajenos a los que existen en otros países del mundo. Lo que Cuba gasta todos los años en productos y servicios que se tienen que pagar en divisas para producir productos que luego se venden en moneda nacional, es decir en CUC o CUP es lo mismo que hacen todos los países del mundo. Por ello, la política de tipo de cambio busca una cotización estable de la moneda nacional con respecto a la de otros países y, como ya se abolió desde hace 40 años el patrón oro, la fuerza y estabilidad de una moneda no depende de la cantidad de oro que se tiene en las arcas del Banco central, sino de otros factores asociados a la política económica que se desarrolla en el país, como su certidumbre, estabilidad y credibilidad. Los países con monedas fuertes son los que respetan y cumplen sus obligaciones, ejecutan sus presupuestos sin déficits y venden en el exterior más de lo que compran. No voy a citar casos, pero son bien conocidos los que triunfan a nivel internacional.

Cuba no tiene esa divisa, pero va camino de ella con la unificación monetaria y cambiaria. Se trata ahora de crearla y con ella poder aspirar al reaprovisionamiento de mercancías que luego se utilizan en la producción nacional, para consumo, inversiones o gastos. El CUC no servía para eso, era solo un instrumento de recaudación ideado por Fidel Castro para salir del paso en pleno período especial. Pero ahora, con la perspectiva en la unificación monetaria y cambiaria Cuba avanza hacia una moneda que debe relacionarse con el resto de divisas en los mercados de cambios. Si esa moneda no posee la estabilidad, credibilidad y confianza necesarias, se acabó el cuento. Es lo mismo que ir a pescar sin caña. El auge de los mercados cambiarios informales en Cuba, en los que ya se cotiza el dólar con respecto al CUC y al CUP a cambios distintos de los que se aplican en las CADECAS está en esta falta de rigor con la que las autoridades se acercan al momento en que el viejo CUP quede frente al dólar, al euro o el rublo y tenga que cambiarse a una determinada relación. Mal asunto, si nadie está pensando en este momento para el que, según anunció Murillo, no falta mucho tiempo.

El ministro Gil justificó las tiendas en MLC para poder obtener divisas, y reaprovisionar los mismas establecimientos con dicha moneda, sin pasar por la moneda nacional cubana el CUP. En su esquema, se mantendrá este sistema perverso que deja a mucha gente en la cuneta, aquellos que no tienen acceso a los dólares. Lo normal en cualquier país es que las tiendas en MLC desaparecieran, y que todas las transacciones se realizaran en CUP. Después, al acudir al mercado de divisas, con un CUP que registre un tipo de cambio adecuado con respecto al dólar o el euro, se procede a la compra de mercancías que al entrar en el mercado interno se vuelven a nominar en CUP.

No se entiende por qué motivos, el ministro Gil no quiere que las relaciones económicas con el mundo de Cuba se amolden a la normalidad que existe en otros países.  No es cierto, como dijo en mesa redonda, que este proceso vaya a provocar un fortalecimiento de la economía informal. Justo lo contrario. Si los agentes económicos observan que un porcentaje elevado de cubanos no tiene acceso a las tiendas en MLC, porque no pueden obtener dólares, es muy probable, y aviso al ministro para que se prepare, que la economía informal cubana, un paraíso de creatividad y empuje empresarial, acabe generando condiciones favorables para el acceso de la población a estos bienes exclusivos que solo se pueden comprar en dólares. Incluso, si todo sigue como va, en poco tiempo se puede desatar una inflación oculta en las tiendas en MLC, que obligue a mucha gente a dejar de comprar habitualmente en las mismas

El ministro debe estar pensando en que la planificación central, ese instrumento obsoleto y lleno de fracasos, va a permitir que la economía siga funcionando con mercados desabastecidos en moneda nacional y tiendas en MLC bien surtidas después de la unificación monetaria y cambiaria. Que se prepare. Lo mejor está por venir. Conforme los cubanos puedan tener acceso al cambio del CUP con el resto de divisas, muchos verán oportunidades de negocio en esa introducción de bienes y servicios al mercado nacional en moneda nacional. Esta diríamos es la actividad económica “normal” y no ese negocio segmentado de las tiendas en MLC del que no se quiere desprender el ministro, a pesar de las “vulnerabilidades” que crea en amplios sectores de la población.

Si, claro que la culpa es del "bloqueo" que es el único responsable, para el ministro, de ese escenario que, según su opinión, no es habitual. Cuando los cubanos funcionen con una sola moneda, el CUP, las tiendas en MLC van a experimentar tensiones y muy probablemente acaben desapareciendo. El acopio de divisas ya no será determinante, como ahora, de grado de poder, sino la gestión y circulación de las mismas. La casa se llenará de agujeros de eficiencia que permitirán a mucha gente acceder a bienes y servicios que ahora, simplemente son prohibitivos. El ministro declaro que las tiendas en MLC son una decisión “transitoria, necesaria, no deseable; y con un objetivo ajustado al momento que vive el país”, pero la vocación es mantenerlas. Yo le digo que en cuestión de poco tiempo, en cuanto el CUP tenga equivalencia cambiaria con las divisas, esas tiendas dejarán de tener sentido.

Y no van a servir para que la industria nacional se reaprovisione en los mercados internacionales con sus propios recursos, ni que se recauden divisas. Quien avisa no es traidor, que vayan pensando en otra majadería comunista para sacar el dinero a la gente. La economía cubana no se dolarizará. No debe. La moneda nacional, desde comienzos de siglo XX en tiempos del legendario ministro Cancio, el CUP debe volver a ser el centro del sistema económico y guardar un tipo de cambio estable y adecuado, los economistas decimos de equilibrio, con el resto de divisas. Cuando eso ocurra, hablamos de las tiendas en MLC.

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