Las previsiones de CEPAL 2021-22: ¿oxígeno para la economía castrista?
Elías Amor Bravo economista
En un reciente estudio, la CEPAL ha actualizado sus previsiones de crecimiento para el conjunto de países de América Latina y el Caribe. Cuba también. ¿Qué tal son las expectativas que se atribuyen a la economía castrista?
En el contexto general, se espera un crecimiento global en la región de un 5,9% en 2021 que desciende al 2,9% en 2022, con importantes diferencias entre países. Cuba, con uno de los peores desempeños por economías, lo hará, por ejemplo, en un 2,2% en 2021 y hasta un 4,1% en 2022. En términos acumulados, la economía cubana crecerá 2,5 puntos menos que el conjunto de la región a lo largo de los dos años, si bien, las estimaciones para 2022, sin embargo, son más favorables que la media.
La posición comparativa de la economía cubana es muy
negativa. De 33 países de América Latina y Caribe, Cuba en 2021 ocupará el
puesto 28º, solo por encima de Antigua y Barbuda, Suriname, Haití y Venezuela.
Esta última registrará un desplome del -4% en 2021. Sin embargo, la CEPAL cree
que en 2022, Cuba pasará a ocupar el puesto 12º con una recuperación
significativa que, en todo caso, se tendrá que revisar en su momento, y que se hace depender de las exportaciones¿? y del gasto público¿? Los interrogantes tienen que ver con la sorpresa que trasmiten estas previsiones..
No se sabe de dónde salen estas previsiones tan
“optimistas”, ni qué sentido tienen. Tan solo se verá que son imposibles, a
la vista del análisis de los motores de crecimiento que realiza la CEPAL. Ni las exportaciones van a crecer, ni el gasto público tendrá un efecto expansivo sobre la economía. Todo lo contrario.
Lo importante de estas previsiones, es que, a finales de
2022, con un crecimiento acumulado previsto en los dos años de un 6,3%, la
economía cubana todavía no habrá recuperado los niveles anteriores a 2019, ya que entre
dicho año y 2020, con la pandemia, la economía cubana cayó un -11% acumulado.
Esto significa que en el bienio 2021 y 2022 la economía cubana solo habrá
recuperado la mitad del PIB perdido por la crisis, y los cubanos seguirán
siendo un 5% más pobres que en 2018. Ni el plan, ni la estrategia,, ni la intervención y control
de la economía han servido para estimular el crecimiento. El fracaso del modelo
es evidente.
Situando el foco en la economía cubana parece evidente que las autoridades económicas de la isla no han sido capaces de sacar ventaja en 2021 de la recuperación esperada de un 8% en el volumen de comercio mundial, acompañada del aumento de un 38%, en promedio, de los precios de las materias primas. El tren del crecimiento mundial ha pasado a toda velocidad dejando a Cuba en una vía muerta.
Estas tendencias, descritas en el informe de CEPAL, contrastan con la escasa oferta comercial
de la economía cubana y su creciente concentración en servicios, lo que determina
que no pueda aprovechar los aumentos de precios de alimentos, materias primas,
energéticos, mineros o metales que son los artículos que más crecen en la actual
coyuntura. Más bien al contrario, esos aumentos de precios provocan un efecto
negativo sobre la cuenta externa de la economía y la relación real de intercambio, empujándola a un creciente
déficit que limita las opciones de crecimiento económico.
En concreto, el aumento en 2021 de las exportaciones de
bienes, estimado por CEPAL en toda América Latina en un 24%, apoyadas por
precios favorables acompañados de un aumento mayor en las importaciones, 27%,
ha pasado de largo por la economía cubana incapaz de sacar provecho de estas
tendencias por la baja productividad, la deficiente apertura al exterior y la inacción de las autoridades en este ámbito. La relación real de intercambio, que ha mejorado notablemente en algunos países, se ha desplomado en la zona del Caribe, Cuba incluida, sobre todo por los mayores
precios de la energía y la dependencia exterior.
De igual modo, las remesas han jugado un papel clave al
apoyar la dinámica económica de la región en 2020 y 2021, pero en el caso
concreto de Cuba no parece que haya sido así. No hay datos oficiales que
subrayen esta afirmación, pero los contenciosos con las agencias de envíos de
dinero y el gobierno de Estados Unidos, de donde procede el 90% de las remesas
que llegan a la Isla, está detrás de estos resultados. Países como El Salvador,
Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua o República Dominicana han
experimentado fuertes crecimientos de las remesas en 2020 que han proseguido en
los primeros meses de 2021. Cuba no.
Pero sin duda, el aspecto que está afectando de forma más negativa a la
economía cubana es la inflación, que en 2020 alcanzó un 18,5% pero en 2021 con
la aplicación de la Tarea Ordenamiento ha aumentado a registros de tres cifras, desconocidos en la economía en el pasado. El arraigo de las expectativas
inflacionistas en la economía puede acabar generando presiones alcistas sobre
los tipos de interés que afecten las precarias condiciones financieras de la
economía. CEPAL observa que en 2021 mientras que las tasas de inflación de la
región se mantendrán bajas en la mayoría de los países, gracias al despliegue
por los bancos centrales de sus políticas de expansión de la liquidez y
estímulo al crédito, en Cuba la expansión monetaria experimentada en 2020 y
2021 tiene su origen en el proceso de unificación de las dos monedas y la Tarea
Ordenamiento que ha contribuido a agravar más la situación.
Por otra parte, dadas sus dificultades para cumplir los compromisos con los
acreedores internacionales, la economía cubana no se ha podido beneficiar del
aumento de la liquidez internacional y el descenso experimentado por otros
países en el riesgo soberano, que ha facilitado a numerosos países un mejor y más eficiente
acceso a los mercados financieros internacionales, con efectos positivos en las
emisiones de los gobiernos. En Cuba, dado que esto no ha sido posible, la
expansión de las emisiones se ha tenido que financiar con el recurso a bonos soberanos del Banco
Central, pero este modelo empieza a tocar fondo.
CEPAL espera en 2021 mayores ingresos públicos y menor gasto
con respecto a 2020 en el conjunto de países de la región, pero en Cuba las
tendencias van en sentido contrario. El aumento de los gastos sigue imparable para atender las demandas sociales provocadas por la Tarea Ordenamiento y los
ingresos se reducen como consecuencia del menor crecimiento de la economía, lo
que ha llevado al déficit a acercarse al 20% del PIB.
Como consecuencia de las tendencias de ingresos y gastos,
mientras que en América Latina los balances fiscales mejorarán en 2021, aún manteniendo
los niveles de deuda pública elevados, en Cuba, el escenario apunta a déficits
elevados, difíciles de controlar a corto y medio plazo, junto a elevados
niveles de deuda acumulada, que van a romper las tendencias de los últimos
años. Un escenario que parece
consolidarse en el área del Caribe.
En tales condiciones, las políticas de estímulo a la demanda
agregada que fueron combinadas con otras más específicas en los distintos
países para proteger el empleo y a los grupos más afectados por la crisis, en
Cuba no han sido posibles por el enfoque seguido por la Tarea Ordenamiento que,
en una de sus líneas de acción, proponía preciosamente la reducción de
gratuidades y subsidios. De modo que, cuando más necesarias resultaban para
superar la crisis de la pandemia, las políticas fiscales y monetarias de apoyo
al aparato productivo han estado completamente ausentes en tanto que los
beneficios sociales del estado social comunista entraban en crisis por el
colapso económico del país. Ni el consumo, ni las inversiones y mucho menos las
exportaciones han actuado como motores de la economía cubana, a diferencia de
lo ocurrido en otros países de la región.
CEPAL señala que la inversión y la productividad son un
problema estructural en la región y condicionan la posibilidad de sostener una
recuperación más allá del repunte del PIB en 2021, pero en Cuba, donde estos
dos factores son invisibles como consecuencia del modelo social económico, su
influencia puede ser menor y por ello, si hay dudas de que la ecnoia cubana alcance el 2,2% en 2021, de lo que no cabe duda es que el crecimiento estimado del 4,1% para 2022 por
encima de la media de la región, no acabará produciéndose.
No hay lógica económica en la conducción de la Economía. Cuando la producción y la productividad caen drásticamente como consecuencia de la pandemia, es cuando se decide eliminar gratuidades y subsidios. El propio Keynes abogada que la austeridad se aplicara en tiempos de Auge no de recesión. Que se bajaran los impuestos y los intereses. Claro en una economía normal. Lo que no creo que el problema de la economía se arregle aplicando las mismas recetas que lo provocó: el intervencionismo, la falta de libertad económica, el gasto público desmedido, la deuda, la emisión monetaria o la suba de impuestos para financiarlo.
ResponderEliminarCreo que para que la economía sane se tiene que dejar quebrar las empresas, bancos e industrias ineficientes, no malgastando el poco dinero en rescates o subsidios. Las políticas de expansión monetarias y fiscales como panacea para la recuperación económica, han demostrado en todas las partes donde se han aplicado, que son un fracaso porque terminan teniendo el efecto contrario al crecimiento. Liberalizacion económica, propiedad privada sobre los medios de producción, mercados libres y competitivos, libre comercio externo, inversión directa extranjera y nacional, baja presión fiscal y arancelarias. En fin, pasar de la planificación centralizada de la economía y la empresa estatal socialista al la Economía de libre mercado y a la Libre empresa privada, la libre competencia, la división del trabajo y la cooperación social.
No hay lógica económica en la conducción de la Economía. Cuando la producción y la productividad caen drásticamente como consecuencia de la pandemia, es cuando se decide eliminar gratuidades y subsidios. El propio Keynes abogada que la austeridad se aplicara en tiempos de Auge no de recesión. Que se bajaran los impuestos y los intereses. Claro en una economía normal. Lo que no creo que el problema de la economía se arregle aplicando las mismas recetas que lo provocó: el intervencionismo, la falta de libertad económica, el gasto público desmedido, la deuda, la emisión monetaria o la suba de impuestos para financiarlo.
ResponderEliminarCreo que para que la economía sane se tiene que dejar quebrar las empresas, bancos e industrias ineficientes, no malgastando el poco dinero en rescates o subsidios. Las políticas de expansión monetarias y fiscales como panacea para la recuperación económica, han demostrado en todas las partes donde se han aplicado, que son un fracaso porque terminan teniendo el efecto contrario al crecimiento. Liberalizacion económica, propiedad privada sobre los medios de producción, mercados libres y competitivos, libre comercio externo, inversión directa extranjera y nacional, baja presión fiscal y arancelarias. En fin, pasar de la planificación centralizada de la economía y la empresa estatal socialista al la Economía de libre mercado y a la Libre empresa privada, la libre competencia, la división del trabajo y la cooperación social, son las claves para una recuperación rápida y sostenible. Ya no se puede hablar de reformas al sistema actual, se tiene que hablar de cambio radical de las actual sistema y sus estructuras. Muchas gracias