¿Se dan condiciones en Cuba para ir dando pasos graduales en la reapertura de servicios?

Elías Amor Bravo economista

¿Por qué no? Después de los cierres y confinamientos obligados por la pandemia, todos los países del mundo han adoptado estrategias para salir del agujero de la crisis. La OCDE en su último informe trimestral ofrece noticias muy positivas de cómo avanza el proceso de recuperación en los distintos países, con resultados realmente favorables.

En Cuba, donde las autoridades se toman su tiempo, en ocasiones excesivo, para todo, incluso para entender en marzo de 2020 que el coronavirus era una amenaza mundial que tarde o temprano iba a golpear a todos los países, incluida Cuba, se están planteando ahora “una reanimación económica y social, ir avanzando gradualmente a la normalidad y restablecer algunos servicios de forma presencial”. La cuestión es si la economía cubana no necesita una reanimación mucho más intensa y revitalizadora que la que están pensando las autoridades. Y si esta reanimación será suficiente para que la máquina vuelva a funcionar como antes.

En principio, parece que las autoridades han planteado eliminar algunas de las restricciones de movilidad de los territorios a partir de los análisis de la epidemia ofrecidos por el Minsap que, aun cuando no se pueden considerar positivos y todavía apuntan a una elevada incidencia de la enfermedad, porque consideran que se presentan condiciones para ir dando pasos graduales en la reapertura de los servicios presenciales y restablecer lo cerrado en largos meses.

El doctor Durán García, director nacional de Epidemiología del Minsap, ha señalado la preocupación de las personas sobre la reapertura de algunos servicios en momentos en que continúan altas las cifras de casos de COVID-19, ya que los últimos meses han sido muy complicados en cuanto al número de casos y de fallecidos. En una serie de provincias, Matanzas, La Habana, Cienfuegos, Ciego de Ávila, Santiago de Cuba, Guantánamo y Mayabeque, y el municipio especial la Isla de la Juventud se observa una cierta estabilidad, lo que no quiere decir que no haya transmisión, sino que son territorios que han logrado un control de la transmisión, con las medidas adoptadas y con el avance de la vacunación.

Las aperturas van a estar precedidas de una comisión que evalúa, en cada municipio y provincia, qué centro reúne las condiciones y cuál no las cumple para abrir. Un centro, sin agua potable no reúne las condiciones. Por eso están haciendo la certificación inicial, pero después viene un proceso de inspección sanitaria estatal para que se mantengan las medidas. La cuestión es cómo antes de la pandemia se autorizó a centros sin agua corriente funcionar, pero esa es otra cosa.

El doctor insistió que la higiene de las personas que manipulan los alimentos, y aún más aquellos que simultáneamente también manipulan el dinero, será esencial, y en las áreas de elaboración y almacenamiento de alimentos (frutas y verduras o precocinados) debe haber una higiene extrema y un proceso de desinfección de las superficies continuo a la vez que se protegen los alimentos para evitar su contaminación. Los dispositivos para higienizar a la población, como el gel hidroalcohólico brillan por su ausencia, y los guantes o las mascarillas escasean y son complicados de conseguir. ¿Cuántos pequeños paladares podrán asumir los costes de estos procesos de desinfección en sus precios?

El doctor Durán destacó que el pueblo de Cuba estará inmunizado con al menos la primera dosis de las vacunas antes de finalizar el mes de septiembre. Pero señaló al respecto que la vacunación no evita que alguien se pueda contagiar. Conviene recordar que el proceso de vacunación en el país no ha sido valorado por la OMS en ninguno de sus informes, como tampoco se han certificado las vacunas, de modo que continúa sin ofrecer unos datos objetivos que avalen la decisión de reapertura en determinadas zonas del país. Cualquier protocolo de salud establecido a partir de las condiciones epidemiológicas actuales debe tener en cuenta que con 7.000 y 8.000 casos diarios de COVID-19 detectados, Cuba sigue estando muy lejos de una nueva normalidad, y, ante todo, procede mantener cautela para evitar males mayores. O arriesgarse a lo que pueda pasar, que parece ser la posición oficial.

Las decisiones del régimen afectan a la gastronomía, donde se piensa restablecer los servicios en mesa, barra y mostrador en el interior de las unidades que cumplan los requisitos de ventilación. No se permitirá reanudar el servicio en locales cerrados y se exigirán las distancias de dos metros entre las mesas. Los locales cerrados son la mayoría, y con dimensiones muy reducidas. pertenecen al sector privado y por cuenta propia.

De momento, no se va a mantener el servicio de mesa buffet, pues los medios los manipulan varias personas y en este momento puede ser una vía de transmisión, a la vez que se insistió em la necesidad de extremar las medidas higiénico-sanitarias tanto por parte de las unidades como la población. Se potenciará el servicio por reservaciones en todas las unidades con condiciones para ello, para evitar colas, aglomeraciones y la espera de las personas, por medio de vía telefónica y virtual. Pero ¿existe realmente esa práctica en la sociedad cubana o estamos hablando de otra cosa?

Las autoridades muestran su preocupación por el desabastecimiento de productos fundamentales y por ello, anuncian una “reapertura necesaria, pero con mucha autogestión, accediendo al mercado mayorista en MLC, con relaciones con las formas productivas y productores independientes”. No cabe duda de que parecen tener en cuenta que las nuevas normas que autorizan la entrada de todo tipo de mercancía procedente del exterior por los viajeros que lleguen al país, serán una de las vías fundamentales de suministro para los negocios, al menos para el sector privado.   

Se plantea que los horarios sean diferentes (acaso se pretende que la gente modifique sus horarios de almuerzo o comida) según lo adoptado por cada provincia, manteniendo los servicios a domicilio, tanto en las unidades que van a brindar los servicios de forma presencial como en las que no puedan, porque no cumplan los requisitos. Para evitar aglomeraciones, se pretende adaptar a la normalidad toda la oferta de bienes y servicios en el sector de comercio, como si ello fuera posible así, sin más. Vuelvo a lo mismo de siempre, ¿Qué sentido tiene ampliar la comercialización si luego no existe mercancía para ofrecer a los clientes?. Siempre el cántaro antes que la vaca.

También han revisado el nivel de los servicios que deben funcionar en paralelo a la gastronomía, como transporte, servicios jurídicos, planificación física. El objetivo de las autoridades es que la población obtenga una reanimación y reactivación desde el punto de vista social y psicológico de los servicios de la gastronomía.  Esa reanimación sociológica es cuanto menos sorprendente, habrá que ver en qué consiste.

Sin lugar a duda, la prueba de fuego será La Habana. La capital urge una reanimación económica y de servicios después de un año y medio de pandemia del COVID-19. La capital de la nación lleva siete semanas consecutivas con un descenso de la tasa de incidencia y, al mismo tiempo, por supuesto, la positividad. 

Recordó que antes de este tiempo se promediaba diariamente alrededor de 1.900 casos positivos por día, pero hoy son 450, gracias a que se han adoptado decisiones como el proyecto de transformar 65 barrios en la ciudad, que incluye la reparación de escuelas, consultorios, parques y bodegas, y ha tenido una participación importante de toda la población. Se han entregado libretas de abastecimiento y, al mismo tiempo, se ha realizado la legalización de aquellas viviendas que reúnan las condiciones para este trámite, lo cual facilita la vida de la población.

El primer paso a la reanimación vendrá con la reapertura gradual de las unidades gastronómicas, prestando servicios a la mesa, en barras y mostradores o en el interior de salones y canchas, en todas las tipologías de unidades, garantizando una distancia entre las mesas y las personas, evitando las aglomeraciones y concentraciones de personas en el exterior de los establecimientos, y para ello hay que tomar medidas en lo interno de las unidades para que el servicio sea por medio de reserva. Será interesante comprobar cómo lo consiguen.

En el caso de los círculos sociales, abrirán a partir de una coordinación con la Central de Trabajadores de Cuba y sus sindicatos. La prestación de servicios en estas unidades será hasta las 9:30 de la noche, y por eso el cierre en la ciudad será a partir de las 10:30. Se han organizado también grupos de trabajo para evaluar el comportamiento de la actividad de estos centros y el aseguramiento de recursos para su funcionamiento.

En La Habana se han seleccionado 533 unidades, que incluyen establecimientos por cuenta propia, las unidades de Palmares, Egrem, Artex, Cimex, la Oficina del Historiador de La Habana y los círculos sociales. En total, son 315 restaurantes, 37 de la red de restaurantes de la provincia, 95 cafeterías, 14 pizzerías y la heladería Coppelia (en este caso se habilitarán tres teléfonos para que la población pueda acceder a las reservaciones, siempre desde el día anterior).

También se decidió la apertura de los servicios notariales, del Registro Civil y el Registro de la Propiedad hasta las 7:00 p.m. Se ha organizado la atención a la población por citas, a partir de la recogida de los documentos, para evitar aglomeraciones. 

Las autoridades señalan que todas las medidas anunciadas son aplicables tanto para el sector estatal y el no estatal. Los trabajadores por cuenta propia que están afectados, pues dependían netamente de esta actividad, van a regresar a su actividad con las mismas medidas y principios aprobados aplicables tanto para el sector estatal como el no estatal. Son medidas para reanimar la actividad económica, pero existen dudas sobre su capacidad real para remontar. 

Y en última instancia, el régimen debería preocuparse del poder adquisitivo de los cubanos, porque una inflación del 300% como la actual destruye las alzas nominales de salarios y pensiones. Pregunta: ¿De dónde va a salir el dinero para la reanimación de la economía? ¿De las remesas? No hay para tanto. Ni ellos lo saben. La economía cubana necesita mucho más que este tipo de parches para salir adelante, y tal vez este momento es el más adecuado para dar el salto adelante. No aprovecharlo es una gran pérdida.

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