Valdés Mesa buscando el incremento productivo en la agricultura cubana

Elías Amor Bravo economista

Menos mal. Tenía que llegar en algún momento y al final se ha producido. El diario Granma es testigo en una nota titulada “Solo el incremento productivo da sentido a las medidas y a los planes”, en la que se recogen unas declaraciones de Valdés Mesa que nos obligan a realizar una reflexión en esta entrada del blog.

De manera sintética, el dirigente comunista ha dicho y cito textualmente a Granma que “aunque han sido un estímulo importante las últimas medidas para el fomento de la agricultura, ni el rediseño de las estructuras, ni las flexibilizaciones en la comercialización, ni la planificación de hectáreas y per cápita de consumo habrán cumplido su rol si no empieza a notarse el incremento de productos”. Menos mal. Alguien ha decidido ponerse las pilas. A ver si ahora llegan hasta el final.

Es decir, según Valdés Mesa, las 63 medidas del ministerio de agricultura, siguen sin lograr sus objetivos. Y decir esto en una visita agropecuaria por las provincias de Ciego de Ávila y Sancti Spíritus, en referencia a la evolución del Programa de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional, no deja de ser llamativo.

Sobre todo, porque supeditar cualquier acción del gobierno al aumento de la oferta es fundamental si se quiere salir del agujero de la crisis. Si la gente no come, el malestar social continuará. Reconocer, como ha hecho Valdés Mesa, que “todavía existen muchas reservas y potencialidades por aprovechar”, tiene sentido en la medida que se está citando el verdadero origen de los problemas y lo que se tiene que corregir si se quiere producir más y hacerlo de forma competitiva.

Valdés Mesa sabe que mientras no se establezca una relación entre derechos de propiedad, explotación y producción agropecuaria, siempre se estará hablando de lo mismo. De falta de producción. Para romper ese círculo vicioso, que limita el potencial del sector agropecuario cubano, hay que empezar por el principio y dejar atrás ese postulado de la constitución comunista de 2019 que obliga a que toda la tierra sea propiedad colectiva. La tierra es un medio de producción fundamental en una nación en que 1 de cada 5 trabajadores está ocupado en la agricultura, pero esa concentración de recursos humanos en el sector no se traduce en más producción porque la distribución de los derechos de propiedad lo impide.

La tierra es de quién la trabaja, del que saca beneficio de la misma de sol a sol, del que obtiene una producción con absoluta libertad, sin condicionantes políticos comunistas, y la vende a distribuidores competitivos, que no tengan que ver con Acopio o fórmulas estatales obsoletas. El campo cubano podría así levantar cabeza y donde hoy se producen 100, pasar rápido a 300 o 400, e incluso más.

Los datos son contundentes. El nivel de productividad de la agricultura cubana se encuentra en 2020 según datos oficiales de la ONEI, un 85% por debajo de la media de la economía[1]. Simplemente con que se igualasen los niveles, se obtendría mucho más del aumento de producción del que dice Valdés Mesa, probablemente unos 8.000 millones más de los casi 3 mil millones que se producen en la actualidad. Pero insisto, para ello hay que devolver la propiedad de la tierra a quienes la explotan. Nadie se esfuerza, ni se sacrifica, ni dedica tiempo y horas de la vida a un medio de producción que nunca será suyo, y que, además, en cualquier momento, se lo pueden arrebatar.

Sin estas reformas estructurales, los dirigentes comunistas siempre estarán contando los mismos problemas, como déficits en la siembra, hectáreas ociosas, dificultades para producir lo planificado, insuficientes cosechas de hortalizas y vegetales, problemas para suministrar leche y sus derivados, etc. todo ello provocado por problemas como el pago del suministro, desacuerdos con los precios, falta de insumos y, lo que aún es más significativo, ya que es reconocido por el propio Valdés Mesa, la existencia de una demanda en el mercado informal que duplica los precios que el Estado paga a los ganaderos.

Así no se puede luchar contra un gigante de piedra que está en medio del camino. Ya no son "trabas" como diría Díaz Canel, es un auténtico embargo o bloqueo que, en el caso del sector agropecuario, practica el régimen contra la población, impidiendo que se cultiven más tierras, que se haga de forma más eficiente y que se produzca lo suficiente para dar de comer a toda la población y lograr esa sustitución de importaciones, cada vez más difícil de alcanzar.

Como dijo Valdés Mesa, “es lamentable que el incremento en las entregas de viandas, hortalizas y carnes no se corresponda con las potencialidades del territorio”. Pues ¿a qué espera? La solución no está en los municipios, ni en el autoabastecimiento o la autonomía que se les ha concedido grácilmente por el régimen para que rijan su política de comercialización. Si no hay producción, no hay nada que vender. Esto lo tuvieron muy claro los vietnamitas con las reformas del Doi Moi, privatizando toda la propiedad de las tierras comunales y colectivas. ¿Por qué en Cuba no?

De nada sirven las 63 medidas dirigidas a comercializar la oferta, si no se resuelve antes el problema principal que es la productividad, directamente relacionada con las condiciones técnicas del proceso. Los comunistas no entienden que ello es así y siguen sumidos en sus consignas ideológicas para que se logre “alimentar al pueblo”, pero este objetivo no pasa por consignas, sino por realidades y sentido común, y ya toca.   



[1] La productividad de la economía estimada es 23.117 pesos y la del sector agropecuario, 3.545 pesos.

Comentarios

  1. Siempre me asombraba que hay tantos hectares que se quedan en Cuba que no estan cultivados. O que la gente no tiene huertos atras o encima las casas. Construye un huerto de macetas en la placa de mis suegros y los traje semillas para que se sembren y coman mejor. Despues de un ano, me dijieron que estaba "demasiado trabajo" a sembrar. Ahora, se quedan sin comida esperando las donaciones de otros paises o que el gobierno los entrega un poco de pollo. Increible! Mientras el sistema central de planificacion es el problema mas grande, parece que la gente falta la voluntad a ayudarse. Lo que Cuba necesita es un cambio de pensar, no solo el gobierno, pero los ciudadanos tambien.

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