Arrancó la tómbola de las mipymes en Cuba.

 Elías Amor Bravo economista

La prensa oficial castrista publica notas para dar a conocer que ya fueron aprobadas las primeras 35 mipymes. Aprobadas por el ministerio de economía, es decir, el gobierno, es decir, la jerarquía comunista que dirige el país. Es evidente que en Cuba la libertad de empresa está proscrita. Para poder ser empresario, se tiene que recibir el visto bueno de quien manda. Garantía de obediencia debida. Esa es la realidad, y no otra. ¿Funcionará?

Este primer grupo de mipymes aprobadas por el gobierno está formado por 32 empresas privadas y 3 estatales, y todas ellas, obedecen a las prioridades establecidas por el gobierno. No solo no es libre la creación de empresa, sino que se tiene que someter a la decisión del régimen de establecer una serie de actividades preferidas por la autoridad y que solo pueden ser objeto de crear empresa. Si se presenta un proyecto fuera de esta preselección, ni caso. O en el mejor de los escenarios,  pasan a un cajón de sastre a la espera de si el régimen tiene a bien dar su autorización.

Segunda derivada. El proceso no solo está controlado y dirigido por la jerarquía comunista, es que las solicitudes se tienen que someter a un proceso absolutamente arbitrario en el que las cuestiones “políticas” pueden ser determinantes de la decisión. Control absoluto, injerencia y arbitrariedad de la decisión no son los valores más adecuadas para presenciar el nacimiento de la mipyme en Cuba. Comparado con lo que sucede en el resto del mundo, no tiene nada que ver.

Pero hay algo más, la nota oficial destaca que 20 de los nuevos negocios son resultado de la reconversión de trabajadores por cuenta propia a la nueva forma de gestión no estatal, siendo en este caso, la opción mayoritaria, el 57% del total, en tanto que los otros 15 proyectos son de nueva creación. Es decir, la amplia mayoría de proyectos aprobados ya se encontraban funcionando y, en alguna medida, lo que buscan es ampliar la escala de la producción y conseguir personalidad y alguna garantía jurídica, dado que en el ejercicio del trabajo por cuenta propia son más débiles. 

La reforma está propiciando más la reconversión de lo que ya existe, que la aparición de estructura económica nueva, y eso no es bueno y debería ser objeto de la máxima atención. Lo que el sector empresarial necesita en Cuba es ensanchar su base. Por esta vía de reconversión de unas actividades en otras, no lo conseguirá.

Por otra parte, dentro de las actuaciones prioritarias, 13 proyectos son de producción de alimentos, 6 de manufactura, 3 están relacionadas con actividades de reciclaje y 3 con asiento en el Parque Científico y Tecnológico de La Habana. Las nuevas empresas están distribuidas en 11 de las 15 provincias del país, de acuerdo con la información del sitio web del Ministerio de Economía y Planificación (MEP). 

El régimen mueve las fichas en el tablero, siempre a su favor, como no podría ser de otro modo. Y con ello, además, traslada un mensaje a los nuevos “empresarios”. Están bajo control del gobierno y lo mismo que hemos dado la autorización, podemos retirarla en cuanto nos plazca. Es la cuestión de las garantías jurídicas, que sigue pendiente de la expropiación y confiscación que se establecen en la constitución de 2019.

La nota de prensa oficial señala que “poco a poco se abren paso nuevos actores económicos” y tal vez sea lo único en que tienen razón, ya que ser empresa en Cuba no es, ni será, fácil con el modelo económico y social imperante en el país.

Otros datos son igualmente significativos. De la información facilitada se sabe que solo 10 de las empresas autorizadas han realizado operaciones de exportación (menos de la tercera parte, lo que ofrece una idea de lo poco desarrollado que está el comercio exterior en la economía cubana y lo inútil que ha sido el tipo de cambio oficial de la Tarea Ordenamiento) y 5 empresas pertenecen a proyectos de desarrollo local, una ínfima parte a pesar de la insistencia del régimen en apoyar esta fórmula de explotación de recursos a escala municipal.

Las autoridades destacan que, de momento, las solicitudes para la creación de mipymes se encuentran en proceso y hasta ahora ninguna ha sido rechazada. Este primer paquete de 35 empresas se puede calificar de hecho histórico, porque aun cuando este modelo de empresa no sea el más adecuado para funcionar en una economía, su entrada en vigor supone un rechazo a las actuaciones emprendidas por el régimen comunista entre 1959 y 1968, años en los que se fraguó un proceso de confiscaciones y expropiaciones del capital empresarial privado existente en la nación desde sus orígenes.

Tras ese vacío histórico, solo suplido por maltrechas empresas estatales e ineficientes organismos del sector presupuestado que nada tienen que ver con el espíritu empresarial privado, el regreso de la empresa privada a la economía cubana, aunque sea con un corsé asfixiante de injerencia, limitaciones y arbitrariedades políticas, es una magnífica noticia para quienes creemos en estas entidades como agentes del cambio económico y social.  

http://www.cubadebate.cu/noticias/2021/09/29/aprobadas-las-primeras-35-mipymes-privadas-y-estatales-en-cuba/


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