Economía cubana: de lo temporal a lo eterno, pasando por el embargo/bloqueo

Elías Amor Bravo economista

El modelo económico y social comunista cubano está agotado y no da para más. De sobra lo saben los dirigentes, que no hacen más que confirmar que ya no hay futuro para el marxismo leninismo en Cuba, por mucho que sigan pensando en el plan como el remedio de todos los males, o en la empresa estatal como columna vertebral del desaguisado económico.

Ahora, ante la falta de ideas y de iniciativas para promover los cambios que necesita realmente la economía cubana, se observa cómo las soluciones parciales y/o temporales acaban convirtiéndose en permanentes. Ya pasó con las tiendas en MLC, que abrieron en su momento, como dijo el ministro Gil, de forma temporal y para dar respuesta a un problema temporal de falta de divisas, y llevan dos años funcionando

Lo que incluso se calificó como una ofensa para el modelo de sociedad, se ha extendido por todo el territorio nacional y además, ya comercializan todo tipo de bienes, insumos, servicios y lo que sea. Una solución temporal, impuesta por las circunstancias, se ha acabado convirtiendo en permanente, y los cubanos sufriendo en sus propias carnes el problema de conseguir dólares o euros para comprar en esas tiendas de lujo, lo que les niega la distribución normada socialista. Ver para creer.

Y para seguir con la misma tónica resulta que la Resolución número 309, publicada en la Gaceta Oficial No. 62 Extraordinaria del pasado 16 de julio de 2021 por la que el Ministerio de Finanzas y Precios que autorizaba hasta el 31 de diciembre del 2021, la importación de alimentos, aseo y medicamentos en equipajes acompañados de los pasajeros, se ha prorrogado en el tiempo. Otra vez lo mismo.

Recordemos que esta medida se aplicó tras las protestas sociales del 11J que mostraron el alto y extendido grado de desafecto de la sociedad cubana con su régimen y el modelo económico comunista. Las autoridades aplicaron la libre importación para contener el malestar y evitar nuevas protestas que pusieran en peligro el statu quo. Y de ahí que, por medio de esta resolución, se logró en poco tiempo que los mercados informales que abastecen a la población volvieran a funcionar y los trabajadores por cuenta propia implicados en estas actividades lograsen beneficios importantes.  Por cierto, nada que cuestionar respecto a estos resultados.

El problema ahora es que las cosas deben ir mal, la economía no levanta el vuelo, y el régimen no las tiene todas consigo. De hecho, se ha cubierto las espaldas al anunciar que, “considerando que persisten las limitaciones de ofertas de los productos como alimentos, medicamentos y de aseo” motivadas, ¿Cómo no?, esto es lo mismo de siempre, “por el recrudecimiento del bloqueo económico, financiero y comercial del gobierno de los Estados Unidos” y "el impacto de la crisis económica mundial provocada por la COVID-19", se adopta la decisión de continuar aplicando estas medidas, y en concreto se autoriza la prórroga a partir del 1 de enero del 2022 y con “carácter temporal” hasta el 30 de junio de este año, la importación sin carácter comercial de alimentos, aseo y medicamentos, por la vía de pasajeros como equipaje acompañado, sin límites en valor y cantidades, y libre del pago de los aranceles. ¿Carácter temporal? ¿?Hasta el 30 de junio? Bueno, ya veremos. No hay ningún indicador que anuncie una mejora de la economía en los próximos meses. Y nadie está haciendo lo necesario para que los motores internos de la economía funcionen.

El anuncio señala también que se prorrogan, igualmente hasta el 30 de junio del 2022, los beneficios arancelarios otorgados mediante las resoluciones 318 y 321 de julio de 2021 por el Ministerio de Finanzas y Precios, relacionados con la importación de estos productos por las entidades estatales y asociaciones económicas internacionales, así como para los insumos y materias primas que entidades estatales importen para las formas de gestión no estatales. Y se se seguirá brindando información a la población en los próximos días, a través de los medios de comunicación nacionales, los sitios web y perfiles institucionales en las redes sociales del Ministerio de Finanzas y Precios y la Aduana General de la República.

Por otra parte, se exige que aquellos viajeros que deseen disfrutar de estos beneficios deben diferenciar en el equipaje los productos, acompañados de los artículos de otra naturaleza. Se estima que por esta vía han entrado varios millones de pesos a Cuba desde la entrada en vigor de la medida, y al término de este nuevo período, posiblemente se esté hablando de millones de dólares, ya que el flujo va a aumentar conforme los vuelos se reanuden entre los principales mercados de suministro y la isla.

De modo que las tiendas en MLC, que han acabado siendo un negocio para las arcas del estado, y la importación de alimentos, aseo y medicamentos por los viajeros, se mantienen como medidas del gobierno para suavizar las condiciones de vida de la población. Medidas críticas que provocan notables desigualdades sociales que acarrean el malestar que sigue existiendo en la sociedad y la desconfianza de los cubanos en los dirigentes comunistas. No se conocen experiencias similares en otros países del mundo que hayan llevado a cabo los gobiernos de distintas ideologías.

En el caso cubano, esta anormalidad va directamente asociada a la incapacidad manifiesta del régimen para ordenar y hacer productiva la economía. Hay algo que se tiene que poner encima de la mesa. Cuba puede hacerlo y lo demuestra todos los días. No tiene sentido que se tengan que traer medicamentos del exterior por los viajeros, cuando se anuncia por otro lado que Biocubafarma anda vendiendo millones de dólares en medicinas a Venezuela o regalándolas a otros países. No tiene sentido que se autorice la importación de productos de aseo que se podrían fabricar por una industria nacional que existe y puede asumir el reto, y en cuanto a los alimentos, las 63 medidas anunciadas por el ministro no han dado resultado ni lo darán.

El fracaso del modelo económico y social de los últimos 62 años es absoluto, pero siempre hay un culpable externo al que atribuir toda la responsabilidad, ya sea el COVID-19 o como siempre, el embargo/bloqueo. La cuestión aquí es ¿hasta cuándo el pueblo cubano se creerá este tipo de mensajes y proclamas y, en qué momento dirá basta, y pondrá fin al continuo quebranto del sistema económico nacional? Esta es la verdadera cuestión, y toca ya.

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