El problema migratorio cubano no es de normas, es y será económico
Elías Amor Bravo economista
El director de asuntos consulares y de cubanos residentes en el exterior del Minrex, Ernesto Soberón, ha declarado a la prensa estatal que “una relación migratoria más normal contribuiría a disminuir el potencial migratorio”.
Que esta sea la posición de los dirigentes comunistas cubanos con respecto a las nuevas medidas migratorias de la administración de Estados Unidos, viene a confirmar dos cosas. O que están ciegos de ideología para comprender lo que ocurre en la realidad que les rodea, o que realmente apuestan por una visión distorsionada de los hechos con el objetivo de salirse con la suya, mantenerse en el poder, ganar tiempo. Las dos pueden ser posibles. En esta entrada del blog reflexionamos sobre ello.
La ideología puede cegar el análisis de la realidad. Este es un hecho más que evidente cuando no se aborda una explicación real y coherente de por qué Cuba en 2023 tiene casi 3 millones de nacionales y descendientes residiendo fuera de las fronteras nacionales, ocupando el primer puesto a nivel mundial en cuanto a porcentaje de ciudadanos nacidos en Cuba que viven en el extranjero.
Esta es una realidad que el régimen comunista sortea y que arrancó desde los primeros tiempos de la llamada revolución. La salida de cubanos al exterior en busca de libertad y mejores condiciones de vida ha sido una constante histórica no exenta de dificultades ya que durante años las autoridades de frontera de Cuba impedían cualquier salida de los balseros y abandonar el país no resultaba fácil con las prohibiciones. Hubo que esperar a Raúl Castro para que se flexibilizaran las normas.
Por el contrario, en estos 64 años de régimen comunista, Cuba apenas ha recibido emigrantes del exterior como ocurría antes de 1959. La ideología del régimen no ha dado explicaciones ni a un proceso, el de salida, ni el de llegada, los emigrantes. Ni los haitianos varados en las playas orientales de la Isla desean quedarse en el paraíso de los trabajadores. Cuba no interesa a nadie. Insisto, la ideología del régimen nunca ha abordado estas cuestiones.
El caso es que Ernesto Soberón tiene delante de sus ojos una de las diásporas más grandes del mundo, tanto cuantitativa como cualitativa, y su posición es ciega. Tan solo se limita a cuestionar las nuevas medidas migratorias de la administración de Biden para desarrollar las vías reglamentarias para una migración ordenada y, en vez de asumir que algo se tiene que hacer, se escuda en atacar al gobierno de Estados Unidos porque en su opinión, alegando que estas nuevas medidas acarrearán nuevas consecuencias para quienes no las utilicen.
¿Qué lleva a Soberón a decir este tipo de cosas? Pues muy simple. Su ceguera ideológica le impide afirmar que el problema de la salida de cubanos al exterior está en la esencia del régimen comunista y la influencia negativa que ejerce sobre las libertades y las aspiraciones económicas de una gran parte de la sociedad cubana.
No es un tema de cambiar la normativa migratoria, sino de entender que si los cubanos se han ido de Cuba durante 64 años es porque existe en la Isla un régimen que les obliga a huir. Y no conviene olvidar que cuando un haitiano, un nicaragüense o un hondureño se van a otro país a trabajar y vivir, realmente pueden regresar al suyo cuando quieren y de hecho, muchos lo hacen tras una vida en el exterior.
En cambio, muchos cubanos de la diáspora no pudieron volver y murieron en el exilio, y otros no pueden volver a Cuba porque no quieren regresar a un país destruido, o están regulados. Esa es una realidad a tener en cuenta porque el régimen también ha ejercido represión contra los cubanos que decidieron salir del país. La inteligencia cubana en el exterior, una de las más grandes del mundo, se ha empleado a fondo en ello con recursos económicos que nunca han escatimado en gastos.
Y si existe ceguera ideológica en el régimen para dar una explicación al problema de la diáspora, que es una vergüenza internacional para el estado comunista cubano a nivel mundial, a la hora de distorsionar la realidad el régimen ha ganado experiencia y en el momento actual, ganar tiempo, se ha convertido en una prioridad absoluta.
Las decisiones de la administración Biden vienen como “agua de mayo” porque a partir de ahora, los cubanos y nacionales de otros países de América Latina, que crucen irregularmente la frontera con Panamá, México o Estados Unidos no podrán acogerse al proceso de parole y serán expulsados a territorio mexicano.
Y esa decisión que pretende poner orden en la emigración irregular consentida por varios gobiernos de América central y que estaba siendo una válvula de escape para que los cubanos pudieran abandonar el país, ha permitido a Soberón utilizar el arma de la propaganda, que es la que mejor utiliza el régimen comunista de La Habana.
Por ello, unas medidas que quieren regular la emigración, para Soberón deberían ser “una política más racional de parte de Estados Unidos y el cumplimiento integral de los acuerdos migratorios suscritos demostraron, en el año 2017, que resulta posible disminuir drásticamente la emigración irregular, desordenada e insegura de ciudadanos cubanos hacia territorio estadounidense”.
¿A qué llama Soberón una relación migratoria más normal? Pues a todo tipo de facilidades como las que se abrieron para Cuba en tiempos de Obama, como por ejemplo las visitas temporales entre los dos países, lo que, en su opinión, podría “disminuir el potencial migratorio y los intentos de entrar a Estados Unidos por vías y con prácticas irregulares; al tiempo que favorecería la comunicación entre las familias cubanas”. Los cubanos que se marchan de Cuba no quieren soluciones temporales, huyen de la Isla cárcel dejando atrás todo.
Y no contento con este desahogo, Soberón declara que “las autoridades cubanas han alertado durante años al gobierno de Estados Unidos sobre los riesgos del estímulo a la emigración irregular, con la vigencia de la Ley de Ajuste Cubano y el trato privilegiado y políticamente motivado que reciben los cubanos que llegan a territorio de EEUU o su frontera”. ¿Cuántos años Soberón? ¿De qué alertas está hablando cuando hace apenas 25 o 30 años los guarda fronteras comunistas disparaban contra los compatriotas que intentaban huir del régimen?
Soberón además califica de negativo para la situación migratoria “el incumplimiento injustificado desde 2017 del compromiso de otorgar un mínimo de 20 mil visas anuales y el cierre también injustificado del procesamiento de visas en la Embajada de Estados Unidos en Cuba”, pero no dice por qué esos servicios se suspendieron (ataques sónicos a los empleados de la embajada) ni tampoco que ya se ha vuelto a la normalidad.
Lo cierto es que, por ejemplo, Cuba mantiene relaciones migratorias con numerosos países, como España por ejemplo, pero los cubanos en masa, prefieren establecerse en Estados Unidos. Otro mensaje que Soberón no atiende ni explica, pero que debería tener bien claro porque es el que llega más claro y rotundo sobre el fracaso del régimen político de La Habana. Y de ahí a culpar la salida masiva de cubanos en el momento actual al reforzamiento del bloqueo económico desde 2019 y el deterioro de las condiciones económicas, que solo es responsabilidad de la aplicación de la tarea ordenamiento en un momento nada favorable para ello. Da igual, siempre en 64 años ha habido cubanos dispuestos a escapar del régimen.
Soberón se reafirma en que “la política migratoria de Cuba facilita el viaje de sus nacionales hacia el exterior y el regreso a Cuba, de manera regular, ordenada y segura. El incremento sostenido de los viajes, en un sentido u otro, previo y posterior a la pandemia, así lo constata”.
Quédense con este término, “migración regular, ordenada y segura entre Cuba y los Estados Unidos” porque de ello se va a hablar y mucho en los próximos meses. La Habana ha descubierto que, además del embargo, puede atacar al vecino del norte por este tema. Ya empezó. En realidad, todo es bien distinto, cuando casi 300 mil cubanos se deshacen de todo lo que tienen, se despiden de sus familias para siempre y se lanzan al mar en balsas o a la aventura de la selva centroamericana para llegar a Estados Unidos, hay algo que no funciona en Cuba.
Un fenómeno que no es una cuestión de normas migratorias o de acuerdos bilaterales con Estados Unidos, que se puedan cumplir o no, sino que hay razones muy profundas para que la gente reaccione de este modo, asumiendo que en su país no hay futuro, no hay nada que hacer, que el estado ha fracasado y se lanzan al exterior en busca de libertad. Soberón debería rectificar.
Siempre los razonamientos del prof elias muy acertados y reales yo en radio Martí lo oigo siempre , seria un buen ministro de economía en una cuba libre
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