Unos presupuestos inadecuados para la economía

Elías Amor Bravo economista

En el programa televisivo Mesa redonda, de ayer se presentaron los presupuestos del estado para 2023 que fueron publicados como Ley 157, en la Gaceta oficial del 29 de diciembre.

Un presupuesto que se puede calificar de poco creativo, continuista, volcado en asumir funciones que van más allá de las capacidades del estado. Un presupuesto desequilibrado, porque nace con déficit estructural, que genera endeudamiento acumulado y tensiones monetarias con su correlato de depreciación del peso y aumento de la inflación, entre otros.

Un presupuesto que, como viene siendo habitual, no se cumplirá, y volverá a plantear de nuevo el tema candente de la escasa credibilidad y confianza que se puede tener en los dirigentes de la economía. En suma, el peor presupuesto para afrontar un escenario de grave crisis, en el que se deberían preparar unas cuentas distintas que permitieran afrontar los problemas con las mínimas garantías.

Un presupuesto basado en una larga Ley con 101 artículos, clasificados en ocho capítulos, con diferentes estructuras, por ejemplo, el VIII que se refiere al sistema tributario, está compuesto por 11 secciones. Curiosamente, el resto de capítulos son menos extensos. También hay cinco disposiciones especiales y siete disposiciones finales. Un largo y complejo articulado para regular el funcionamiento presupuestario del estado en la economía de planificación e intervención central que caracteriza a Cuba.

Un presupuesto que presenta numerosas deficiencias técnicas, y que se sustenta en la posición ideológica comunista sobre la economía, no puede cumplir ni sus funciones redistributivas, porque no hay nada que repartir, ni tampoco asignadoras porque el estado no puede soportar todo el peso de la actividad económica, y mucho menos contribuir a la estabilización económica que es el principal reto que se tiene que conseguir, en el que están de acuerdo todos los economistas.

Un presupuesto de mero trámite, burocrático en exceso, muy poco relacionado con el otro instrumento intervencionista de la economía, que es el plan económico, y que apuesta por el aumento de la presión fiscal en un intento de recaudar más ingresos en una economía estancada.

Y para lograr entender lo poco que representa el presupuesto de realismo económico, quizás valga la pena detenerse un instante en el artículo 1 que establece los principios en que se sustenta el presupuesto. Pues bien, una somera lectura de los mismos viene a mostrar notables contradicciones que anticipan que va a ser muy difícil gestionar las cuentas de la nación si se combinan todos los frentes abiertos, a saber:

a) Reducir gradualmente el déficit fiscal.

b) Continuar financiando los programas y políticas sociales de la Revolución.

c) Exigir un uso más eficiente de los gastos corrientes en el sector presupuestado.

d) Restringir el crecimiento de los gastos de personal en las unidades presupuestadas.

e) Realizar la entrega de subsidios a personas naturales para acciones constructivas en sus viviendas.

f) Destinar recursos provenientes de las recaudaciones de la Contribución Territorial para el Desarrollo Local.

g) Proyectar las soluciones financieras, con un enfoque integral, en las empresas que presentan pérdidas o un deterioro en sus resultados económicos.

h) Continuar la ampliación de los servicios y facilidades a los contribuyentes.

i) Continuar avanzando en el perfeccionamiento del Sistema de Tesorería.

j) Implementar con efectividad y sostenibilidad las Directivas Generales aprobadas por el país para enfrentar resueltamente las ilegalidades, indisciplinas y manifestaciones de corrupción.

Quien mucho abarca poco aprieta. Y lo peor es cuando aparecen contradicciones. ¿Cómo se puede reducir el déficit fiscal cuando al mismo tiempo se plantea, continuar la ampliación de los servicios y facilidades a los contribuyentes o financiando los “programas de la revolución”?

El segundo dato para destacar de la Ley es que el presupuesto de 2023 una vez más se presenta en desequilibrio. Las autoridades huyen de la necesaria, y urgente, consolidación fiscal y preparan unas cuentas con un déficit estimado en 68.126,6 millones de pesos. Ese agujero en las cuentas viene provocado por el importe descomunal de los gastos, 347.896,3 millones de pesos, frente a unos ingresos de 279.769,7 millones que se quedan cortos, pero que, como se verá, aumentan más.

Dentro de los gastos, destaca el elevado coste de la actividad presupuestada, la que depende directamente del estado, 251.222,3 millones, que supone el 72% del presupuesto de gastos totales, seguido de la Transferencia a la actividad no presupuestada (donde se encuentran las empresas estatales) por importe claramente inferior, 52.067,2 millones de pesos, el 15% del total. Las inversiones, tan necesarias para superar los estrangulamientos de la economía, apenas alcanzan 43.000 millones de pesos, el 12%.

En cuanto a los ingresos, los tributarios por importe de 150.608,6 millones de pesos superan escasamente a los no tributarios, 135.519 millones de pesos, que siguen siendo una fuente principal de recaudación para las arcas del estado comunista. Como novedad, aparece una partida de Contribución a los proyectos de desarrollo local por 3.257,9 millones de pesos, que ya se verá si se concreta en algo.

El presupuesto de la seguridad social también se presenta desequilibrado, con un déficit que resulta de unos ingresos de 27.296,6 millones de pesos y unos gastos corrientes que prácticamente duplican la cifra anterior, hasta 45.896,2 millones de pesos. El agujero financiero se tiene que cubrir por el estado, con 18.609,6 millones de pesos. Un escenario que irá agravándose en los próximos años.

Esto es así porque el mecanismo de financiación es insostenible. En el artículo 20.1, se establece, en el 14 % el tipo impositivo de la contribución a la seguridad social, exigible a las entidades y a los actores económicos no estatales que empleen a los beneficiarios del régimen general de la seguridad social. La normativa en materia de seguridad social deberá ser sometida a revisión para evitar que el sistema entre en suspensión de pagos o quiebra.

Al presentar los presupuestos en déficit, la otra nota negativa es el nivel de endeudamiento.

En el artículo 44 se establece que el importe de la deuda pública contraída en el año 2023 asciende, como máximo a 120. 867,7 millones de pesos, que es la suma del déficit del presupuesto de 2023, de las amortizaciones de deudas con vencimiento en el año 2023, la activación de cartas de garantías presupuestarias y otros títulos emitidos como resultado del ordenamiento monetario y financiero que corresponde pagar en ese año, las garantías soberanas y otras garantías activadas. 

Y como viene siendo habitual, la financiación de ese abultado nivel de deuda se realiza mediante la emisión de bonos soberanos de la República de Cuba, que son adquiridos por el sistema bancario nacional conforme a lo establecido por el Ministro de Finanzas y Precios. A tal fin, se faculta al Ministro de Finanzas y Precios a emitir bonos soberanos de la República de Cuba, con un plazo de amortización desde 1 hasta 20 años y una tasa de interés promedio del 2,5% por cada emisión. Financiar el déficit le sale gratis al régimen, inyectando liquidez en la economía, lo que debilita el peso y aumenta la inflación.

El documento presupuestario aborda otras cuestiones no menos relevantes, como los presupuestos locales, la contribución territorial, los subsidios a los materiales de construcción, los sistemas de tesorería y de contabilidad gubernamental, en tanto que el Capítulo VIII el más extenso, se dedica a la cuestión de los ingresos tributarios, con una detallada descripción de las 23 figuras disponibles para recaudar, a) Impuesto sobre los Ingresos Personales; b) Impuesto sobre Utilidades; c) Impuesto sobre las Ventas; d) Impuesto Especial a Productos y Servicios;  e) Impuesto sobre los Servicios; f) Impuesto por la Ociosidad de Tierras Agrícolas y Forestales; g) Impuesto sobre el Transporte Terrestre; h) Impuesto sobre la Propiedad o Posesión de Embarcaciones; i) Impuesto sobre la Transmisión de Bienes y Herencias; j) Impuesto sobre Documentos; k) Impuesto por la Utilización de la Fuerza de Trabajo; l) Impuesto por el Uso o Explotación de las Playas; m) Impuesto por el Vertimiento Aprobado de Residuales en Cuencas Hidrográficas; n) Impuesto por el Uso y Explotación de las Bahías; ñ) Impuesto por la Utilización y Explotación de los Recursos Forestales y la Fauna Silvestre; o) Impuesto por el Derecho de Uso de las Aguas Terrestres; p) Impuesto Aduanero; q) Contribución a la Seguridad Social; r) Contribución Especial a la Seguridad Social; s) Contribución Territorial para el Desarrollo Local; t) Tasa por Peaje; u) Tasa por Servicio de Aeropuertos a Pasajeros; y v) Tasa por la Radicación de Anuncios y Propaganda Comercial. Casi no hay letras en el alfabeto para enumerarlas como hace la Ley.

Por último, interesa comparar el presupuesto de 2023 con el mismo del año anterior (ambos iniciales) para comprobar si los diseños varían en alguna medida y el comportamiento de las principales partidas. El Cuadro del anexo recoge la información. Los presupuestos son de absoluta continuidad. Del cuadro cabe destacar, que el presupuesto inicial de ingresos aumenta un 21,5% (brutos o netos, crecen lo mismo) en tanto que los gastos crecen en un 13,6%. Un aumento de la presión fiscal que recaerá sobre todos los ciudadanos y actores económicos, y que no permitirá corregir el déficit.

En los ingresos, los tributarios aumentan un 35,7% en tanto que los no tributarios lo hacen un 10,8% menos. En los gastos, los que sostienen la actividad presupuestada crecen un 11,9%, pero los gastos financieros de la deuda, a pesar de las favorables condiciones que sostienen la misma, aumentan un 35%, lo que indica las dificultades crecientes de control monetario.

Además, las transferencias que sostienen la actividad no presupuestada aumentan igualmente un 31,3% poniendo fin a los ajustes anunciados en la tarea ordenamiento. Las inversiones, que están incluidas en los gastos de inversiones y transferencias de capital apenas aumentan un 14,7%, mostrando una vez más la asimétrica preferencia del régimen por el gasto corriente.

A resultas, el déficit se reduce, pero lo hace solo en un 10,2%, un porcentaje que impide devolverlo a los niveles anteriores a la pandemia, cuando el régimen decidió su expansión descontrolada. Y ya se verá si realmente se cumple ese objetivo. Otros países han sido capaces de controlar el déficit mediante estrategias de consolidación eficaces tras la pandemia, pero en Cuba, el déficit, la deuda y su financiación, están siendo una auténtica espada de Damocles para los comunistas.

 

2023

2022

% 23/22

(1) Ingresos brutos

283.527,6

233.274,3

21,5

     (2) Tributarios

150.608,6

110.999,6

35,7

     (3) No tributarios

135.519,0

122.274,7

10,8

(4) De ellos: ingresos capital

700,0

650,0

7,7

(5) Menos: Devoluciones

500,0

500,0

-

(6) Contribución a proyectos desarrollo local

3.257,9

2.433,3

33,9

(7) Ingresos netos (1)-(5)-(6)

279.769,7

230.341,0

21,5

(8) Ingresos corrientes netos (7)-(4)

279.069,7

229.691,0

21,5

(9) Total Gastos (10+17)

347.896,3

306.168,4

13,6

(10) Gastos y transferencias corrientes (11) +(13) +(14)

304.789,6

268.596,5

13,5

(11) Gastos actividad presupuestada

251.222,3

224.580,3

11,9

(12) De ellos: gastos financieros de la deuda

3.339,9

2.474,3

35,0

(13) Transferencia a la actividad no presupuestada

52.067,2

39.666,2

31,3

(14) Reservas para gastos y transferencias corrientes

1.500,0

7.350,0

-79,6

(15) Resultado en cuenta corriente (-) (8)-(10)

-25.719,9

-38.905,5

-33,9

(16) Total Gastos de inversiones y transferencias de capital (17) +(18)

43.106,8

37.571,9

14,7

(17) Gastos de inversiones y transferencias de capital

42.906,8

37.371,9

14,8

(18) Reserva gastos de capital

200,0

200,0

-

(19) Resultado financiero (7)-(9)

-68.126,6

-75.827,4

-10,2

 

Comentarios

  1. Y el gasto de las fuerzas armadas y el ministerio del interior y todas las cárceles donde se refleja

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