A vueltas con el negocio de las remesas desde Estados Unidos

Elías Amor Bravo economista

La prensa estatal castrista se felicita por el restablecimiento de los envíos de remesas a Cuba desde Estados Unidos por parte de Western Union. Posiblemente, la principal fuente de financiación de la economía y la clave de bóveda que cierra las relaciones con el exterior, mucho más que los ingresos por turismo, vuelve de nuevo en condiciones similares a las que había antes de la interrupción de 2020. Además, parece que todo el mundo ha salido ganando en esta guerra.

Western Union accederá a un servicio que le reporta altos beneficios y que se ha mostrado como una actividad sostenible. Los cubanos con familia en la Isla envían dinero porque los lazos de sangre están por encima de las ideologías. Y estos flujos podrán aumentar a partir de ahora.

El régimen se sale con la suya, porque a partir de ahora, los beneficiarios de las remesas en Cuba tendrán la posibilidad de recibirlas directamente en sus cuentas bancarias en divisas, de los bancos Metropolitano, BPA y Bandec. Y surge un nuevo operador, Orbit SA. Más control.

Es tan importante el negocio de las remesas para el régimen que Bruno Rodríguez tuvo que salir a declarar en twitter que “Estados Unidos suspendió en 2020 el envío de remesas a Cuba de forma unilateral y con el fin de crear presión económica sobre la población cubana. Fue una de las medidas de reforzamiento del bloqueo adoptada en medio de la pandemia de la COVID-19”.

Y aquí viene la cuestión más destacada, ya que será Orbit S.A, quien asumirá un liderazgo en este negocio de las remesas.

Haciendo un poco de historia, el pasado 4 de febrero de 2022 el Banco Central de Cuba, a través de la Resolución No.7 publicada en la Gaceta Oficial del mismo día, autorizaba a Orbit S.A la prestación de servicios financieros no bancarios, entre ellos la gestión y trámites de transferencias monetarias internacionales desde el extranjero, es decir, las remesas internacionales.

Además, se autorizaba a Orbit S.A a prestar servicios de pagos desde el exterior, a través de su infraestructura, por bienes y servicios debidamente autorizados. La entidad quedó obligada a lo establecido en el Decreto-Ley 317 sobre la prevención y enfrentamiento al lavado de activos, la financiación al terrorismo y a la proliferación de armas de destrucción masiva, de 7 de diciembre de 2013 y sus disposiciones jurídicas complementarias.

E igualmente, se impuso que no podría realizar operaciones en la que se comprometiera con su patrimonio a adelantar financiación a cualquier contraparte, así como realizar operaciones reservadas exclusivamente a los bancos, salvo autorización expresa del BCC.

De modo que la sorpresa fue grande, y enseguida todo el mundo se preguntaba quién era esa Orbit SA que emergiendo de la más absoluta oscuridad, pasaba a desempeñar funciones tan relevantes. El hecho de que Orbit S.A fuera una entidad con forma de sociedad anónima, constituida con Escritura Notarial No. 54, del 3 de febrero de 2020, con sede en La Habana, impedía saber quiénes eran sus socios y propietarios de las acciones, es decir, su consejo de administración. Todo lo más, era que la Gaceta oficial disponía su inscripción en Licencia en el Registro de Instituciones Financieras y de Entidades No Financieras adscrito al Banco Central de Cuba. Una sorpresa que una entidad desconocida y sin renombre alguno pasara a ser tan relevante en un negocio tan importante para el régimen.

Evidentemente, Orbit S.A tenía que pertenecer al círculo de poder económico del régimen, más aún, cuando venía a sustituir a Fincimex, SA en las operaciones internacionales, una vez que dicha empresa fue incluida en la lista negra del Departamento de Estado de los Estados Unidos. Lo sorprendente fue que la autorización de Orbit SA se hizo coincidir en el tiempo con unas declaraciones de un funcionario del gobierno estadounidense, en las que hablaba de inminentes medidas que afectarían a las remesas y la reactivación de los trabajos consulares en la embajada de La Habana.

Todo eran incógnitas alrededor de Orbit S.A. Pero enseguida se especuló con la posibilidad de que Orbit S.A. formase parte del conglomerado de GAESA y que naciera a partir de los restos de Fincimex SA que hasta ese momento había sido la encargada de gestionar las remesas de Estados Unidos, como un tentáculo financiero de GAESA. Los dirigentes castristas apostaron por Orbit S.A., una empresa sin sanciones de Estados Unidos y con licencia del Banco Central de Cuba para que, desde comienzos de 2022 pudiera posicionarse, como así fue, en el negocio de las remesas. 

Buena prueba de ello fue la misión de Orbit S.A, definida en los mismos términos que la de Fincimex, SA; también los mismos servicios, localizada en un edificio colindante y con empleados de Fincimex SA que dejaron de trabajar en la empresa tras su cierre; incluso con los mismos sitios web de la anterior. Y, sobre todo, libre de sanciones.

Orbit S.A ha vuelto a la palestra con un apoyo y liderazgo reconocido por el régimen en el negocio de las remesas procedentes de Estados Unidos, que ronda los 8.000 millones de dólares al año.  Y si Fincimex SA actuó como contraparte de Western Union en Cuba durante la etapa anterior, ahora parece claro a partir del comunicado en la prensa estatal, que ese papel será para Orbit SA.

Sería bueno que Orbit SA tomase buena nota de las insatisfacciones y quejas de los usuarios con el servicio de Fincimex, SA como, por ejemplo, los retrasos injustificados en la recepción del dinero por parte de los destinatarios. A ello habría que añadir la tasa de cambio oficial, 1x24 que en el mercado informal cubano está ampliamente superada desde hace tiempo. Orbit S.A tendrá que operar con las reglas del mercado oficial, de modo que su competencia con los precios y ofertas que se presentan en el mercado informal va a ser muy limitada. Y luego estarían las tarifas y precios que se apliquen por los envíos, que rondan el 35%, aunque también aquí existen diferencias.

De lo que no cabe duda es que el liderazgo de Orbit S.A. en esta nueva etapa es incuestionable. De hecho, la entidad ha sido la encargada de comunicar la finalización de la fase de prueba del servicio a Cuba que había comenzado Western Union el pasado 4 de enero del presente año, en varias agencias de Florida, y que ahora se va a extender a la totalidad de localidades de su red en suelo estadounidense.

Además, los beneficiarios de remesas en Cuba van a tener la posibilidad de recibirlas directamente en sus cuentas bancarias en divisas, en los bancos Metropolitano, BPA y Bandec. Según la nota publicada en la prensa estatal, este servicio es posible gracias a vínculos comerciales suscritos con compañías financieras internacionales y favorece tanto a los destinatarios de remesas como a los remitentes de estas, al poder acceder, para su tramitación, a vías bancarias, rápidas, seguras y menos costosas. 

Pero la contraparte es que ese dinero moviéndose en el sistema bancario, pasa a ser controlado por el régimen, a diferencia del que se entrega a la gente en las agencias. La nota finalmente indicó que se mantendrá informada a la población acerca de los canales oficiales que Orbit S.A. vaya incorporando a su gestión, indicó esa compañía. Me parece que los cubanos seguirán recibiendo las remesas como hasta ahora, en el bolsillo de los viajeros. Es la forma más segura, sin duda.

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