Cuba: propuestas y acciones más "abarcadoras e inclusivas" para luchar contra la inflación en América Latina y Caribe

Elías Amor Bravo economista

No cabe la menor duda que la inflación se ha convertido en el principal enemigo a batir en todos los países del mundo, y en América Latina y Caribe, más aún. Con origen en la “salida” en tromba de las economías mundiales de los cierres provocados por la pandemia y después la guerra de Putin en Ucrania, el aumento de los precios se ha generalizado a nivel internacional, obligando a los bancos centrales a intervenir. Las políticas monetarias expansivas de la crisis de la pandemia dieron lugar a estrategias más restrictivas, con los consabidos aumentos de tipos de interés que incrementan el coste del crédito y enfrían el crecimiento económico. Prácticamente todos los países del mundo están en esa línea de acción. Todos excepto algunos de América Latina, a los que la inflación golpea con especial intensidad.

Y en ese grupo se ha situado Cuba, que ratifica su asistencia a la cumbre presidencial antiinflacionaria que va a organizar López Obrador para el 5 abril. Una decena de gobiernos de la región se han apuntado a la iniciativa que tiene como objetivo, “comprar y vender alimentos, ayudar a que no falte el abasto de algo tan importante que no se tiene en las cantidades suficientes y se han encarecido".

En una conferencia de prensa, el dirigente mexicano dijo que la inflación “mediatiza los logros económicos y sociales que se reportan en el país, como el aumento salarial y el crecimiento económico”, y a continuación anunció la vídeo-conferencia con presidentes y primeros ministros de la región, como marco para intercambiar ideas acerca de la compra y venta de productos, en particular de alimentos que es donde más golpea la inflación.

La iniciativa del presidente Obrador se centra en los alimentos, y parece que otros precios de bienes y servicios han entrado en la propuesta de agenda de forma marginal. Por ello, se reconoce que la inflación se expresa en tres sectores básicos que tienen una influencia negativa: 1) los energéticos en particular los derivados del petróleo, 2) los susodichos alimentos y 3) mercancías en general, y sobre eso trabajarán los jefes de estado y gobierno.

Pero, al final, la situación de los alimentos es la que se considera más complicada y se citaron ejemplos de países que han logrado frenar el aumento de los precios energéticos, pero que los alimentos han disparado sus precios de forma significativa, provocando problemas de alimentación para colectivos más vulnerables. Ninguno de estos dirigentes parece entender que de la misma forma que los precios de la energía se moderan, otro tanto ocurrirá con los alimentos si los gobiernos no interfieren en los procesos de ajuste, como al parecer están planeando.

López Obrador parece querer aprovechar la situación de inflación para elevar los salarios, a los que no atribuye responsabilidad alguna en el actual episodio de aumentos de precios. En su opinión, "el aumento salarial ayuda a los trabajadores, incrementa el gasto social, el consumo interno, y eso ayuda a la gente, y que haya más ingreso también es tranquilidad, estabilidad política y paz social". Con ideas trasnochadas como estas, parece que la espiral de precios y salarios está servida, y que los países que asuman planteamientos de este tipo pueden acabar mucho peor de lo que ahora están. Tiempo al tiempo.

Pero vayamos a lo que nos interesa. El régimen comunista cubano no pierde ocasión para colarse en estos foros de la izquierda de América Latina, donde todavía suelen ser bien recibidos. Se ve que la inflación en Cuba, un 44,5% en febrero, el doble que la registrada un año antes, interesa menos a los dirigentes que estar presentes en estos foros. Por eso, quien dedicó todo tipo de elogios y buenas palabras a la iniciativa de López Obrador no podía ser otro que el ministerio de relaciones exteriores Bruno Rodríguez Parrilla, quien dijo que “la propuesta de México está concebida para afrontar de manera conjunta y en modo efectivo y complementario, algunas problemáticas económicas de los países de América Latina y el Caribe”. Río revuelto a la vista, ganancia de pescadores castristas.

Bruno Rodríguez, que está siempre atento a cualquier oportunidad de proyectar internacionalmente al régimen, “exhortó a la unidad para enfrentar de modo efectivo y complementario la inflación en los países de América Latina y Caribe, al intervenir en la reunión ministerial previa a la Cumbre Antiinflacionaria, convocada por México para el venidero 5 de abril”. Pero, ¿es tan necesaria esa unidad cuando las tasas de inflación no son iguales entre los distintos países y de hecho hay algunos que apenas experimentan las secuelas del fenómeno?

Al mismo tiempo, señaló “que es clave emprender iniciativas prácticas, trabajar en las cadenas de logística, la transportación aérea y marítima y los servicios”. Será que estos aspectos inciden en la inflación de Cuba, cuyo origen, como ha quedado confirmado ha sido la combinación mortal del descontrol fiscal y la tarea ordenamiento, decisiones ambas del régimen. Y, por supuesto, Rodríguez no perdió ocasión de culpar a Estados Unidos y al bloqueo económico, comercial y financiero, "recrudecido a niveles insólitos por este país", de todos los males de la economía cubana, en concreto su inflación disparada, lo cual es falso.

Pero no contento con ello, Bruno Rodríguez adelantó lo que puede ser en la próxima cumbre, la “propuesta cubana” para luchar contra la inflación en América Latina y Caribe. Y cuidado, que se las trae. El ministro de relaciones exteriores, que ha debido consultar con sus colegas del ministerio de economía un dislate de estas características, dijo que “a partir de este primer paso, deben surgir propuestas y acciones más abarcadoras e inclusivas en el ámbito regional”.

Un mensaje críptico de estas características exige explicaciones y cuanto antes ¿Qué se entiende por “propuestas y acciones más abarcadoras e inclusivas” en la lucha contra la inflación? Se desconoce. Nadie sabe bien cómo se puede luchar contra la inflación con este tipo de planteamientos, salvo que se trate de las eternas majaderías de los comunistas cubanos. 

¿Es que acaso está exportando la idea de la libreta de racionamiento o la canasta normada que han causado desastres tan notorios en la economía cubana? ¿O es que se quiere trasladar la experiencia de precios topados, centralizados o controlados cuyos efectos negativos son bien conocidos? Algo de todo esto se puede estar masticando en La Habana, con consecuencias mucho peores que la inflación.

El mensaje de Rodríguez de que Cuba se ofrece para extender estas propuestas abarcadoras e inclusivas a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) es, si cabe, una amenaza mayor aún, sobre todo esa insistencia del canciller comunista y la voluntad del régimen “para contribuir al empeño de unidad y complementariedad que, sin demora, requieren los pueblos de la región”. Peligro, peligro.

Ojalá que la cumbre antiinflacionista se centre en lo suyo y no preste atención a este tipo de iniciativas alocadas que, además, se sabe que no dan los resultados previstos. La "inclusión" de la que habla el régimen cubano es bien conocida, y presupone iniciativas colectivistas para igualar a la gente, pero a la baja, en vez de promover el crecimiento económico, de la oferta y la producción. 

Sería triste que los comunistas cubanos arrastrasen al continente por culpa de la inflación a este tipo de estrategias que son un auténtico fracaso. Solo hay que ver en qué se ha convertido Cuba en estos 64 años. La experiencia en materia de inflación de la Isla no deja motivos de satisfacción. Es el segundo país con mayor tasa de inflación anual detrás de Venezuela y más de 30 puntos por encima de la media de la región. 

Ojalá que el sentido común y la cautela llegue a López Obrador y resto de mandatarios, y que la agitación comunista cubana en la cumbre, que se producirá, eso es seguro, se quede, como siempre suele ocurrir, en eso: agitación y propaganda. Eso sería lo mejor para América Latina y Caribe.

Comentarios

  1. Ciertamente no tengo claro que podrá salir de esta cumbre, o acaso sí proyectos de acciones que no se cumplirán, el papel de Cuba en ella será simbólico, que podrá ofrecer esta por ver, el bombo y flauta del evento.

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