Bancarización de la economía y circulación de billetes falsos: otra vuelta de tuerca a la credibilidad
Elías Amor Bravo economista
La prensa estatal informa de que el pasado lunes se celebró una reunión del comité ejecutivo del consejo de ministros del régimen, órgano que entre una y otra reunión del consejo de ministros se encarga de las decisiones que le son atribuidas. Con la presencia de Díaz Canel y de Marrero, este comité ejecutivo abordó varios asuntos de la vida económica y social del país, entre otros, la producción de alimentos, la distribución de la canasta familiar normada, el transporte de cargas y de pasajeros, el suministro de agua, y la generación de energía eléctrica.
Sin embargo, aunque estuviera al margen de la agenda que se divulgó inicialmente a la prensa, el comité ejecutivo abordó una cuestión sin duda relevante, a la que ya se ha hecho referencia en entradas anteriores de este blog. Me refiero al programa para la bancarización del país, un tema en el cual se ha venido trabajando durante los últimos meses y que comprende un conjunto de medidas para incentivar, gradualmente, el uso de los canales electrónicos de cobro y pago en el territorio nacional.
Que los cubanos utilicen la banca para realizar sus transacciones económicas habituales, como ocurre en otros países del mundo, depende de que vean que es útil y que puede reportar algún tipo de beneficio. Incluso, que exista disponibilidad de dinero en las cuentas para someterlo a las distintas transacciones electrónicas. Las autoridades comunistas deberían ser conscientes de que la bancarización de la economía depende de que la gente, los actores económicos, lo vean conveniente y útil y en Cuba, al menos de momento, esto no se percibe.
Para empezar, siguiendo al ministro Gil que informó sobre estas cuestiones en la Asamblea hace unos meses, no tiene sentido bancarizar una circulación mercantil fraccionada en la moneda nacional y la MLC creada por el régimen en una proporción de 70% a 30%. La dualidad monetaria, que era uno de los objetivos planteados por la tarea ordenamiento, sigue siendo un freno a la integración del mercado nacional y por ello, los cubanos no utilizan los bancos.
Segundo, hay una creciente desconfianza de los cubanos en los bancos. No ha sido una relación pacífica. Los bancos, como instrumentos al servicio del estado, colocan por delante las exigencias del régimen a las de los ciudadanos. Y por ello, cuando un cubano va a sacar efectivo en un cajero automático, una operación simple dentro de la bancarización se encuentra con el cartel de efectivo no disponible. Los cubanos desconfían de cualquier confiscación de sus ahorros, y del impacto de la inflación sobre sus depósitos.
Quizás por ello, en Cuba el efectivo en manos del público sigue alcanzando uno de los porcentajes más elevados del mundo, no solo para la compra de bienes y servicios en moneda nacional, sino para las transacciones en los mercados informales, en particular, el cambio peso con el dólar. Incluso las mipymes se dedican a operar en efectivo y no utilizan la banca como ocurre en otros países, en este caso, para no tener que estar dando explicaciones a los empleados de la banca sobre el origen de los fondos.
Pues bien, en el comité ejecutivo se informó que en los próximos días directivos del sector bancario ofrecerán todos los detalles a la población sobre el proceso de bancarización, que califican de “vital importancia para la economía cubana”.
Y como no hay dos sin tres, en la misma edición de la prensa estatal en que se informa del interés del régimen en bancarizar la economía, las autoridades del Banco Central a través de su página web, se vieron obligadas a desmentir que circulen en el país billetes de las denominaciones de 100 y 1.000 CUP con error en su impresión o falsos. La nota añadió que hasta este momento en las sucursales de los bancos no se han recibido clientes con esta situación. En el caso de los billetes que dispensen los cajeros automáticos y presenten dificultad en su impresión, el cliente puede dirigirse a la sucursal bancaria más cercana. La nota acabó señalando que se sugiere a la población seguir nuestros sitios y canales oficiales para que se mantenga informado.
Cuando el río suena, agua lleva. No deja de ser significativo que aparezcan billetes falsos en la economía cubana y lo más probable es que ocurra. Justo en el mismo momento que el régimen quiere que los cubanos bancaricen sus transacciones económicas y reduzcan el uso de efectivo. Desde luego, no se podría haber elegido peor momento para anunciar la medida. Tal es así, que hay quienes ven detrás de estas dos noticias, el resultado de pequeñas batallitas internas, escaramuzas, entre sectores distintos de la nomenclatura comunista cubana, que se andan poniendo piedras en el camino para provocar tropezones.
Si esto fuera así, se recomienda que elijan otros ámbitos para ese jueguecito peligroso, y que dejen tranquilo el funcionamiento de las instituciones económicas. Con este tipo de noticias sobre billetes falsos en circulación, que sin duda alguna provocan alarma en la población, el sistema financiero cubano, el Banco Central y las autoridades pierden la poca credibilidad que pudieran tener como gestores de una economía que no levanta cabeza. De nada sirve anunciar la intención de bancarizar, si los cubanos se despiertan por la mañana con la noticia de billetes falsos en circulación. La economía cubana se encuentra en un estado tan grave que no está para este tipo de experimentos.
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