El régimen saca la artillería pesada contra el Toque

Elías Amor Bravo economista

Era lo que faltaba. Ante el desconcierto provocado por una caída de valor del peso cubano con respecto a todas las divisas, que empuja a la economía a un abismo, el régimen se saca de la chistera en la prensa estatal una teoría que explica que la actual tasa de cambio para el peso, está dictada desde Estados Unidos, como resultado de lo que denominan “una estrategia cocinada” para estrangular la economía de la familia cubana. Y por ello, culpan a El Toque de esta situación. Leer estas cosas de forma obligatoria es una cosa, creérselas y darles pábulo es otra bien distinta.

Conocida es la obsesión de los comunistas cubanos con el vecino del norte, al que culpan de todos los males presentes, pasados y futuros. Ahora haciendo un ridículo sin precedentes, culpan también a la “nueva herramienta de manipulación” , en concreto el Toque, destinada a disminuir el valor del peso. La realidad no puede ser más absurda, pero incluso lo justifican diciendo que esta actuación tiene lugar “a partir de las limitaciones coyunturales con la disponibilidad de efectivo de moneda nacional en los bancos del país”. De asumir responsabilidades, nada.

Pueden estar tranquilos los comunistas cubanos, no existe guerra alguna del enemigo en este asunto de la debilidad del peso, sino que es consecuencia de una serie de errores de política económica que cuando se cometen, son ampliamente sancionados por las fuerzas del mercado, incluso en economías de base estalinista como la cubana.

¿De qué errores estamos hablando que nos han llevado a esta situación?

En primer lugar, la tarea ordenamiento. Aquel batiburrillo de medidas que iban a ser la salvación de la economía, propiciando la unificación monetaria del CUP con el CUC. Nadie se acuerda, pero la apuesta por un sistema de tipo de cambio fijo, sin un previo análisis de los fundamentales, para el peso, con un cambio de 1X24 fue un grave error, porque el Banco Central no tenía reservas suficientes para respaldar la moneda. 

Apenas duró el cambio un mes. El gobierno cerró las operaciones en las CADECAS, los  bancos e incluso en los despachos aeroportuarios. Para atender la demanda de dólares apareció de forma tímida una oferta que empezó a cerrar operaciones de cambio en unos mercados informales que funcionaban en tiempo real, no solo con los dólares, sino con el resto de divisas. Los mercados informales no obedecieron, al menos en su nacimiento y luego consolidación definitiva, a estrategia “cocinada en Estados Unidos para estrangular la economía de la familia cubana”.

Nada de eso. Surgieron precisamente para lo contrario, atender necesidades de cambios de moneda de la población en momentos en que el estado comunista se vio incapaz de asumir sus funciones. No se trata el mercado informal de ninguna “nueva herramienta de manipulación”. Su aparición, consolidación y desarrollo obedeció en mayor medida a la incompetencia política que a las limitaciones coyunturales de disponibilidad de efectivo de moneda nacional en los bancos del país. No era posible, como se comprobó desde el primer momento, apostar por un sistema de tipo de cambio fijo para el nuevo peso integrado.

Después el mercado informal cotizó al peso a la baja porque mostraba una evidente debilidad con relación a las distintas divisas como consecuencia del deterioro acelerado de la economía y las crecientes demandas de divisa para numerosas actividades que se iban desarrollando cara al sector exterior. De modo que en el verano, el ministro Gil hizo una nueva jugada y abrió un cambio intermedio, con una cotización de 1X120 y además racionada y altamente controlada, con límites físicos a las transacciones que enseguida se vio que no iba a ser del atractivo de la demanda.  

Consecuencia de ello, el peso siguió cayendo en picado llegando a alcanzar sus cotizaciones más bajas de la historia. Y claro ante este escenario que evidencia errores, faltas, manipulaciones, el régimen utiliza a sus voceros para afirmar que “se propaga como un peligroso virus entre la gente, buena parte de la cual sucumbe ante la oferta impune y oportunista que puede encontrar en redes sociales”. Imaginen los lectores de este blog qué entienden los comunistas por “ofertas impunes y oportunistas”. 

Pues nada, algo tan simple como atender a una operación consistente en “Si transfiere 30.000 pesos, puedes recibir 25.000 en efectivo”. Alguien debería explicar a los dirigentes comunistas que si estas operaciones se ofertan y tienen clientes dispuestos a hacerlas, es porque existe una necesidad no cubierta que se debe atender y por la que se tiene que pagar. Los comunistas, incapaces de entender las reglas de la acumulación, consideran que este “negocio” hace frotar las manos a la especie de inescrupulosos especuladores que se jacta de transar con la necesidad de los cubanos”. 

Y si tal afirmación es irreal y ridícula, porque no se corresponde con los hechos objetivos, el salto en el vacío es culpar a los ciudadanos que realizan estas operaciones de hacerlo “a sabiendas de que hacen el juego a la guerra económica que financian nuestros «preocupados» vecinos del Norte”.

No contentos con hacer el ridículo al negar la realidad, cargan desde la prensa estatal comunista pagada con el dinero de todos los cubanos, contra la iniciativa de El Toque que ha venido ofreciendo información diaria y de alta calidad sobre las tasas de cambio del peso en e mercado informal. Un servicio público que debería ofrecer el Banco Central de Cuba, que de forma absurda mantiene una ignorancia absoluta hacia los cambios en el mercado informal. 

Luego hablan de evidencias de la manipulación, cuando la pregunta es ¿Quién manipula y a quién? En realidad el Toque ha conseguido un notable atractivo por parte de los analistas y del público en general, que saben que para tener una información veraz y acurada de la cotización del peso, de nada sirven las aburridas notas en Cubadebate, sino que el Toque es la fuente de información incluso para la prensa internacional. Sin necesidad alguna de capitalizar nada, ni de manipular, o defender intereses de Estados Unidos en una guerra irreal que tanto añoran los comunistas.

Para ellos el Toque realiza una manipulación oportunista de los valores de cambio del MLC, el dólar y el euro, a contrapelo de las capacidades adquisitivas reales de la familia, ofrecer los datos reales que a diario se ofrecen. La artillería pesada contra el Toque es alarmante y causa temor cuando dicen que "esta página de marras, vocera de todo cuanto sirva a la contrarrevolución, es fruto de la articulación mediática «perfeccionada» por orden del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, en febrero de 2017, para actuar en el ciberespacio cubano, mediante la creación de una Fuerza de Tarea Especial”.

Desacreditando el trabajo bien hecho por el Toque, además del servicio que ofrecen a todos los cubanos, en realidad habría que entender quién es el manipulador y el oportunista en estos casos. Lanzando acusaciones contra el Toque, al que comparan falsamente con otro proyecto de Venezuela, el Dolar Today, que nada tuvo que ver con la iniciativa cubana, lo que hacen es ridiculizar la línea oficial comunista, incapaz de entender lo que significa una iniciativa de éxito de la sociedad civil, que ha ido ganando adeptos cada vez en mayor número y calidad.

Por si no fuera poco, el régimen atribuye la debilidad del peso cubano a la actuación “en esta guerra del enemigo que no actúa frontalmente, sino a través de sus tanques de pensamiento, grupos de presión, lobbies financieros, con apoyo de una bien articulada –por bien pagada– red de medios afiliados a los grandes conglomerados mediáticos y a los servicios especiales, para generar procesos de desestabilización económica operando desde las sombras”. 

Puedo asegurar que este artículo del blog sale sin pagos, ni recompensas, ni honorarios o emolumento alguno. Y su objetivo no es desestabilizar nada, operando desde la sombra, sino describir a la luz del día las aberraciones que cometen los comunistas en materia de política económica y el desastre al que han llevado a la nación, al tiempo que lanzamos nuestra preocupación por lo que pueda ocurrir a El Toque.