El camino equivocado para producir carne en la economía cubana

Elías Amor Bravo economista

De lo sublime a lo ridículo. El caso es no hacer las cosas bien, como se tienen que hacer. En la misma edición de Granma dos noticias sorprendentes y aparentemente contradictorias. De un lado, la primera se titula “Nuevas razas para el desarrollo del ganado vacuno del país”, a continuación, la siguiente dice “Actualizan normas sobre facilitación de importaciones de alimentos de origen animal”.

¿Qué es esto? Qué clase de burla infame al pueblo cubano. Tan pronto el régimen habla de obtener y reproducir un ganado de línea cárnica, que a la vez sea una raza más fuerte, con mayor resistencia a las condiciones del país, para que proporcione un mejor desarrollo vacuno, como al mismo tiempo informa que se facilitan, de manera temporal, las importaciones de productos de origen animal a viajeros y personas naturales, para la entrada al país de alimentos de origen animal destinados al consumo humano, que habitualmente han sido regulados o prohibidos. Importaciones que, en el caso cubano, son realizadas por las personas que viajan al extranjero y realizan a título individual dichas operaciones.

Uno lee estas cosas y se da cuenta de por qué en Cuba no hay comida ¿Qué fue primero, el huevo o la gallina? ¿Se promueve ganado vacuno en el país con esa fortaleza que quiere el régimen, o se deja la entrada libre de carne de exterior? O las dos cosas al mismo tiempo para que salga todo mal.

No hay quien entienda nada de todo esto, y aparentemente, quien está detrás es el Grupo Empresarial Flora y Fauna, del Ministerio de la Agricultura (Minag), con varios proyectos de introducción de nuevas razas, que se sumarían a las seis especies con que se cuenta hoy.

En concreto, declaran los directivos del departamento que se está intentando introducir la raza Brahbon, un cruce entre las razas Brahmán y Bom, las que también se están produciendo en el territorio, en las empresas Baraguá y Flora y Fauna Santiago. ¿Qué quieren que les diga? Todo este tipo de aventuras dejan una cierta sensación de deja vu,  parecen haberse vivido antes, con la célebre Ubre Blanca de Fidel Castro, así que no esperen mucho de todos estos experimentos.

Los primeros que tienen sus dudas son precisamente los dirigentes del Ministerio que, como no arriesgan su dinero en este proyecto, ni tampoco su patrimonio, sino el de todos los cubanos a través de presupuesto público, les da igual que salga bien o mal. Al final, a los dirigentes los van a medir por hacer el experimento, nunca por los resultados, en el que se prevé igualmente introducir otra variedad, la Cenepol, qué curioso porque está ha surgido a partir de un proyecto de colaboración con Estados Unidos (sí, claro, el embargo y el bloqueo y todo lo demás) que permitió que en una primera etapa se transfirieran 18 vacas embriones, obteniéndose un resultado de siete vacas gestantes.

En fin que los dirigentes están convencidos de que esta operación saldrá bien porque las variedades que se están introduciendo en el país son conocidas por su resistencia, su adaptación al trópico por la convención de los pastos, y también por la calidad de su carne de primera. Y todo el mundo a comer carne todos los días, y pum, en ese momento los dirigentes se despiertan del placentero sueño y se encuentran con la angustiosa realidad del día a día.

La cuestión es que mientras los responsables de Grupo Empresarial se dedican a sus experimentos, en el día a día hay que comer, aunque los precios sean imposibles. Y puestos a seguir con las pruebas, el régimen ha decidido dar todo tipo de facilidades y ampliar la lista de países elegibles para las importaciones de carne atendiendo a la situación zoosanitaria de los países de origen (aquellos donde se produce el alimento y está reflejado en la etiqueta del producto) para las importaciones de carne.

Una solución puntual que no va a resolver el problema de fondo que existe de falta de comida, pero que ha llevado al Centro Nacional de Sanidad Animal (Cenasa), perteneciente al Ministerio de la Agricultura (Minag), a implicarse en la actualización de las normas relativas a la facilitación de las importaciones al país de alimentos de origen animal por viajeros y personas naturales, vigentes desde el año pasado. 

Otro organismo estatal más controlando el funcionamiento de la economía, por si no fueran pocos que interviene con un documento en el que se refiere esta decisión del régimen de “facilitar, de manera temporal, las importaciones de productos de origen animal a viajeros y personas naturales, para la entrada al país de alimentos de origen animal destinados al consumo humano, que habitualmente han sido (y que, posterior a lo que el documento dispone, continuarán siendo) regulados o prohibidos”. Y claro, echando toda la responsabilidad de la actual situación al embargo o bloqueo, nadie se acuerda aquí del proyecto de la Cenepol antes citado.

En todo caso, que nadie se haga ilusiones. Es una resolución que en cualquier momento volverá a ser eliminada, pero, al menos por ahora, viene a paliar la grave situación de carestía que ocupa y preocupa a los dirigentes comunistas, que no saben qué hacer para resolver el problema de la escasez.

La relación de las facilidades para la importación es extensa:

·         Conservas cárnicas (enlatadas) de bovinos y porcinos, procedentes de Francia, España, Portugal, Estados Unidos, Canadá, México, Panamá, Costa Rica, Honduras, Nicaragua, Ecuador, Colombia, Brasil, Argentina, Chile y Uruguay.

·         Conservas cárnicas (enlatadas) de aves, procedentes de España, Francia, República Dominicana, Honduras, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Brasil y Uruguay.

·         Carnes frescas, congeladas, deshidratadas o saladas, vísceras comestibles, productos cárnicos semielaborados (hamburguesas; picadillos; albóndigas; conformados como palitos de carne, Nuggets y otros productos empanados; chorizos crudos; salamis; pastas untables; jamón crudo, salchichones y tocinetas crudos, fermentados, sobreasada, peperoni, cervelat y otros productos crudos fermentados) y productos semicocidos, empacados al vacío de bovinos, porcinos, ovinos y caprinos, debidamente identificadas y de marcas comerciales reconocidas, procedentes de Francia, España, Portugal, Estados Unidos, Canadá, México, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Ecuador, Colombia, Brasil, Argentina, Chile y Uruguay.

·         Carnes frescas, congeladas, deshidratadas o saladas, vísceras comestibles, productos cárnicos semielaborados (hamburguesas; picadillos; albóndigas; conformados como palitos de carne, Nuggets y otros productos empanados; salamis; pastas untables), productos semicocidos y empacados al vacío de origen aviar, debidamente identificadas y de marcas comerciales reconocidas, procedentes de Francia, España, Honduras, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Brasil y Uruguay.

·         Embutidos elaborados a base de res y/o cerdo. Se autorizan con carácter temporal, procedentes de España, Portugal, Estados Unidos, Canadá, México, Panamá, Costa Rica, Colombia, Nicaragua, Brasil, Argentina, Chile y Uruguay.

·         Embutidos elaborados a base de aves procedentes de Honduras, Panamá, Costa Rica, Colombia, Nicaragua, Brasil y Uruguay.

·         Productos del mar (en conserva o no) originados de cualquier área geográfica.

·         Leche fluida uht, condensada, evaporada, y postres lácteos originarios de cualquier área geográfica.

·         Leche en polvo originaria de España, Portugal, Estados Unidos, Canadá, México, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Brasil, Argentina, Chile y Uruguay.

·         Quesos maduros pasteurizados originarios de cualquier área geográfica, o elaborados a partir de leches ultrapasteurizadas.

·         Alimentos para mascotas sin carácter comercial que en su formulación contengan carne de aves, cerdo, pescados y vegetales como base proteica.

¿A dónde irán estos productos que entrarán a Cuba con precios disparados? Cualquiera sabe. En todo caso, de la relación anterior, cabe señalar varias observaciones. 

Primero, hay países que se identifican como proveedores principales de los alimentos, mientras que otros, más cercanos geográficamente, no aparecen. Como consecuencia de ello, los “importadores” van a tener que desplazarse más lejos a buscar los productos, sus viajes serán más costosos y problemáticos y tendrán que comprar a precios más elevados. 

Por lo tanto, estos productos cuando entren al mercado nacional serán imposibles para la mayoría de la población. ¿A qué acaban siendo vendidos a los hoteles de lujo? Otra vez más el régimen creando desigualdades entre los cubanos.

La nota de la entidad estatal dice que hay una serie de productos que no serán autorizados a entrar al país:

·         Leche fluida y derivados lácteos en general no pasteurizados.

·         Carnes frescas y sus cortes con hueso de cualquier origen.

·         Carnes procedentes de la fauna silvestre en cualquier forma de presentación.

·         Nuggets de pollo y otros empanados crudos (no fritos).             

·         Alimentos para mascotas que en su base proteica contengan harinas de rumiantes, independientemente del país de origen.

Finalmente, se establece que las facilidades a la importación de los productos vienen dadas por el país donde fueron elaborados o producidos estos, reflejada en las etiquetas de los productos.
El régimen advierte que las facilidades y la lista de países elegibles pueden modificarse en relación con "cambios en la situación zoosanitaria de los países de origen" lo que significa que se someten a constantes cambios, que serán actualizados sistemáticamente en la página web del Minag. Cualquier planificación de los “importadores” será difícil de ejecutar en estas condiciones.
Se exige que los productos lleguen al país "envasados íntegramente, de marcas reconocidas y debidamente etiquetados, sin rotura en el embalaje" y cuando este sufra alguna rotura o deterioro que pudiera convertirse en vehículo de agentes etiológicos causantes de enfermedades, será decomisado e incinerado en la misma frontera.
Aquí lo tienen. Nuevas razas para el desarrollo ganadero del país y liberalización parcial de la importación de cárnicos. Todos los días sorprende el régimen con sus andanzas, esta vez, pasando de lo sublime a lo ridículo. Ya nadie sabe a dónde pueden llegar.

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