A vueltas con las "visitas" de Diaz Canel: ¿es el momento, sirven para algo?

Elías Amor Bravo, economista

Hay que ver, ¡qué cosas! Con lo que está cayendo, Díaz Canel se fue de visita al batey del central Jesús Rabi a 200 kilómetros de la capital y Granma ha dado cuenta. En vez de dirigirse a los disidentes y opositores en huelga de hambre en la sede del movimiento San Isidro en La Habana, que lo tiene más cerca y además, es más prioritario. A lo mejor, porque ni siquiera sabe lo que está pasando. La prensa internacional ni se ha dado cuenta de lo que ocurre en San Isidro, y los medios oficialistas lo ignoran ex profeso. No se puede disculpar esa ignorancia, pero en todo caso, ¿a qué ha ido Díaz Canel a Matanzas, a la Atenas de Cuba, en el batey del central Jesús Rabí?¿iba solo de paso?

Granma dice que, el objetivo era ver cómo va a comenzar la zafra y las expectativas, y comentarlo con aquellos que se iban acercando a saludarlo. Algo que con una videoconferencia, o una simple llamada telefónica, se podría haber resuelto. De paso, “vender” por enésima vez una serie de ideas sobre la economía que no van a permitir al país mejorar sus condiciones de vida.

Por ejemplo, el fomento del desarrollo local, que se está viendo que ni permite alcanzar más autonomía a nivel municipal, ni garantiza que las actividades económicas alcancen una escala técnica eficiente y la máxima productividad para realizar sus funciones. Los empleos que se generan son mal retribuidos, precarios y sometidos al control comunista del lugar, de modo que muchas de estas iniciativas malviven o acaban por desaparecer por falta de libertad.

Y entonces, Díaz Canel pronunció las palabras mágicas que sirven de título al artículo, “Tenemos que ir buscando alternativas dentro de nosotros mismos para seguir creciendo”. El resto de la nota de Granma va de ello precisamente.

Lo siguiente, son las lluvias. Nada mejor que citar a Díaz Canel, “si no nos llueve mucho esta debe ser una magnífica zafra”, una vez más confiando a la suerte el devenir de la economía, cuando hay muchas cosas que se pueden hacer para evitar que un clima que es bien conocido, siga causando estragos a las cosechas. Ya lo hacían antes de 1959, y no creo que la memoria histórica se haya perdido completamente ¿Quién se debe dedicar a ello? El problema es el incumplimiento en la zafra y del plan del azúcar. ¿Sirven de algo las “reparaciones” de los centrales?¿Sirve de algo hacer las cosas como se vienen haciendo o hay que cambiar?

Y entonces vienen las propuestas alocadas del régimen. Nada más y nada menos, que ante la menor disposición de caña que en el año anterior, las autoridades sugieren emplear “técnicas agroecológicas de sostenibilidad” confiando en que ello aumente los rendimientos en lo que denominan “lucha por la eficiencia”, dejando de sembrar áreas de bajos rendimientos. Y todo esto, ¿no lo ha hecho siempre la agricultura cañera cubana? ¿qué sentido tiene que Díaz Canel de instrucciones a gente que se supone especializada y dedicada a esta actividad?

Los dirigentes comunistas harían bien dando mayor participación a la gente para conseguir una mejor zafra, no solo porque este principio esté recogido en los fundamentos económicos de la constitución, sino porque sería muy necesario. Pero no, parece que Díaz Canel lo que pretende, o al menos eso dijo, es que el sector del conocimiento y el productivo, la administración pública y el desarrollo local, trabajen conjuntamente para resolver el autoabastecimiento. ¿De verdad hace falta eso?¿hace falta silenciar a los trabajadores y ponerlos en el furgón de cola?

También hubo oportunidad para visitar la minindustria local, donde se confeccionan cerca de una veintena de surtidos a partir de la yuca, el maní, la guayaba, el ajonjolí, la frutabomba y otros. Un proyecto de esos que no pueden crecer y por ello alcanzar rendimientos a escala crecientes.

La visita continuó, después, rumbo a un polo platanero en Colón, perteneciente a la UBPC Gispert. Allí Díaz Canel habló de “sustituir importaciones”, otro de los ejes de su discurso, y presentar una experiencia de colaboración con el Instituto de Viandas Tropicales (Inivit), para el empleo de semillas que aporten cada vez mayores rendimientos. En concreto, una semilla botánica para los organopónicos del territorio destinados a viandas, hortalizas y granos. Esto permitió a Díaz Canel insistir de nuevo en otro de sus ejes relativo a las ventajas que tiene la colaboración con la ciencia, que aun cuando no garantiza el desarrollo, puede servir para conseguir eso que el dirigente llama “soberanía”.

Al respecto, la visita giró rumbo a la Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey, en el municipio de Perico, para comprobar in situ cuánto pueden aportar al avance de la nación. Allí según Granma se llevan a cabo “novedosos y útiles proyectos, cuya extensión a otros territorios cubanos que pueden ser de una gran significación para el desarrollo local, basado, fundamentalmente, en el empleo de técnicas agroecológicas y ganaderas”.

En particular cultivan 22 variedades de semillas de papa agroecológica, y la producción del fertilizante ihplus, con diversos usos más allá de la agricultura y con probado éxito. En tono eufórico, Díaz Canel dijo que “lo que aquí se desarrolla es uno de los enfoques más integrales que tenemos en el país desde una entidad de ciencia, tecnología e innovación, y si logramos que los gobiernos, por la propia capacitación lo asuman como una demanda de innovación, podemos avanzar mucho más rápido en un grupo de temáticas”. Y una pregunta ¿se ha estimado la rentabilidad económica y social de esta actividad?

Después, de paseo turístico por la ciudad de Matanzas, Díaz Canel visitó el Centro Cultural de Artex La Salsa, a orillas de la bahía matancera, y el Coppelia, ahora renovado y lleno de personas, a pesar del temor a los contagios y las advertencias a la población para guardar distancias. También visitó el Laboratorio de Biología Molecular de Matanzas, para destacar su papel en el enfrentamiento a la enfermedad.

A modo de conclusión, la visita concluyó señalando que Matanzas tiene reservas de eficiencia por explotar en beneficio de su pueblo y del progreso económico del país, que los matanceros tienen voluntad por hacer mejor las cosas y de imprimir mayor impulso a la producción de alimentos. Para ello se necesitan iniciativas y mucha dedicación, pues está comprobado que el trabajo tiene propiedades constructivas e inspiradoras.

Díaz-Canel también hizo referencia a “la unidad, la creatividad de los matanceros en torno al Partido y del Gobierno” y por supuesto, quedó espacio para los ataques al embargo y bloqueo y denunciar “ilegalidades urbanísticas” por Marrero, que integraba la comitiva.

Al final, hay que preguntarse ¿para qué sirven estas visitas, además en momentos en que, por motivos de vigilancia de la pandemia, no es nada bueno que se produzcan concentraciones de gente, como la que revela el reportaje fotográfico de Granma? Para nada. Rellenar agenda de dirigentes que tienen poco que hacer. Díaz Canel podría haber empleado ese tiempo para ver cómo se resuelve la crisis abierta en San Isidro, que puede ir a más y convertirse en un estallido social. O podría haber dedicado este mismo tiempo de su apretada agenda, a reunirse con los emprendedores privados que han perdido sus negocios por la pandemia para ver cómo se les puede ayudar a salir adelante con subsidios a fondo perdido, prestamos avalados por el estado o ayudas a la contratación directa de trabajadores.

El populismo que se desprende de estas “giras” presidenciales, acompañado de su séquito, recuerda, y mucho, las viejas prácticas de un Fidel Castro ya perdido para siempre en la memoria. Su hermano Raúl, al que se tiene que reconocer un mayor sentido práctico de la agenda política, no se dedicaba a esas visitas “turísticas e ideológicas”. Es de agradecer. Díaz Canel se equivoca, porque con este tipo de giras ni siquiera consigue trasmitir la cercanía del presidente con su pueblo. Los asesores de imagen de Díaz Canel tendrían que ser despedidos, porque no hacen bien su trabajo. Con el enorme control que poseen de los medios de información, este tipo de patochadas no sirven de nada.

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