La dramática desindustrialización de la economía cubana
Elías Amor Bravo, economista
La Oficina Nacional de Estadística cubana, ONEI, ha publicado un opúsculo titulado “Capítulo 11: Industria manufacturera edición 2020 (solo con datos hasta 2019) con el contenido del mismo Capítulo del Informe anual, que sigue incompleto a estas alturas de año 2020.
Los datos ofrecidos en esta publicación confirman la
grave situación de la industria en Cuba, con unos niveles de producción deprimidos
que confirman la tendencia en claro declive desde 1989, año base de los números
índices de las principales series. Por otra parte, una revisión de las
principales producciones físicas permite igualmente constatar las carencias que sufren los cubanos a la hora de comprar todo tipo de productos.
Los datos acaban en 2019, es de suponer que los efectos de la pandemia en 2020
hayan agravado la mayoría de informaciones publicadas, pero no se dispone de información
relativa a este ejercicio. Los principales resultados se exponen a
continuación.
Con respecto a 1989 (base 100 del índice de
producción industrial actual) el índice físico en 2019 se situó en un 61,3, lo
que indica que se encuentra casi un 40% por debajo del nivel alcanzado en 1989.
La industria manufacturera cubana en 2019 produce prácticamente la mitad de lo que
hacía en 1989, y en estos 30 años la tasa promedio anual de variación del sector ha sido,
claramente negativa,, del -2%. Es evidente que se ha producido un intenso
proceso de desindustrialización en la economía cubana, buen ejemplo del
absoluto fracaso de las políticas adoptadas por el régimen comunista para este
sector. A diferencia de otros países, la industria cubana ha dejado de ser motor de la economía porque los
dirigentes la han abandonado a su suerte.
El análisis por subsectores ofrece resultados, cuanto
menos, sorprendentes, pero justificables por la acción o inacción del gobierno.
Por ejemplo, el índice de producción física de equipos, maquinaria y otros, que
incluye los elementos que guardan una relación más estrecha con la formación
bruta de capital fijo, las inversiones, de la economía, se situó en 2019 en
5,9, indicando con ello, un desplome del 94%, lo que supone prácticamente
desaparecer del sistema industrial. La tasa anual de variación promedio ha aumentado al
-3,2%. Ninguna actividad de este subsector supera el nivel alcanzado en 1989.
Esta tendencia es compatible con la desatención que
el régimen comunista ha tenido hacia las inversiones, condenadas a un papel
residual en los presupuestos, lo que se agrava por el reducido espacio que
tiene el sector privado. Recordar que la participación de la formación bruta de
capital fijo en el PIB de la economía no pasa del 10% en Cuba, mientras que en América
Latina, la media se acerca al 25%.
Otro subsector que tampoco muestra signos positivos,
pero que no experimenta una destrucción tan pronunciada, es el de bienes intermedios,
donde está la energía o los materiales de construcción. Este subsector registra
un índice físico de 29,5 en 2019, lo que representa un 70% menos que en
1989, con una tasa de variación anual negativa de -2,3%. En este subsector, el
único que ha registrado una expansión, con un índice físico superior al de 1989
es el relativo a la extracción y transformación de minerales.
Finalmente, el subsector de bienes de consumo con un índice
96,2 es el que resiste mejor el derrumbe sectorial de la industria con un descenso
del 4% respecto a 1989. Lo significativo es que mientras que los otros
subsectores caen de forma continua durante todo el periodo, los bienes de consumo
en 2015 se situaron en un índice físico de 107,5, y desde entonces se han
desplomado al 96,2 de 2019, con lo que la crisis de últimos cinco años se ha
dejado sentir de forma especialmente intensa sobre la industria que tiene una
relación más directa con el consumo familiar.
Estos datos aportan evidencias sobre las tendencias
de los subsectores, que como se puede observar, no ofrecen motivos de satisfacción para las autoridades, ya que detrás de esos descensos en la producción física se ocultan los
enormes volúmenes de subsidios que el estado comunista destina a las empresas
para compensar los precios. ¿No sería mejor dejar producir con absoluta libertad
y reducir los subsidios? Al parecer es lo que quieren hacer con la tarea
ordenamiento, ¿les dará resultados? Ya se verá. ¿No sería mejor dar el paso adelante y privatizar las empresas?
Continuando con el análisis de los datos sectoriales,
y distinguiendo en el conjunto de la industria entre el sector azucarero y el
resto, que es la industria manufacturera propiamente dicha, se constata que el azúcar, otrora líder de la economía, se desploma en 2019 a un índice físico de
29,9 lo que significa que el nivel de producción está un 70% por debajo del
alcanzado en 1989. Una consecuencia evidente de las decisiones adoptadas por
Fidel Castro al poner fin a esta actividad a comienzos de siglo. Nunca se ha
vuelto a recuperar. El resto de la industria manufacturera, presenta un índice
de 72 en 2019, lo que significa que se encuentra un 30% por debajo del nivel alcanzado
en 1989.
Pues bien, de las 24 industrias que desglosan el sector
manufacturero, relacionadas en el anexo, tan solo dos superan el índice de 1989, lo que indica que mejoran su posición, y se trata de elaboración de bebidas y la fabricación de muebles, con 113,5 y 179 respectivamente.
Las restantes 22 industrias alcanzan índices físicos en 2019 que se sitúan por debajo de 1989,
destacando algunos fundamentales para el resto de la economía, como la fabricación de maquinaria y equipos con un índice de 1,9; la
fabricación de fertilizantes, esencial para la agricultura, con 4,3 y la fabricación de productos minerales no
metálicos (materiales construcción) con 5,4. Resultados descorazonadores que
confirman la grave situación del sector, incapaz de estimular su crecimiento
con las políticas social comunistas e intervencionistas del régimen.
Además, la publicación ofrece algunos datos de volúmenes
de producción de determinados acápites que vale la pena revisar y contrastar
con los datos de 2015 para constatar el declive en los últimos cinco años.
La producción de azúcar crudo físico en 2019 poco más
de un millón de toneladas, cae intensamente en 500 toneladas desde 2015, un 50%
menos.
Los piensos mezclados, necesarios para la
agricultura, en 2019 poco más de un millón de toneladas, frente a 1.479.800 toneladas
en 2015, otra caída de 50%.
Un país rodeado de agua por todas partes, y el pescado desaparece como producción
industrial. La masa de pescado, desciende de 2.862,3 toneladas en 2015 a apenas
648,2 toneladas en 2019, aquí es descenso es del 77%. Por su parte, el pescado
entero congelado cae de 1.274,7 toneladas en 2015 a 577,7 toneladas en 2019, un
descenso del 55%. Y además, el filete de pescado reduce la producción de
2.183,9 toneladas en 2015 a 1.513,1 toneladas, un descenso del 31%.
El tabaco torcido disminuye su producción de 412
millones de toneladas a 284,5 millones desde 2015 a 2019, con un descenso del -31%.
Los cigarrillos, por su parte, disminuyeron un 13% su producción.
El calzado experimentó una disminución de 3 millones
de pares en 2015 a poco más de un millón en 2019, con un descenso del 66% en dicho
periodo. La ropa exterior e interior, no experimentan una mejoría sino que
descienden un 42% y un 25% respectivamente. Por ejemplo, la producción de
camisas se desploma un 53%.
La producción de pasta de dientes, un dolor de cabeza
para muchos cubanos, desploma su
producción de 5.243,6 toneladas en 2015 a 2.950,1 en 2019, un descenso del 44%.
Los perfumes, maquillajes y cosméticos, descienden su producción un 40%. El
jabón de lavar, otro dolor de cabeza, disminuye de 21,2 mil toneladas a 10,2
mil, un 53% menos. El jabón de tocador, mayor problema aún, cayó su producción
de 29,2 mil toneladas a 16,9 mil toneladas en el mismo período, con un descenso
del 42%.
Este recuento podría continuar porque la publicación
de ONEI recoge una amplia panorámica de otras producciones industriales, pero
en general, la situación no es favorable y por ello, exige un giro de 180º en la orientación
de las políticas que no aparece en ninguna de las actuaciones del régimen. Como es fácil observar que han abandonado la industria a su suerte, el proceso de desindustrialización de la
economía cubana continuará avanzando y se perderá una oportunidad para
desarrollar el país y aumentar el nivel de bienestar de la población. Pregunta ¿no sería mejor antes de firmar la destrucción del sector privatizar las empresas y que funcionen con un modelo distinto al social comunista? Otros lo hicieron y les fue muy bien, ¿qué frena al régimen comunista cubano a reconocer el fracaso y dar el giro de timón?
Anexo de evolución de producciones
Elaboración de productos alimenticios -30,2%
Elaboración de bebidas +13,5%
Elaboración de productos de tabaco -14,1%
Fabricación de productos textiles -93%
Fabricación de prendas de vestir -85%
Procesamiento de cuero y fabricación de artículos de cuero -90,7%
Producción de madera y fabricación de productos de madera -65,9%
Fabricación de papel y de productos de papel -90,4%
Actividad de edición e impresión y reproducción de
grabaciones -71,3%
Fabricación de productos de la refinación del petróleo -69,2%*
Fabricación de productos farmacéuticos y botánicos ()
Fabricación de fertilizantes y compuestos de nitrógeno -95,7%
Fabricación de otras sustancias y productos químicos -12,9%
Fabricación de productos de caucho y de plástico -87,6%
Fabricación de otros productos minerales no metálicos -94,6%
Fabricación de productos para la construcción -72,9%
Fabricación de metales comunes -33%
Fabricación de productos metálicos, excepto maquinarias y
equipos -83,7%
Fabricación de maquinarias y equipos -98,1%
Fabricación de maquinarias y aparatos eléctricos -84,2%
Fabricación de equipos y aparatos de radio, televisión y
comunicación -51,4%
Fabricación de instrumentos médicos, ópticos y de precisión -70,4%
Fabricación de equipos de transporte -99,9%
Fabricación de muebles; industrias manufactureras +79%
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